La meta del 29% de Martín Guzmán ya es una misión imposible: la inflación de abril rondará el 4% pese al freno del dólar

La decisión de atenuar el ritmo de devaluación del dólar oficial a partir de marzo todavía no muestra impacto en la evolución de los precios. Las previsiones del año se mantienen en torno al 45%, casi 10 puntos más que 2020

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Las frutas y verduras fueron
Las frutas y verduras fueron de los alimentos que más subieron en 2020

El Indec dará a conocer mañana la inflación de marzo y las cifras privadas -incluso reconocidas por el propio Gobierno- no son nada alentadoras. Con el dato del tercer mes del año, nuevamente en torno al 4% o más, el primer trimestre marcaría una suba de precios cercana al 12%. Pero esta inercia estaba descontada por el equipo del ministro de Economía, Martín Guzmán, en parte, por fuerte la suba de los precios de los commodities de fines del año pasado. A lo que sí apostaban era a una fuerte desaceleración a partir de abril, ya que con ese arranque de 2021, para lograr una inflación similar a la del año pasado, la suba de precios mensual debía bajar al 2%. Pero tampoco será este mes el que mostrará un cambio. La estrategia de planchar el dólar aún no está dando los resultados esperados.

Los datos de algunas consultoras que relevan precios mostraron que los alimentos siguen liderando los aumentos mes a mes, a pesar de los controles oficiales, y que la primera semana de abril reflejaron una suba de 1,3%. Según un informe de LCG, la inflación en este rubro se aceleró 0,23 puntos porcentuales respecto de la semana anterior y promedio en las últimas cuatro una suba del 4,6%. A su vez, para Seido, los precios treparon 1,2% en la primera semana, en tanto que los alimentos y bebidas lo hicieron 1,7%. A Ferreres & Asociados también le dio una cifra similar.

Para la mayoría de los analistas consultados, la inflación de abril volverá a ubicarse en niveles cercanos a los del período enero-marzo. Algunos se animan a arriesgar otro 4%, en tanto que otros prefieren hablar de un piso de 3,5%. De cualquier manera, ninguno proyecta cifras como las esperadas por el Gobierno, que pautó un 29% en el Presupuesto 2021. Así, el primer cuatrimestre del año cerraría con un alza de precios del 16% y los pronósticos para el año se sostienen entre 45% y 50%, con un alto grado de aceleración respecto del 36,1% que cerró el 2020.

El dato de marzo contemplará además subas importantes en los rubros indumentaria y calzado -por el cambio de temporada-, así como también en educación, por el inicio del ciclo lectivo, que reflejó incrementos no sólo en las cuotas de los colegios sino también en los útiles. En abril, además de alimentos, pesará el rubro salud, por la autorización que el Gobierno le acaba de otorgar a las prepagas del 4,5% -y en mayo habrá otro de 5,5%-; combustibles, alquileres -cesó el congelamiento a fin de marzo- y en transporte, por los aumentos que comenzarán a regir en los subtes y los taxis en los próximos días. En cuanto a las tarifas, la suba en gas y en luz sería de un dígito, pero se postergará para mayo.

El rubro salud incidirá en
El rubro salud incidirá en la inflación de abril, ya que el Gobierno autorizó un aumento del 4,5% para este mes y otro 5,5% para mayo

“Veo difícil que la inflación de abril baje del 4,3%-4,5% que dará marzo, aún cuando se pospongan aumentos en combustibles, tarifas de servicios públicos y otros regulados. La inflación de alimentos y bebidas viene muy alta y las anclas como salarios y tipo de cambio son cada vez menos efectivas. Preocupa no sólo que pueda haber dos meses de aceleración inflacionaria, sino que en algún momento deberemos enfrentar esa la inflación que se está reprimiendo y que en algún momento deberemos enfrentar”, consideró Guido Lorenzo, de LCG.

La inflación del año pasado no sólo bajó fuertemente respecto del cierre de 2019 producto de la pandemia y la cuarentena -no hubo actividad ni precio en muchos rubros- sino que también se debió a que muchos sectores tuvieron que postergar incrementos en medio de la crisis. En el caso de los alimentos, subieron más que el promedio de precios el pasado, aún en un contexto de fuertes controles. Y hay una fuerte presión de las empresas del sector para que se liberen los precios máximos por completo, lo que presionaría aún más sobre el rubro.

Lorena Giorgio, de Econviews, explicó que si bien el menor ritmo de depreciación diaria está ayudando a frenar el avance de precios en varios ítems, lo cierto es que “la inflación que se está viendo en el primer cuatrimestre se debe más bien a una inflación contenida que se arrastra desde el año pasado”. Se refirió a aquellos que durante el verano pudieron volver a su actividad “algo más normal” y ajustaron precios que venían congelados desde el comienzo de la cuarentena, particularmente en el sector de servicios, como restaurantes, hoteles y esparcimiento. La educación es otro ejemplo. También se reflejaron ajustes salariales en varios gremios, a la par que la actividad ya experimentó la mayor parte de su recuperación. “Con todo esto, el efecto del menor ritmo de avance diario del tipo de cambio es muy marginal”, subrayó la economista.

Gabriel Caamaño, de EcoLedesma, coincidió en que lo más lógico sería “ver un piso de 3,5% de inflación para abril”. “Así, la inflación de los cuatro primeros meses estaría en 16% y ya cada vez es más difícil pensar que los precios no aceleren este año respecto de 2020. Tendría que perforar el 2% mensual en algún momento y lo veo poco probable”. Sobre el impacto en los precios de un menor ritmo de devaluación, el economista remarcó que en el caso de los bienes exportables, implica sólo una parte del costo del bien de consumo final, ya que está aumentando el componente de lo no transable, como los salarios, los servicios, la logística. “Fijar el tipo de cambio influye en moderar expectativas, pero esta política no es percibida como algo permanente, sino sólo hasta las elecciones, por lo que no impacta mucho”, reconoció Caamaño.

Para Daniel Artana, de FIEL, el menor ritmo de devaluación va a impactar en la inflación de mayo en adelante. Pero admitió que “si el Gobierno no tiene ancladas las expectativas, no se le cree” y no funciona. Sostuvo que “abril va a dar alta la inflación”, pero en el segundo semestre avizora “cierta desaceleración”.

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