Son horas decisivas para la dirigencia del campo que forma parte de la Mesa de Enlace. Los representantes de los productores agropecuarios aguardan señales del Gobierno para anunciar si continúa o se levanta la medida de fuerza que finaliza hoy viernes, en rechazo al cierre de las exportaciones de carne vacuna por 30 días.
Según los analistas consultados por este medio, la decisión oficial podría significar una pérdida de ingreso por exportaciones de 250 millones de dólares y el caso de que se avancen con las restricciones, la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) advirtió que peligran unos 100.000 puestos de trabajo que están relacionados con el circuito exportador.
La decisión oficial podría significar una pérdida de ingreso por exportaciones de 250 millones de dólares
En el sector agropecuario se mide la decisión del Gobierno nacional de cerrar las exportaciones de carne vacuna de dos maneras. Por un lado, por el daño económico a toda la cadena cárnica, desde los productores hasta los trabajadores de los frigoríficos y la potencial pérdida de mercados por los incumplimientos en los despachos. A eso se agrega el temor a que esta política se extienda y se repitan los resultados desastrosos para la producción que originó el kirchnerismo la década pasada.
La otra manera en que se miden los daños de la iniciativa oficial es menos cuantitativa, pero tiene más peso específico: el agro cree que si existía un mínimo de confianza, ésta ya fue destruida. La relación, ya maltrecha, ingresó en un estadio de desintegración tal vez irreparable.
La medida de fuerza ha registrado hasta el momento un alto acatamiento en el mercado de Liniers, donde no hubo ingreso de hacienda. Hay suspensión de remates físicos y virtuales y una alta adhesión de las casas consignatarias y de los demás integrantes de la cadena de ganados y carnes, desde donde rechazaron enfáticamente la decisión de Alberto Fernández.
Sobre el final del día, el Presidente ser refirió al conflicto en una entrevista. “Vamos a levantar el cierre de exportaciones el día que tengamos resuelto este tema. Está visto que exportando el 30% de lo que se produce tenemos un problema enorme en los precios internos. La lógica dice que a más oferta, mejores precios pero ahí está la tensión de la Argentina” dijo Fernández, quien reconoció que frenar las exportaciones “no es buena medida porque estamos perdiendo dólares que entran”. Y pidió a los formadores de precios que “se den cuenta de que los argentinos no tienen porqué pagar la carne al mismo precios que se paga afuera”.
Hay incertidumbre entre los dirigentes del campo por la falta de convocatoria al diálogo por parte de los funcionarios y señales concretas sobre si el Gobierno decide dejar sin efecto las restricciones para exportar y finalmente acepta la propuesta que acercó la industria frigorífica exportadora para trasladar más toneladas de carne al mercado interno, en el marco del acuerdo para comercializar 11 cortes de carne a precios accesibles.
“La negociación por el precio de la carne es sencilla. Ya hace tiempo veníamos generando diálogo con el sector exportador para buscar un precio adecuado que se estacione en las posibilidades de los ingresos que tienen las familias argentinas” (Cafiero)
De acuerdo a fuentes del sector, la negociación entre funcionarios nacionales y exportadores continúa y trascendió que fue uno de los temas que se analizó en la reunión del equipo económico, que fue convocado hoy a Olivos por el Presidente. Las diferencias pasarían por cuántas toneladas de más se volcarían por mes al acuerdo de los 11 cortes. La propuesta del sector privado, hay que recordar, sería pasar de 8.000 toneladas mensuales a 13.000 toneladas. En este escenario, la Mesa de Enlace adelantó que no aceptará ningún acuerdo que signifique una perdida para el productor.
Por su parte, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, aseguró hoy que le solicitaron al sector exportador de la carne que busque un “precio adecuado” y agregó en declaraciones radiales: “La negociación por el precio de la carne es sencilla. Ya hace tiempo veníamos generando diálogo con el sector exportador para buscar un precio adecuado que se estacione en las posibilidades de los ingresos que tienen las familias argentinas”.
Esta tarde, en un zoom organizado por la Sociedad Rural de Jesús María, el titular del frigorífico Logros, en la provincia de Córdoba, Mariano Grimaldi, precisó que el sector acercó al Gobierno una propuesta superadora y que significa un gran esfuerzo por parte de los frigoríficos exportadores. “El cierre de las exportaciones es una medida triste e injusta. Necesitamos que dejen de atentar contra las fuentes de trabajo y producción”, dijo el empresario, quien la semana pasada aseguró que por las restricciones para vender al mercado externo, evaluaba suspender personal y las horas extras.
Mesa de Enlace
En la Mesa de Enlace, mientras tanto, una de las posibilidades que se analiza es extender el paro hasta el martes de la semana que viene, si el Gobierno no hace lugar al reclamo de que se reabran las exportaciones. También se tendrá que definir si se suman otros sectores de la producción, tras la propuesta que elevaron las bases del interior para incorporar los granos, porcinos y economías regionales. No hay hasta el momento un consenso entre los dirigentes para aceptar o rechazar el planteo.
Otro de los aspectos que analizan los presidentes de las cuatro entidades de productores es el impacto que tendría la extensión de la medida de fuerza, luego de la advertencia de los matarifes y distribuidores de carne vacuna, quienes aseguraron que hay stock hasta el domingo para abastecer las carnicerías y si el paro continúa, podría empezar a faltar carne a partir del lunes o martes de la semana que viene.
Este es el cuarto conflicto del Gobierno con el campo en solo un año y medio de gestión. El flamante desencuentro por la exportación de carne vacuna, a diferencia de otras veces, podría ser de complicada resolución. Más allá de la falta de diálogo, los dirigentes del campo dicen que son demasiados los golpes al sector, se sienten ninguneados y maltratados. Si a esto se le suma la nula confianza, el escenario se complejiza.
Sin embargo, la dirigencia rural también entiende que es necesario una relación constructiva con el Ejecutivo, sobre todo porque este último es el que decide e implementa las reglas del juego y porque también se sabe que el conflicto permanente no le sirve a nadie.
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