Carlos Melconian señaló hoy que la dinámica electoral le agrega una pseudoparálisis y tensiones financieras a “berretalandia”, el término que acuñó para referirse al desempeño institucional, político y económico de la Argentina.
El economista y consultor dijo que las elecciones en otros países no paran la economía ni está en juego la institucionalidad, pero en la Argentina “terminan siendo un problema, porque el país tienen una mescolanza fenomenal de falta de estabilidad, políticas de Estado, institucionalidad”.
Las elecciones de este año, señaló, deben servir en primer lugar para limitar la tentación autoritaria. “Decir hasta acá llegaste, esto es una democracia, ¿qué es eso de que con 7 o 10 votos pasás lo que querés en el Congreso?”, señaló. Y en segundo lugar, agregó, deben servir para “ponerle un piso al costumbrismo de Berretalandia”.
Melconian se mostró escéptico sobre la posibilidad de que tras las elecciones se discutan en serio temas como la reforma laboral. Para eso, dijo, hay que prepararse para 2023. Lo que sí el Gobierno sí debe definir después de las urnas, recordó, es ver qué hace con el FMI. “El elemento más importante en los 3 meses siguientes”, dijo, es “si entra en un paraguas con el Fondo Monetario, no para volver a la autopista sino para volver a la banquina de ripio”. La alternativa, señaló, es seguir por el acantilado.
Entrevistado en el programa “Huevos revueltos”, por Radio con Vos, y en su habitual estilo llano, Melconian respondió sobre varios temas, pero evitó referirse al dólar, que consideró un tema muy coyuntural. A continuación, los principales pasajes:
-Elecciones, cierre de listas y economía
“Veo las elecciones en la intensidad del cierre de listas, quién tiene la birome, quién se inscribe. Una tarea que en cada evento electoral, cada dos años en la Argentina no voy a decir que anula el año pero lo politiza, y para un país que no tiene una institucionalidad y una tecnocracia que corre simultáneamente con estas cosas y con independencia de la política, es un problema. Los países que tienen una gran burocracia y tecnocracia, en el buen sentido de la palabra, e institucionalidad y apego a políticas del Estado y a las leyes, la política y las elecciones son un tema entre comillas menor: cambio de autoridades, cambios menores de política, intento de colocar algunas leyes. Son cambio menos violentos, menos agresivos. La economía no se para, el devenir de los acontecimientos continúa, leyes de fondo que cambien la institucionalidad no existen. Pero acá las elecciones terminan siendo un problema, porque la Argentina tiene una mezcolanza fenomenal de falta de estabilidad, políticas de Estado, de tecnocracia e institucionalidad. La economía en la previa se pone tensa, hay turbulencias, la expectativa empieza a ser qué cambios vienen después. Hay una pseudo-parálisis que se le agrega a Berretalandia, y tensiones desde el punto de vista financiero.
Como contraste al caso argentino, Melconian citó el caso de Perú, que tuvo 4 presidentes presos o inhabilitados, uno que se suicidó y una segunda vuelta entre dos candidatos que habían sacado muy bajos porcentajes en primera vuelta, de extrema derecha y de extrema izquierda. Todo eso, señaló, para que el Nuevo Sol (la moneda peruana) se devalúe apenas 8%, el Banco Central analice mover la tasa de interés, que es del 0,25% anual y el riesgo-país esté cerca de los 200 puntos. “Tiene que pasar todo eso para que se genere esos cimbronacito, En la Argentina, no”, contrastó.
-Lo que está en juego en las urnas
Consultado sobre si hay un riesgo “autocrático”, el economista respondió que a su juicio “la elección tiene dos objetivos: poner límites en lo político, hasta acá llegaste, esto es una democracia, ¿qué es eso de que con 7 ó 10 votos más pasás lo que querés por el Congreso. Y el segundo elemento es ponerle un piso al costumbrismo de berretalandia”.
