El sector ganadero y frigorífico se encuentran en una situación de una preocupación creciente y a la expectativa de cómo se llevará a cabo y cuál es la verdadera finalidad que tendrá la conformación del nuevo registro para los exportadores de carnes. Si bien el mecanismo todavía no fue puesto en funciones, esta medida se erige como un déjà vu para el sector, retrotrayéndolo a los tiempos de los tristemente recordados ROEs rojos, los Registros de Operaciones de Exportación que funcionaron durante el gobierno de Cristina Kirchner.
A pesar de que la resolución conjunta oficializada ayer en el Boletín Oficial tiene como objetivo el “ordenamiento de la actividad exportadora de la carne y sus subproductos” y “evitar posibles desequilibrios en el mercado interno de la carne en condiciones de abastecimiento, precio y calidad”, según el Gobierno nacional, el campo descree de tales fines y cree que lo que se pretende es una intervención directa en las exportaciones de carnes en pos de bajar los precios en el ámbito local.
Pero más allá de este nuevo instrumento, llamado Declaración Jurada de Operaciones de Exportación de Carne (DJEC), que estará bajo la órbita de la Dirección de Control Comercial Agropecuario, lo que cabe preguntarse es qué efectos tendrá sobre los precios de las carnes y las exportaciones. Para eso, Infobae dialogó con especialistas y expertos en mercados ganaderos y de las carnes para poder plantear un posible escenario a futuro.
Para el el consultor ganadero Victor Tonelli, si lo que busca el Gobierno es bajar los precios internos de la carne restringiendo las exportaciones, no logrará hacerlo, ya que el grueso de lo que embarca la Argentina, no es un producto de habitual consumo en el país. “Lo primero que hay que tener en cuenta es que el 75% de lo que se exporta va con destino a China y eso es, mayoritariamente, carne generada de vaca y toro que no tiene como destino natural el mercado interno”.
Por tal motivo, Tonelli señaló que “la primera equivocación en el preconcepto de creer que bajando exportaciones van a bajar los precios es que, justamente, no van a bajar los precios de los cortes que comúnmente consumimos los argentinos y de la calidad habitual que debe tener esa carne”.
Por su parte, el director de la consultora Conocimiento Ganadero, Fernando Canosa, opinó que en caso de que el Gobierno decida utilizar esta herramienta para limitar la exportación, se puede dar en un primer momento una baja en los precios, pero que tras una fuerte liquidación de animales, los precios tenderán a una fuerte suba.
“Esta es una resolución que permite desde mantener el escenario como está sin tocar nada hasta cerrar totalmente las exportaciones. Esto es como comprar un revolver: si tirás y le apuntas a alguien lo vas a matar, pero si no lo usas, no hay problema. Lo que ocurre es que en la gestión anterior (de Néstor y Cristina Kirchner, con la fuerte restricción de exportaciones de carne) se hizo un desastre: se perdieron 10 millones de cabezas, cerraron 100 frigoríficos, se perdieron 15.000 puestos de trabajo. Inicialmente, en precio esto se traduce en que haya una baja, pero después se va a ir a las nubes porque se acabó lo que se liquidó”, expresó Canosa.
Respecto a este último punto, el especialista remarcó que si estas medidas solo se constituyen en “amenazas” que hacen que se retiren los operadores “que no tienen antecedentes de exportación” dando como resultado una reducción en la demanda, podrían bajar los precios, sin generar mayores problemas a la actividad. “Pero si esto perdura en el tiempo y entramos en una onda negativa para la ganadería, ingresaremos en otro período de liquidación y habrá un momento que el precio rebota porque no alcanza la oferta y pega una estampida como pasó en 2010”.
Exportaciones
Si se toma en cuenta que esta norma conjunta de las carteras de Agricultura, Ganadería y Pesca y Desarrollo Productivo se impulsó en el marco de una batería de medidas que buscan contener los precios y moderar la espiral inflacionaria, se entiende que una de las herramientas para esto con la que ahora cuenta el Gobierno es establecer un mayor control sobre las exportaciones y esto, como ya se dijo antes, retrotrae el productor a la época de los ROE.
En esta línea, Tonelli opinó que “las exportaciones dependerán muchísimo de cómo utilice (en el Gobierno) el instrumento que hoy pusieron en vigencia. Es un instrumento que palabras más, palabras menos, es muy similar al ROE rojo que se implementó en el 2008 y que generó un desastre”.
Esta iniciativa, según el especialista, deriva “en una fuertísima expectativa negativa, no solamente de la cadena de ganados y carnes, sino de los propios clientes en el exterior. Ya ayer colegas uruguayos me contaban que estaban empezando a consultar quién puede venderle lo que Argentina en algún momento no le venderá, como ya pasó en el pasado”.
Por último, remarcó que “es probable que si bajan las exportaciones, sobre oferta de cortes que el argentino no quiere, se pierde nuevamente la oportunidad de obtener la presencia que tuvimos en el mercado internacional, se pierda de ingresar una cantidad enorme de dólares y, por supuesto, los valiosos puestos de trabajo que generó la industria exportadora”.
Para Canosa, las exportaciones “se pueden cortar y nos perdemos de ingresar divisas o las podemos dejar así y promover la exportación. Pero, a diferencia de 2008 cuando cerraron las exportaciones, en aquel momento había superávit fiscal y una balanza comercial a favor. Hoy no tenemos ninguna de esas dos cosas y una pobreza del 42%, por lo que es de esperar que solo sea una amenaza, porque tampoco hay acuerdo internamente en el Gobierno para que bajen las exportaciones. Si esto se traduce en hechos, el futuro para la ganadería es sombrío”.
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