Mientras el Gobierno busca en las grandes empresas y en la suba de los precios internacionales a los culpables de las fuertes subas en los precios de los alimentos, el rubro se sigue manteniendo por encima del índice general de inflación (IPC) y las perspectivas de las consultoras es que difícilmente logre perforar el 4% de incremento durante mayo.
En las últimas semanas, el Gobierno apuró más medidas de controles de precios -Precios Cuidados, Ley de Góndolas, restricciones a la exportación-, mientras la aceleración de los valores de los alimentos no se detiene. Si se anualizan los aumentos promedio verificados durante la primera parte del año, la inflación en lácteos se acerca al 90%, en carnes al 80% y en aceites, grasas y mantecas al 75%, de acuerdo a un análisis de la consultora Invenómica. “Estos valores hablan de una crisis profunda. En el caso de la carne es importante destacar que durante diciembre 2020 ya se había apreciado un aumento muy significativo”, dijo Pablo Besmedrisnik , director de la consultora.
Los salarios, jubilaciones y planes sociales están creciendo por debajo de la inflación. Sin embargo, cuando la comparación se realiza en particular contra el alza de los alimentos la situación es aún más dramática (Besmedrisnik)
“Los salarios, jubilaciones y planes sociales están creciendo por debajo de la inflación. Sin embargo, cuando la comparación se realiza en particular contra el alza de los alimentos la situación es aún más dramática, y está teniendo un efecto inmediato sobre los niveles de pobreza e indigencia”, agregó el economista.
¿Cuánto impactan en los valores locales el aumento de los precios internacionales de los alimentos? “La suba colabora con la alta inflación de los comestibles en la Argentina. Y más claramente en los productos que la Argentina exporta. Sin embargo, la situación de precios a nivel global no puede considerarse como la fuente central del aumento doméstico del precio de los alimentos”, señaló Besmedrisnik.
En muchos países, los alimentos presionan al alza a la inflación general, pero en ningún caso llegan a las altísimas tasas de la Argentina. Según un relevamiento de la OCDE, durante el primer trimestre 2021 muchos países tuvieron la inflación de alimentos por encima de la inflación general: entre ellos, Chile y Colombia dentro de la región, pero también países como Turquía, Rusia, Arabia Saudita, Corea, Estados Unidos y Australia. También Brasil, aunque con una brecha menor. En general, es una tendencia que no se verificó en los países europeos.
Según el relevamiento de la OCDE, durante los primeros meses de 2021, las principales brechas se dieron en Australia, con una tasa de inflación general de 1,1% anual y de 10% para alimentos; Corea (1,1% versus 8,2%); Arabia Saudita (5,3% versus 11,2%); Chile (2,9% versus 6,5%) y Colombia (1,6% versus 4,8 por ciento).
“La Argentina es una anomalía en el contexto internacional, no por la existencia misma de la inflación sino por la magnitud que esta alcanza. Evidentemente, detrás del aumento de la inflación en general y de los alimentos en particular hay razones macroeconómicas. Nuevas restricciones y regulaciones funcionan como paliativos de cortísimo plazo, que de ninguna manera arrojan soluciones de fondo. Es más, en muchos casos, como carne o lácteos, generan fuertes desincentivos a la inversión y a la producción que terminarán complicando la oferta y por lo tanto aún más los precios”, agregó el economista.
Según los economistas, el congelamiento de las tarifas de los servicios públicos -que se mantuvieron fijas, sin ajustes, durante casi dos años- también genera que la inflación en alimentos sea superior al promedio general. Y otro factor es el programa de Precios Máximos implementado el año pasado, durante el comienzo de la pandemia, que mantuvo un tope para los precios por varios meses.
En los en los primeros cuatro meses de 2021, los lácteos ya acumularon una suba mayor que en todo 2020, los programas de controles de precios pueden tener efectividad en el corto plazo pero después se acumulan atrasos (Myronec)
“Cuando se implementó Precios Máximos, el año pasado, fue una medida excepcional por la cuarentena por eso era muy abarcativo y generó una desaceleración. Después se extendió hasta fin del año, con algunos aumentos, lo que generó muchos atrasos. El programa hoy sigue, con cambios, pero no es efectivo como fue el año pasado”, resaltó Agostina Myronec, analista de la consultora Ecolatina.
El índice de precios que elabora la consultora, que toma los productos de consumo masivo que fueron afectados por el programa, muestra una aceleración a partir de febrero de 2021. En abril de este año se ubicó por encima del 4%, muy lejos de las cifras de 2020, donde estuvo entre 0,3% y 0,5 por ciento.
Un ejemplo de esta aceleración es el caso de los lácteos. Si se toma el índice de inflación para el GBA, los productos de esta categoría subieron 23,7% entre enero y abril de este año, mientras que en todo 2020 la suba fue de 20,2%. “En los primeros cuatro meses de 2021, los lácteos ya acumularon una suba mayor que en todo 2020, los programas de controles de precios pueden tener efectividad en el corto plazo pero después se acumulan atrasos”, agregó Myronec.
“En términos de inflación general, vimos en los últimos meses una aceleración a medida que se fueron flexibilizando las restricciones y aumentó la velocidad de circulación del dinero, en un contexto donde la oferta monetaria se incrementó en forma significativa el año pasado y la demanda de pesos se encuentra muy débil. Eso ha generado presiones sobre el nivel de precios también vinculadas a las restricciones a las importaciones que ponen un signo de interrogación sobre los costos de reposición de las empresas”, explicó Martín Vauthier, director de la consultora EcoGo.
“En términos de inflación general, vimos en los últimos meses una aceleración a medida que se fueron flexibilizando las restricciones y aumentó la velocidad de circulación del dinero” (Vauthier)
“En alimentos hemos visto una aceleración por encima del promedio hacia el tercer y cuarto trimestre del año pasado. Por un lado, tiene que ver con que los precios regulados están artificialmente pisados en cuando a las tarifas, lo que hace que el nivel general quede más abajo. Y también hay un impacto vinculados a las cotizaciones internacionales de las materias primas, que estamos viendo alrededor del mundo. La diferencia con la Argentina son niveles de inflación, el punto de partida. Claramente tiene una incidencia, pero la magnitud viene explicada por factores propios de la Argentina, vinculado a los desequilibrios en el mercado monetaria, entre la oferta de dinero y demanda de pesos”, advirtió el economista.
SEGUIR LEYENDO: