La canasta básica total (CBT) aumentó en mayo un 2,4%, informó el Indec. De esa manera, no superó la variación que tuvo ese mes la inflación, que fue de 3,3 por ciento. Con estas cifras, una familia compuesta por cuatro personas -dos de ellas, niños de 8 y 6 años- precisó el mes pasado tener un ingreso de $64.445 para no ser considerada pobre.
Por su parte, la canasta básica alimentaria (CBA) tuvo ese mes una suba de 2,8 por ciento. Este indicador está influido principalmente por la suba de los alimentos, que en los últimos meses registró una aceleración. El mes pasado, según informó este miércoles el Indec, los precios de los alimentos y bebidas fue de 3,1%, es decir, 1,2 puntos porcentuales menos de lo que había aumentado en abril, que fue de 4,3 por ciento. Por lo tanto, una familia de cuatro miembros necesitó $27.423 para no ser indigente.
Una familia compuesta por cuatro personas -dos de ellas, niños de 8 y 6 años- precisó el mes pasado tener un ingreso de $64.445 para no ser considerada pobre.
En términos interanuales, la CBT tuvo un aumento de 49,6%, lo que implica un incremento mayor que el de la inflación general, que en ese lapso fue de 48,8 por ciento. Al observar solamente los primeros cinco meses del año, la canasta básica total registró un aumento de 18,9%, por lo que marcha por detrás de la suba de precios. El IPC acumulado entre enero y mayo fue de 21,5 por ciento.
Los dos indicadores son decisivos para medir el impacto de la crisis económica en los indicadores sociales. Eso sucede porque la canasta básica -que además de alimentos incluye otros ítems del gasto como indumentaria, salud, transporte o educación- determina la denominada “línea de pobreza”. Es decir, los hogares con ingresos menores a la CBT son los que pasan a ser considerados pobres.
De la misma manera, la canasta alimentaria -que tiene un alcance limitado a bienes de primera necesidad- es la que configura la “línea de la indigencia”: aquellas familias que no lleguen a cubrir los ingresos necesarios para adquirir la CBA son indigentes.
Si bien los últimos datos del Indec sobre pobreza abarcan hasta fines de 2020 -el dato de la evolución de esa variable del primer semestre de 2021 se conocerá en septiembre- algunos datos preliminares hacen suponer que los indicadores sociales continuaron deteriorándose durante este año.
De acuerdo a un informe oficial hecho por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, la pobreza aumentó en el primer trimestre de 2021 y alcanzó al 26,5% de la población, lo que representa unas 817.000 personas. De ese total, unas 290.000 son consideradas indigentes por no poder cubrir la canasta alimentaria. De esta manera, ambos indicadores llegaron a su nivel más alto desde que el gobierno porteño comenzó la medición, en 2015.
Una tesis que elabora el informe es que el incremento de la pobreza de 2021 está más ligada a la aceleración inflacionaria que a la pérdida de puestos de trabajo por las restricciones de actividad durante la pandemia, que había sido la razón principal a lo largo de 2020.
Por eso, el reporte oficial porteño consideró que más allá del rebote de la actividad de la última parte de 2020 y la primera de 2021, esa tendencia se vio compensada por la aceleración inflacionaria de los primeros meses del año. “El aumento de precios resulta mayor, por lo que se observa un deterioro en las condiciones de vida medidas por el ingreso, que ya presentaban altos niveles de pobreza (y en particular, de indigencia) en el primer trimestre de 2020, cuando los efectos del ASPO aún no habían aparecido”, aseguró el informe del Gobierno porteño.
En términos interanuales, la canasta básica total tuvo un aumento de 49,6%, lo que implica un incremento mayor que el de la inflación general, que en ese lapso fue de 48,8 por ciento.
Por otra parte, una medición de la Universidad Católica Argentina (UCA) arrojó como conclusión que entre 2017 y 2020, el porcentaje de personas que tienen trabajo pero que a pesar de eso están bajo la línea de la pobreza pasó de 15,5% a 27,4% (11,9 puntos porcentuales) y de 1,9% a 4,4% (2,5 pp.) al considerar un umbral de pobreza extrema.
Recientemente, el Observatorio de la Deuda Social de esa universidad publicó un informe en el que reflejó que la pobreza entre los más chicos alcanza casi el 75% en el Conurbano bonaerense y otras zonas del país. “En estos lugares, de cuatro chicos que se sientan a una mesa, solo uno come todos los días”, concluyeron.
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