A pesar del cierre de exportaciones, el Gobierno no logró contener el precio de la hacienda y ni el que paga el consumidor en las carnicerías

Los 30 días de restricciones implementados por el Gobierno no dieron los resultados esperados. A la pérdida de USD 200 millones en exportaciones y los precios en alza, se le sumó la incertidumbre laboral y la preocupación por el impacto de las nuevas medidas

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Al implementar el cepo a las exportaciones de carne vacuna por 30 días, el Gobierno no logró bajar el precio de la carne vacuna al consumidor.

El cierre de exportaciones por 30 días anunciado por el Gobierno el pasado 20 de mayo y que finalizó el último domingo, no solamente registró un amplio rechazo de los sectores vinculados a la ganadería sino que no parece haber cumplido con el cometido expresado por el gobierno: hacer bajar los precios al consumidor. A todo esto, hay que agregar el efecto negativo que provocó en los frigoríficos exportadores en donde advierten problemas de empleo a raíz de la incertidumbre.

El mes pasado las exportaciones se ubicaron en 45.200 toneladas res con hueso, registrando una caída en relación a abril las cuales alcanzaron las 69.500 toneladas res con hueso, durante el mejor abril de la historia y donde 8 de cada 10 kilos comercializados al mundo tuvieron como destino China. Es decir, que entre abril y mayo la Argentina exportó unas 24.300 toneladas res con hueso menos. Así lo informó la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA).

Además, durante el mes pasado el precio de la carne al consumidor en el Área Metropolitana de Buenos Aires registró un aumento en las carnicerías del 6,1% y en los supermercados del 5,2% mensual. Por otro lado, el precio del pollo creció un 1,7% en mayo, en las carnicerías un 1,4% y en los supermercados un 2,6%. En tanto, el pechito de cerdo registró una suba de 3,4% promedio mensual, la que fue de 2,0% en el caso de las carnicerías y de 7,9% en los supermercados.

Al comparar los precios minoristas de mayo de 2020 y mayo de 2021, en el caso de los cortes vacunos se observó una suba de 72,8%, en el del pollo, un alza de 56,2%, y en el de los cortes porcinos, otra de 62,3%. Esto implica que el precio de la carne vacuna se encareció con respecto a las alternativas, 10,7% respecto del pollo entero y 6,5% respecto del pechito de cerdo.

“El cierre exportaciones no frena los precios de la carne y el antecedente está en lo que pasó entre 2006 y 2012. El problema de la carne no es de abastecimiento, sino que es de acceso” (David Miazzo)

A su vez, la consultora LCG en su trabajo semanal sobre el avance de la inflación, informó que en las tres primeras semanas de junio la carne aumentó sus precios 1,3%, 2,8% y 0,6% respectivamente. Esos números anuncian que al terminar el mes es probable que los aumentos se ubiquen por encima del promedio general de la inflación.

Según el índice de inflación de mayo, el precio de la carne vacuna y derivados había aumentado en ese mes un 4,4%, con un acumulado del 72,9% interanual. Esta cifra se encuentra casi 25 puntos por encima de la inflación general (48,8% interanual en mayo), al mismo tiempo que es uno de los alimentos de consumo masivo que más aumentó.

El economista jefe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), David Miazzo, advirtió que el cepo a las exportaciones de carne vacuna no solucionará los problemas de inflación. “El cierre exportaciones no frena los precios de la carne y el antecedente está en lo que pasó entre 2006 y 2012. El problema de la carne no es de abastecimiento, sino que es de acceso: producimos 3,2 millones de toneladas de carne bovina más 3 millones de toneladas de carne de pollo y cerdo. Argentina está en el podio de los mayores consumidores per cápita”, expresó.

Y agregó: “Además hay un problema de poder adquisitivo: Tenemos carne más barata que en otros países, pero hemos perdido el poder adquisitivo. Hubo una caída del 20% el salario real, en los últimos tres años. Del problema de la carne se sale por arriba, con mayor producción, una solución que incremente la oferta local de carne y las exportaciones. Un aumento de producción que genere más empleo, actividad económica, inversiones y divisas”.

Precios de la Hacienda

Por otro lado, durante el cepo a la exportación de carne vacuna que duró 30 días y finalizó el pasado domingo, el promedio del precio de la hacienda que se negoció en el Mercado de Liniers tuvo una pequeña suba, con un pico antes de que se lleve a cabo el cese de comercialización por parte de la Mesa de Enlace por 14 días en rechazo a la medida oficial. Así lo señaló un trabajo de la consultora AZ Group para Infoabe.

Por ejemplo, antes de los anuncios, el precio promedio del animal vivo era de $ 142,04, mientras que en los últimos días ese valor se ubicó en $146,63. Si se toma en cuenta una de las categorías de consumo interno, como el novillito, pasó algo parecido: pasó de $187,93 previó al cierre a $189,21 por kilo. Donde sí se produjo una caída fue en el precio de la vaca, cuya carne no se consume en el mercado interno, sino que se destina principalmente a la exportación. Así, su precio promedio bajó de $113,83 a $105,06 por kilo.

En diálogo con Infobae, el analista del mercado de ganados y carnes de AZ-Group, Francisco Ravetti, señaló que “el precio de la hacienda desinfló la pequeña burbuja que se generó en torno al conflicto, pero no logró bajar los precios que motivaron el cierre de exportaciones”, agregó.

Incertidumbre y pérdidas

La falta de logros del cierre de las exportaciones de carne vacuna no se limitó a eso, sino que al mismo tiempo generó pérdidas en el sector exportador, calculadas en USD 200 millones por David Miazzo, a razón de USD 50 millones por semana. Además, el cepo exportador repercutió negativamente en el empleo, provocando inestabilidad laboral y caída en los ingresos de los trabajadores, ya que varios frigoríficos dejaron de trabajar al 100%.

A partir de las nuevas medidas anunciadas ayer por el Gobierno, la incertidumbre respecto a los puestos de trabajo se erige como una preocupación. En este sentido, el consultor ganadero Victor Tonelli explicó que con el sostenimiento de las restricciones “va a haber una reducción significativa del empleo porque plantas que venían trabajando al 100% bajarán entre el 70% al 50% dependiendo de la actividad que tenían. Afectará no solamente en el número de trabajadores en los que reducirá la planta, sino que además en el salario, porque una parte no menor de la paga que recibe el trabajador está vinculado al volumen o productividad, las dos cosas que van a caer”.

La oficialización de la nueva medida en el Boletín Oficial:

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