“El problema no era en los supermercados, sino del abastecimiento. La imputación busca que esto no se vuelva a producir. Es una gran preocupación del gobierno que no falte ningún producto importante en la mesa de los argentinos”, dijo ayer el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, al término de la reunión de gabinete económico.
Las góndolas nunca han estado vacías ni semivacías desde el comienzo de la pandemia. Los esfuerzos del Gobierno y de las empresas de consumo masivo por seguir produciendo bajo las restricciones del Covid-19 son indiscutibles. Pero la política de precios que encaró la actual administración para evitar disparadas de los alimentos en plena recesión se extendió más de la cuenta y fue generando cada vez mayores tensiones al interior de las estructuras productivas. ¿Qué generó eso? Que algunos productos dejaran de estar en las góndolas y fueran reemplazados y que en otros casos la disponibilidad sea menor. Comenzó a notarse de a poco, pero empeoró en el último tiempo.
Las cadenas de supermercados ya advertían, hacia mediados del año pasado, que los niveles de entrega habían mermado y que las empresas proveedoras intentaban filtrar listas con aumentos de precios pese a la resolución 100 que establecía los Precios Máximos. El retail se resistía, por lo que en muchos casos las entregas se demoraban o directamente se frenaban.
El Gobierno incrementó las inspecciones de precios en las últimas semanas, de la mano también de los intendentes y movimientos sociales. Y detectó irregularidades, no sólo “valores abusivos en distintos artículos”, sino también “algunos faltantes de productos incluidos en el programa Precios Cuidados”, dijo la Secretaría de Comercio días atrás en un comunicado.
Los mayoristas no tenemos nada que ver. No producimos la mercadería. Tenemos los locales con las puertas abiertas y estanterías con todo a la vista (Víctor Fera)
“El viernes pasado -momento en el que se retomó la acción coordinada que se había desplegado en marzo del año pasado con motivo de la emergencia sanitaria por la pandemia de Covid-19- fue la primera jornada de labor conjunta -con AFIP- y se realizaron un total de 53 inspecciones en el área metropolitana. Como resultado, se elaboraron 14 actas por infracciones”, dijo el parte de prensa. También hubo inspecciones para controlar el acuerdo de la carne y sucedió lo mismo: se encontraron algunos problemas de stocks.
Según fuentes del supermercadismo consultadas por Infobae, de un nivel de entrega histórico que llegaba al 90% -es decir que de cada 100 productos pedidos, se entregaban 90-, hoy ese porcentaje se ubica en el 50% a 60%, dependiendo de cada cadena. “En los productos de alta rotación, la entrega promedio es del 50% de los pedidos. En los productos innovadores, no hay problema. Pero sí, por ejemplo, con el aceite o el tomate enlatado. Si se hace un análisis de góndolas de las grandes cadenas tienen agujeros rellenados por otras cosas”, dijeron fuentes del sector.
Sobre las inspecciones, afirmaron que “comenzaron hace tiempo y que detectaron faltantes en góndolas”. “Entonces buscaron en la trastienda de los locales, en los depósitos, pidieron órdenes de compra y las cruzaron con las entregas. Y ahí es cuando fueron a las empresas a ver los niveles de producción y encontraron que el agujero estaba ahí”, agregaron desde el sector.
Seguidamente, Comercio Interior requirió información a los proveedores alimenticios y del sector de cosmética y limpieza y este miércoles les envío una intimación a once compañías para que informen niveles de producción y despacho a supermercados y que acrediten haber incrementado su producción hasta el máximo de su capacidad instalada y que arbitren las medidas para asegurar el transporte y provisión de los productos detectados en falta. En cada caso, diferentes.
Las empresas recibieron este requerimiento con un fuerte malestar, más aún luego de que la semana pasada cinco de estas compañías fueron convocadas a participar de un encuentro con el Gobierno para coordinar expectativas en materia de precios. Las compañías señaladas son: Mastellone, Fargo, AGD, Danone, Molinos Cañuelas, Bunge, Molinos Río de la Plata, Unilever, P&G, Paladini y Potigian.
“Algunos te entregan mal una semana y la semana siguiente mejora. Varía mucho según la cadena y la región. Pero todo el mundo habla del aceite. También aducen problemas con la yerba. Hubo faltantes de cerveza, pero ya eso se normalizó. Depende mucho, pero en líneas generales hay irregularidades, entregas cuotificadas y muchos cambios de etiquetas para evadir los controles”, dijeron desde la Cámara Argentina de Supermercados (CAS) y la Federación Argentina de Supermercados y Autoservicios (FASA).
A su vez, desde la Cámara Argentina de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas (CADAM), su presidente, Víctor Fera, aseguró que tienen importantes problemas con las entregas de los proveedores y que si no reciben la mercadería, no pueden vender. “Nosotros, los mayoristas, no tenemos nada que ver. No producimos la mercadería. Tenemos los locales con las puertas abiertas y estanterías con todo a la vista. Estamos sufriendo las inspecciones del Gobierno y no tenemos nada que ver”, dijo el además dueño de Maxiconsumo.
Según remarcó, los inconvenientes con las entregas se agravaron en el último tiempo. “Tengo pedidos desde noviembre del 2020 con empresas que me dicen ´Mañana sale el camión´. No quieren entregar. En algunos productos, nos cortaron el 50% del abastecimiento”, dijo Fera, al tiempo que agregó que hay problemas con el aceite, el arroz y la yerba.
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