Tras otro mes con alta inflación, el Gobierno seguirá con los controles y una lenta devaluación para contener los precios hasta las elecciones

La suba acumulada en los cinco primeros meses del año ya equivaldría al 75% de la proyección oficial de 29% anual. El Ejecutivo reparte la pelea contra los precios en tres despachos oficiales; Guzmán concentra su agenda en el déficit y la emisión de pesos

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El ministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas y la secretaria de Comercio Interior Paula Español, dos de los funcionarios encargados de la pelea contra los precios.
El ministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas y la secretaria de Comercio Interior Paula Español, dos de los funcionarios encargados de la pelea contra los precios.

El Gobierno descuenta que el dato de inflación que se conocerá este miércoles mostrará una leve desaceleración del ritmo de precios pero en un nivel que todavía está lejos del que apunta a tener en los próximos meses y con el que busca llegar a las elecciones de medio término en septiembre. En ese marco, al Poder Ejecutivo optará por dos recetas en el menú para aplacar el IPC hacia adelante: un dólar que ajuste su precio en cámara lenta y un refuerzo de los esquemas de control y coordinación de precios.

De acuerdo a estimaciones privadas, la inflación de mayo será menor al 4,1% que marcó abril según el Indec, y perforaría el 4% mensual, un umbral que solo en febrero no superó el IPC (3,6%). De esta manera, los cinco primeros meses del año acumularían un avance en los precios cercano al 22 por ciento, apenas siete puntos porcentuales por detrás de la proyección oficial de 29 por ciento. Así, entre enero y mayo ya se habría “consumido” el 75% de la cifra prevista en el Presupuesto 2021.

En los despachos oficiales admiten que la estimación que tenían de un primer trimestre con números de inflación altos y una desaceleración desde abril implicaba una descompresión de precios que no terminó por suceder. Ese diagnóstico, con la demora del caso, no cambió: en los próximos meses el equipo económico espera una curva descendente en el ritmo de precios, para lo cual confía en dos aspectos centrales.

Los cinco primeros meses del año acumularían un avance en los precios cercano al 22 por ciento, apenas siete puntos porcentuales por detrás de la proyección oficial de 29 por ciento. Así, entre enero y mayo ya se habría “consumido” el 75% de la cifra prevista en el Presupuesto 2021.

En primer lugar, en la administración de la velocidad en la que se ajusta el tipo de cambio mayorista, en manos del Banco Central. Según fuentes oficiales, durante el primer trimestre del año el Gobierno dio rienda para que tenga lugar la mitad de la devaluación del peso prevista para todo el año. Desde ahora, explican, el ajuste será en slow motion para no sumar un ingrediente más al cóctel de suba de precios en la segunda mitad de año.

El otro factor será el entramado de esquemas de control y coordinación de precios. El más reciente fue el de la canasta de precios con 70 productos de la canasta básica que se mantendrá congelada hasta fin de año. Tendrá como características particulares en comparación con Precios Cuidados, el programa decano en los supermercados, que tendrá los valores impresos en los envases y que penetrará en en el circuito de superficies comerciales barriales, que explican más del 60% del consumo, según estiman desde Gobierno.

La inflación de mayo se ubicaría entre 3,5 y 4% con otro fuerte aumento en los alimentos. EFE/ Juan Ignacio Roncoroni
La inflación de mayo se ubicaría entre 3,5 y 4% con otro fuerte aumento en los alimentos. EFE/ Juan Ignacio Roncoroni

Dentro de este catálogo también se encuentran medidas más drásticas como el cierre de las exportaciones de carne vacuna. Esta semana se cumplirán los 30 días de vigencia inicial anunciada y ya se iniciaron los contactos entre los funcionarios nacionales y la dirigencia agropecuaria para encontrar algún punto de acuerdo.

Un primer resultado de esa decisión se vio en el relevamiento de precios que hace el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), que midió un incremento de 6,1% en mayo, más allá de que la suspensión de ventas al exterior abarcó doce días del mes.

Martín Guzmán centró su agenda en la negociación de la deuda con tres giras en el exterior en dos meses y su participación en el combate a la inflación se basa en lo que el ministro de Economía llama los factores macroeconómicas de la suba de precios: el déficit fiscal y la emisión de pesos.

En los despachos oficiales admiten que la estimación que tenían de un primer trimestre con números de inflación altos y una desaceleración desde abril implicaba una descompresión de precios que no terminó por suceder.

Hay otros tres elementos que figuran como causantes de la inflación en el cuaderno rojo de Guzmán: dólar, tarifas y coordinación de precios. Sobre estos dos últimos, el ministro perdió algo de peso. El partido de los subsidios lo ganó el ala del Frente de Todos que responde a Cristina Kirchner que terminó por definir un sendero de aumentos tarifarios por debajo de lo que pretendía el ministro.

Y los esquemas de control de precios, que primero tuvieron un cariz de “coordinación de expectativas” a través de una mesa de diálogo entre empresarios, sindicatos y Gobierno, quedó desdibujada con la aceleración inflacionaria y ciertos reproches desde el Poder Ejecutivo al sector privado. Esa parte de la pelea inflacionaria quedó en manos de la Secretaría de Comercio Interior.

Los esquemas de controles de precios son parte de la estrategia antiinflacionaria del Gobierno.
Los esquemas de controles de precios son parte de la estrategia antiinflacionaria del Gobierno.

Según fuentes de Gobierno, la principal espada del jefe del Palacio de Hacienda sobre tema precios es su secretario de política económica y virtual viceministro Fernando Morra, un funcionario que adoptó desde que asumió en enero un perfil bajo tal que no cuenta con mayores apariciones en público más allá de reuniones de gabinete económico y en esa mesa tripartita que terminó por desarmarse. Morra, un economista de la Universidad de la Plata como Guzmán, fue presentado oficialmente como un especialista en procesos de baja de inflación.

Con todo, la proyección presupuestaria de inflación de 29% para todo 2021 todavía no es reajustada por el equipo económico y fue ratificada con un asterisco: un margen hacia arriba de cuatro puntos porcentuales, algo que fue blanqueado recientemente por el informe al Congreso que envió el jefe de Gabinete Santiago Cafiero. Sigue estando lejos de las estimaciones privadas.

Por caso, un informe del recientemente creado centro de estudios Equilibra (dirigido por Martín Rapetti y Diego Bossio) plantea tres escenarios. Uno con mayores probabilidades, en que la suba de precios treparía a lo largo del año al 47,3%. Otro, el más pesimista, implicaría una inflación de 52% y un tercero con variables a favor en que el IPC cerraría el 2021 en torno de 46,9 por ciento.

La proyección presupuestaria de inflación de 29% todavía no es reajustada por el equipo económico y fue ratificada con un asterisco: un margen hacia arriba de cuatro puntos porcentuales, algo que fue blanqueado recientemente por el informe al Congreso que envió el jefe de Gabinete Santiago Cafiero.

Hay otro factor que, aseguran desde la Casa Rosada, le ayudará al Gobierno a mostrar un camino de desaceleración inflacionaria, aunque es una tesis que no sale de Hacienda ni de Secretaría de Comercio, sino del Banco Central. “En los próximos meses, la evolución de la situación epidemiológica podría incidir en la dinámica de la inflación”, dijo recientemente el BCRA en su último Informe de Política Monetaria (IPOM).

“Las restricciones a la movilidad y los cierres temporarios focalizados en ciertas actividades y regiones para limitar la suba de contagios -de menor alcance que las del año anterior- podrían contribuir a morigerar la suba de los precios de algunas actividades, especialmente en aquellos servicios vinculados al esparcimiento y el transporte”, aseguró la entidad monetaria.

En ese sentido, el BCRA consideró que “la dinámica de precios estuvo influenciada por factores tales como la recuperación del precio relativo de los servicios, la recomposición de los márgenes de comercialización minorista en algunos sectores y el avance de los acuerdos paritarios”. A estos factores “se sumó la incidencia del significativo aumento en los precios internacionales de las materias primas sobre el precio interno de los alimentos”. A pesar de esto, “en los próximos meses, dada la naturaleza transitoria de varios de estos factores, se espera que la inflación inicie un proceso de descenso gradual y sostenido”.

Desde el equipo económico estiman que desde ahora el ajuste del tipo de cambio mayorista será en cámara lenta para no sumar un ingrediente más al cóctel de suba de precios en la segunda mitad de año.
Desde el equipo económico estiman que desde ahora el ajuste del tipo de cambio mayorista será en cámara lenta para no sumar un ingrediente más al cóctel de suba de precios en la segunda mitad de año.

En mayo la suba de precios habría rondado el 3,6%, de acuerdo a un relevamiento hecho por la agencia Reuters en base a distintas consultoras. El IPC oficial que se publica el miércoles reflejaría, según ese sondeo, otro fuerte incremento en el precio de alimentos y bebidas. Dentro de esas estimaciones privadas, se prevé que en el segundo semestre del año el ritmo inflacionario se desacelere.

Según Joaquín Waldman, de Ecolatina, “(el dato de mayo) representa un descenso respecto a los meses previos, aunque la inflación se mantiene elevada”, afirmó Waldman, y añadió que “esperamos que rompa el 3% mensual en el segundo semestre”, afirmó citado por Reuters.

Con un número un poco más bajo, según C&T Asesores Económicos, el relevamiento de precios minoristas para el Gran Buenos Aires arrojó un alza mensual de 3,3% en mayo, menor que el 3,6% que midieron en abril pero superior al 1,6% de mayo de 2020. Así, la variación de doce meses trepó a 45,3%, explicaron.

Además del déficit y la emisión de pesos, hay otros tres elementos que figuran como causantes de la inflación en el cuaderno rojo de Guzmán: dólar, tarifas y coordinación de precios. Sobre estos dos últimos, el ministro perdió algo de peso.

“Salud, y transporte y comunicaciones crecieron algo por encima del 4%. En salud pesaron tanto los medicamentos como el aumento autorizado a las prepagas. En transporte se destacaron los combustibles, los vehículos y en la CABA, los peajes, el subte y los taxis. Los alimentos y bebidas subieron algo menos de 4%, contenidos en parte por bajas en frutas y verduras”, explicaron desde esa consultora.

Por su parte, la consultora LCG proyectó una alza de precios de entre 3% y 3,5%, con desaceleración en junio. Entre los analistas de la consultora Seido, la inflación de mayo también se ubicará en un porcentaje en torno al 3,5% mensual y coincidieron en que podría producirse una desaceleración en los próximos meses.

En EcoGo también proyectan un 3,5%, y que la suba de alimentos está por encima de este promedio y que continuará en los próximos meses, por lo que va a ser difícil perforar un cierto piso de inflación. En la consultora Analytica proyectan una inflación de 3,5% para mayo, principalmente por una desaceleración de la inflación núcleo, la que no incluye precios regulados, mientras que para el estudio de Orlando Ferreres podría llegar al 4%.

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