¿Pandemia bursátil? Cómo se expande por el mundo la fiebre de los inversores minoristas que empezó en Wall Street

Fabricantes de guantes malayos rescatados del shortselling, apps en Australia y España son ecos de lo sucedido en Wall Street, mientras que en la Argentina tuvo corta vida un intento similar, por falta de jugadores. Historia repetida, dicen algunos veteranos e historiadores

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El epicentro de la fiebre bursátil 
EFE/Shawn Thew
El epicentro de la fiebre bursátil EFE/Shawn Thew

La ola especulativa que pequeños inversores aglutinados en el foro Reddit y usando la plataforma Robinhood iniciaron contra grandes bancos y fondos de inversión, a los que hicieron perder decenas de miles de millones de dólares yendo contra sus estrategias de short selling de acciones de empresas supuestamente desahuciadas como GameStop, AMC, Nokia y Blackberry, pareció amainar en los últimos días.

Pero la tentación del David que aspira a vencer a Goliath, o al menos mojarle la oreja, se hizo sentir en otros países: desde Malasia, donde shortsellers de acciones de Top Glove, el más grande fabricante mundial de guantes de látex, afrontaron pérdidas millonarias a manos de inversores minoristas que salieron a bancar a la firma malaya, hasta las plataformas Stockspot, suerte de Robinhood australiano, y Ninety Nine, para inversores minoristas en España. En la Argentina, en tanto, se armó MervalBets, en Telegram, pero tuvo corta vida, debido a la poca profundidad del mercado argentino y a la escasez de jugadores (se pudieron juntar unos pocos centenares)

Las acciones de Top Glove llegaron a aumentar 14% el viernes pasado, luego de que a través de Reddit se alertara del shortselling que estaban haciendo grandes fondos contra el más grande guantero malayo. “Nuestros fabricantes de guantes, más allá de sus imperfecciones, son un tesoro nacional”, escribió un moderador de BursaBets, un foro subreddit, que registró 7.000 miembros en pocas horas un día antes para salir a bancar a Top Glove.

Aguante el guante

Los fabricantes de guantes de Malasia, que a lo largo de 2020 se habían beneficiado de la pandemia de Covid-19, por la mayor demanda de su producto a raíz de los protocolos y medidas de seguridad en centros sanitarios y de producción de todo el mundo, fueron objeto del ataque de los short-sellers luego de la aparición de las vacunas contra el coronavirus, la noticia de un trabajador de Top Glove había muertos de Covid y el rumor de que había más de 5.000 casos.

Así, además de Top Glove, de la movida de los inversores justicieros se beneficiaron también los guanteros malayos Hartalega, Supermax y Kossan, que en la misma jornada del rescate de Top Glove vieron subir sus acciones 10, 8 y 6% respectivamente. El día previo al registro en el foro subreddit, Top Glove, Kossan y Hartalega eran las tres acciones de mayor posición neta de short-selling, precisó Bursa Malasia. “Mostrémosle a los short-sellers de que estamos hechos los minoristas”, escribió un David bursátil.

Interior de una planta en Malasia de Top Glove, el más grande fabricante mundial de guantes de latex. En 2020 se benefició con el aumento de demanda derivada del coronavirus, pero en 2021 fue presa del ataque de los shortsellers. Hasta que los inversores minoristas salieron al rescate
Samsul Said/Bloomberg
Interior de una planta en Malasia de Top Glove, el más grande fabricante mundial de guantes de latex. En 2020 se benefició con el aumento de demanda derivada del coronavirus, pero en 2021 fue presa del ataque de los shortsellers. Hasta que los inversores minoristas salieron al rescate Samsul Said/Bloomberg

Y bien que se lo mostraron. El resultado parcial es que le ganaron. Desde Kuala Lumpur, Bursa Malasia informó el miércoles pasado el cese del short-selling contra Top Glove al cabo de “jornadas frenéticas”, escribió el sitio especializado The Edge. También, informaron las autoridades bursátiles malayas, cesó el short-selling contra otros fabricantes de guantes, excepto Hartalega y Comfort Gloves, donde se mantuvo, pero en menor escala. El “regulated short-selling” había sido suspendido en la bolsa de Malasia el 20 de marzo, al inicio de la pandemia, y reinstalado el 1 de enero. Habrá que ver qué sucede ahora que grandes y pequeños inversores se tiran guantes a la cara.