Ponerle piso a berretalandia, dijo, “no se refiere solo a variables económicas, sino a que no te venza el costumbrismo a berretalandia”. Argentina, subrayó, no es como una isla del Caribe “que si te tocó nacer ahí estás sometido a huracanes, te tocó plantar bananas y recibir turistas, porque sos una isla; técnicamente la Argentina no es así, es percibido como un país con las condiciones objetivas para ser más de lo que es”.
-Los temas estructurales
El economista fue escéptico sobre la posibilidad de que luego de las elecciones se aborden o resuelvan problemas de fondo. “No va a pasar”, señaló. “El elemento más importante en los 3 meses siguientes de la elección es que decidas entrar en el paraguas del Fondo Monetario, no para volver a la autopista, sino para volver a la banquina de ripio”. El Gobierno, señaló, “hizo de la lipoaspiración, del acuerdo de los bonos, su leit-motiv, pero siguió comiendo milanesa con ravioles y el riesgo-país quedó en 1.500 puntos. Ahora creen que si van acuerdo al Fondo, con enorme costo político, van a volver a la autopista alemana, pero van a volver a la banquina de ripio, para no andar por el acantilado”. Sin embargo, subrayó, “es un tema muy importante”.
-Los próximos dos años
Según Melconian, “los dos años que vienen son de límite del piso, de límite al avasallamiento y al piso de berretalandia. Y empezar a conformar qué vas a querer para 2023. Del oficialismo preguntas importantes, como la reforma laboral, no va a haber. Va a ser un tongo eso. Están preocupados por 7 millones de informales, pero no va a haber ley laboral nueva, va a ser un chamuyo”. En cuanto a la oposición, agregó, “tiene que largar estos 3 payasescos meses y pensar de verdad qué queremos para el 2023”.
-Presidencias y reformas
El economista definió como “un vivo” a Menem, que introdujo reformas acordes al contexto que le tocó. “Si no tiraban el muro y no aparecían Reagan Thatcher y el Papa, por ahí arrancaba para otro lado”, ejemplificó. En contraste, “Macri dijo de entrada, mi rumbo es éste, pero le podés dar la derecha que no tuvo con qué. Menem lo encontró, se avivó y fue para allá”. Un tercer caso que refirió fue el de Néstor Kirchner. “Se encontró con todo para hacer una reforma y en vez de hacerla la utilizó para anotar su nombre en la historia y generar un nuevo núcleo duro. Siendo un modesto gobernador del sur y ex intentendente de Río Gallegos, utilizó todo lo que tuvo para perdurar y hoy todavía tenemos un núcleo duro de 20/30 puntos; eso lo hacés con populismo y con plata”.
-Estallido no, quilombo constante sí
Consultado sobre si la acumulación de desequilibrios y tensiones económicas y políticas podría terminar en un “estallido”, Melconian buscó reducir el dramatismo. “Espero que no haga falta: estallido la Argentina tuvo solo en 2001, en 1989 hubo una híper donde se eligió presidente que después tuvo su propia híper, hizo un plan Bonex y el mejor plan de estabilidad de todos los tiempos (por la convertibilidad). Lo que la Argentina tiene son quilombos permanentes, no estallidos”, señaló. Pero no esquivó el planteo y agregó: “la pregunta concreta es si tenés que tener una espiralización licuadora en la previa de un plan de estabilidad, y dado que la Política no quiere hacer el ajuste, lo tiene que hacer la realidad”. Al respecto, recordó que “De la Rúa y Cavallo fueron al Congreso a pedir, en estabilidad, una baja de sueldos nominales y los sacaron cagando. Entonces decís: que lo haga la inflación, no hinchen las pelotas”.
-2023
“En la Argentina que viene se necesita un conjunto de personas que generen mucho crédito, que tengan el culo muy limpio. Lo que tienen la política para los que venimos de afuera es que te amedrenta, te amenaza todo el tiempo, por eso hay que tener el culo muy limpio para aguantar todo eso. Hay que generar una nueva confianza, una nueva credibilidad en la gente, poner toneladas de honestidad sobre la mesa, para que la gente crea en algo. Y después, claro, es necesario que la pelota entre. Yo no me retiro de la esperanza. Necesitamos que las manzanas buenas piquen a las malas, no al revés.
SEGUIR LEYENDO: