A casi seis meses del conflicto que escaló entre el Gobierno y las empresas de medicina prepaga debido a la marcha atrás del aumento autorizado en las cuotas en diciembre pasado, las compañías finalmente están a un paso de recurrir a la Justicia en reclamo de un ajuste de acuerdo a la evolución de su estructura de costos. Durante los últimos meses, las autoridades les permitieron un aumento de 7,5% acumulado, pero las empresas advierten que el atraso asciende al 36 por ciento.
La negociación que se había iniciado entre la Unión Argentina de Salud (UAS), el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y miembros del Ministerio de Salud quedó empantanada, por lo que varias entidades miembros de la UAS decidieron presentar una ampliación del recurso administrativo que ya habían realizado meses atrás con el planteo de que el Estado está haciendo un “uso indebido del ajuste de las cuotas previsto en la Ley de Prepagas”, dijo una alta fuente del sector. La presentación, patrocinada por el abogado Andrés Aznar, fue realizada ante la ministra de Salud, Carla Vizzotti. De no haber respuesta, las instituciones aseguran que están decididas a recurrir a la Justicia mediante un amparo, en reclamo de un ajuste en las cuotas.
Las autoridades les permitieron un aumento de 7,5% acumulado, pero las empresas advierten que el atraso asciende al 36 por ciento.
“Hemos hecho una presentación diciendo que está mal aplicada la Ley y que el hecho de que el ajuste de diciembre está debidamente justificado está en los propios considerandos del decreto, que finalmente fue descartado. Nosotros ya habíamos hecho una presentación y el martes procedimos a ampliarla para que vuelvan a correr los plazos y que quede luego habilitada la vía judicial”, dijo la fuente a Infobae.
Por otra parte, las entidades asociadas a la UAS siguen insistiendo con la suba de los precios de los medicamentos, que acumulan en más de un año incrementos de hasta 1300%, en el caso de algunos que se utilizan para uso hospitalario. Aunque desde abril los valores de estos productos quedaron congelados a raíz de un acuerdo de precios firmado entre los laboratorios y el Gobierno, los aumentos ya registrados desde comienzos del año pasado sumado a la mayor demanda están provocando que el ítem medicamentos tome cada vez mayor participación en la torta del gasto del sistema y quede menos margen para otras erogaciones, como por ejemplo los salarios, advierten en el sector.
En octubre del año pasado, mediante la resolución conjunta 1/2020, el Ministerio de Salud y la Secretaria de Comercio Interior del Ministerio de Desarrollo Productivo habían fijado topes por 6 meses a los exagerados aumentos que habían tenido los medicamentos utilizados en el tratamiento de pacientes con Covid grave, internados en terapia intensiva. Esos topes ya convalidaban incrementos de hasta el 1300% en algunos productos. Pero luego, con el acuerdo de abril, se produjeron nuevos incrementos, en algunos casos del 63% adicional.
“Desde el año pasado, los prestadores y financiadores de la salud venimos advirtiendo públicamente acerca de la escasez y las distorsiones que se están dando en los precios de medicamentos analgésicos, sedantes y relajantes musculares indispensables para el tratamiento de pacientes en terapia intensiva. La pandemia de COVID-19 generó un inusual aumento en la demanda de estos productos a nivel mundial y el mercado global tiene dos proveedores principales de estos medicamentos críticos y sus principios activos: China e India”, había asegurado la UAS, la entidad presidida por Claudio Belocopitt, titular de Swiss Medical, en un comunicado publicado a fines de abril. Esta suba de la demanda sumada a las dificultades de movilidad por los aislamientos generaron dificultades de provisión y escasez en muchos países, así como distorsiones en los precios y el surgimiento de un mercado negro. En la Argentina, según la institución, esta situación se viene tornando crítica en el marco del aumento de casos por la segunda ola pandémica.
Si bien los mayores aumentos de estos medicamentos de uso hospitalario se dieron durante 2020, año de la implosión del Covid, cuando en abril el Gobierno y los laboratorios firmaron el nuevo acuerdo de precios, permitieron ajustes que en algunos casos rondan el 63%, como es el caso del bromuro de pancuronio (miorelajante que se utiliza en las intervenciones quirúrgicas llevadas a cabo con intubación endotraqueal y respiración asistida). Según cálculos de la UAS, de $74,59 que costaba la ampolla en enero/febrero de 2020, en noviembre había trepado a $126, y al firmarse el nuevo acuerdo de precios en abril subió a $205, por lo que acumula en un año y medio un alza del 174 por ciento. En tanto, la ampolla de Atracurio (otro miorelajante) subió de $59,61 en enero de 2020 a $ 511 en noviembre y luego a $605 a partir de abril. Es decir que la última suba fue de 18%, pero se suma a la anterior que había trepado al 757 por ciento.
A su vez, la ampolla de Citrato de Fentanilo (analgésico narcótico), que tenía un costo prepandemia de $32, aumentó 900% con el acuerdo de abril, ya que su precio fue fijado en $320. Las ampollas de propofol (otro medicamento anestésico) tenían un precio aproximado de $119, treparon a $570,40 en noviembre y con el acuerdo de abril, a $710, es decir que desde el año pasado acumulan un incremento del 496 por ciento. Y la ampolla de Midazolán subió de $32,24 que costaba a comienzos del año pasado a $ 425 actualmente (1.218%).
Con el acuerdo de abril, se produjeron nuevos incrementos en los medidacamentos, en algunos casos del 63% adicional
Consultado al respecto, Ricardo Lilloy, encargado del Observatorio de Costos de la Salud de la UAS, manifestó que el incremento de precios que han tenido todos los medicamentos, pero mucho más estos que se usan para internación, hace que del total de la torta del sistema, este componente del gasto crezca y deje menor espacio al resto de los ítems, como por ejemplo los salarios. “En hospitales y sanatorios privados, el share de salarios estaba arriba del 60%; hoy bajó porque creció el consumo de estos medicamentos y del oxígeno. Estos factores se han apropiado de más parte del costo sanatorial. El ítem oxígeno tuvo un incremento del 800% porque subió 120% el valor del metro cúbico y se triplicó el consumo”, remarcó el además presidente de la Cámara de Entidades de Medicina Privada (Cempra).
De acuerdo con los datos del Observatorio, los medicamentos que se venden bajo receta y los de venta libre tuvieron un incremento en abril del 55,8% interanual, versus un IPC general que mostró una suba del 46%. En el caso del ítem Salud, acumula una suba en el año de 40,9%, pero con una incidencia mucho más alta de los productos medicinales, artefactos y equipos para la salud (54,2%) que del gasto en prepagas (19%), según el informe del Indec de abril.
Según Lilloy, el descalce que tiene el sector entre los ingresos y los egresos asciende al 60%, pero las negociaciones con el Gobierno para planificar hacia adelante un aumento gradual de las cuotas están estancadas. Si bien a comienzos de año habían avanzado en el diseño de un ajuste de acuerdo a la variación salarial, esta idea quedó cajoneada por el momento. Es por eso que retomaron la idea de discutirlo en la Justicia, si el Gobierno no responde el recurso administrativo presentado el martes pasado.
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