Aumenta la incertidumbre en la cadena de ganados y carnes por las declaraciones del viernes pasado de la Secretaria de Comercio Interior, Paula Español, quien aseguró que no le temblará el pulso para cerrar las exportaciones de carne vacuna, si sigue subiendo el precio de la carne. Si bien ayer la Vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca, descartó dicha medida, existe el temor entre los productores y empresarios.
En ese sentido, los dirigentes de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) se pronunciaron a favor de la implementación de políticas que generen previsibilidad y resuelvan los problemas de la macroeconomía, para dejar de lado recetas que ya fracasaron como las medidas de intervención de los mercados, las amenazas y el autoritarismo.
En el sector agropecuario está muy fresco el recuerdo del impacto que generó el cierre de las exportaciones de carne vacuna en 2006: se perdieron más de 12 millones de cabezas de ganado, la Argentina pasó del puesto 3 al 13 en el ranking de exportadores mundiales, cerraron más de 100 plantas frigoríficas, se perdieron 12.000 puestos de trabajo, aumentó la informalidad y se registró en el mercado interno una baja en el consumo.
Hay que recordar que actualmente en la Argentina el consumo de proteína animal está en niveles cercanos a los 120 Kilos por habitante por año, de la mano de un abastecimiento fluido por parte del sector agropecuario y es por eso que el reclamo a los funcionarios es que el diseño de las políticas se realice sobre las bases del futuro y no a partir de los valores circunstanciales del mercado.
En un contexto de la Argentina atravesada por la pandemia, con altos niveles de pobreza e indigencia, serios problemas para que la población alcance con sus ingresos una alimentación sana y balanceada, desde CRA señalaron que las declaraciones de Paula Español “es una nueva embestida, de viejas ideas, para solucionar una situación que amerita un análisis sin dogmas ni demagogia. Los precios relativos están distorsionados, consecuencia de un proceso inflacionario de larga data y que no encuentra cauce y afecta los ingresos de toda la sociedad”, dijeron en un comunicado.
Problemas
Los integrantes de la entidad que preside Jorge Chemes, recordaron que la inflación y la elevada presión impositiva en sus tres niveles, son las cuestiones a corregir al momento de hablar del precio final de los alimentos, ya que los costos están atravesados por todos estos factores. “En la Argentina todo aumenta, no solamente la carne. Pero parece que nadie quiere hacerse cargo de la política económica actual”, manifestaron.
Desde hace tiempo el campo viene concientizando a funcionarios y a la sociedad, que es baja la incidencia del sector productivo y del precio de los granos en los valores finales de los alimentos. Además, CRA reclamó al Gobierno “no volver a destruir la cadena de la carne y dejar de lado las medidas obsoletas y la demagogia”, y trabajar para que haya más producción, transparencia en la cadena, menor presión impositiva y mayores incentivos para el agregado de kilos por animal.
“El Gobierno quiere hacer creer a la población que la exportación de carne es el factor desencadenante de su precio en el mercado interno, sin considerar abiertamente la incidencia inflacionaria y la presión fiscal. Resulta un síntoma de la decadencia intelectual para enfrentar el tema, la idea de retornar al cierre de exportaciones, experiencia, que bajo el mismo signo político, produjo un desastre”, comentó la dirigencia de Confederaciones Rurales Argentinas.
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