España

En el caso español, Ninety Nine, inspirada en el modelo Robinhood, tuvo un crecimiento de 500% en la última semana con respecto al ritmo de crecimiento de la semana anterior, precisó el CEO de la plataforma, Javier Sanz, a Business Insider España.

“Hemos tenido un crecimiento del 40-50% en los últimos meses manteniendo una fuerte presencia de millennials y gran parte de ellos, casi el 40%, nunca habían invertido antes, por lo que nos acercamos mucho a nuestra misión de mejorar la relación de las personas con el dinero”, dijo Sanz, quien aseguró que la movida es menos afiebrada de lo que sus propios números sugieren.

“Hay gente que invierte su dinero en esas oportunidades, pero se queda con ellas… diría que el 85-90% de nuestros inversores se centran en el largo plazo”, subrayó Sanz, además de precisar que la media de la cuentas es de 1.200 a 1.500 euros y que la plataforma impuso “más de 500 límites” a lo que los inversores pueden apostar, según el perfil de cada usuario. Los límites que apps como Robinhood empezaron a imponer son también un tema de debate en Wall Street.

En cambio, Stockspot parece haber sido una respuesta rápida al rumor de que Robinhood diseñaría algo especial para apostar en acciones australianas. De hecho, al entrar al sitio la primera aclaración que aparece es que “Robinhood no está disponible en Australia, pero si está interesado en invertir, considere Stockspot para construir su riqueza. No necesita ninguna experiencia, puede ver su cartera (de inversiones) en nuestra app y tendrá bajas comisiones y notables retornos. Únase hoy a miles de inversores australianos felices”. Y brinda el link, que termina en robinhood-australia/.

¿Historia repetida?

Algunos clásicos de la especulación financiera y la tapa del más reciente, a publicarse en EEUU el próximo 11 de marzo
Algunos clásicos de la especulación financiera y la tapa del más reciente, a publicarse en EEUU el próximo 11 de marzo

Mientras la fiebre bursátil decanta, algunos historiadores y veteranos de las finanzas advierten de que se trata de una historia repetida. Desde la fiebre de los tulipanes hasta, más recientemente, la “burbuja de internet”, que desde 1995 hasta marzo del año 2000 hizo subir 400% el índice Nasdaq, que luego cayó 78% hasta octubre del 2002, volviendo casi exactamente al punto de partida de siete años antes.

Una medida poco convencional de esa burbuja y de su reflejo popular es que en el Super Bowl (la final de la temporada de fútbol americano) de 1999, sólo publicitaron 2 empresas de internet, pero en el del 2000, superado el famoso Y2K (el temor a una disrupción masiva de la red, por la eventual incapacidad de computadoras y sistemas de reconocer el cambio de siglo), fueron 12 las puntocom dispuestas a pagar publicidades que costaban entre USD 1,9 millones y 2,2 millones cada 30 segundos de aire.

Recientemente, el historiador de finanzas Edward Chancellor, autor de una de las más conocidas historias de la especulación financiera, recordó el libro “Delirios populares y locura de las masas”, de Charles Mackay, de 1840, sobre burbujas de antaño, que el experto William Bernstein actualizó en su libro “El delirio de las masas, por qué la gente se vuelve loca en grupos”, a publicarse en EEUU el próximo 11 de marzo.

“La pandemia no solo provocó miedos irracionales; también engendró una burbuja especulativa. Los errores del optimismo se han unido a los errores del pesimismo”, escribió Chancellor. Bernstein nos recuerda, advirtió, que las burbujas se caracterizan por predicciones extremas, tienden a dominar las conversaciones e inducen a la gente a dejar sus trabajos, amén de que las advertencias de los escépticos suelen provocar risas y burlas. Todos elementos, dijo, presentes en la actual pandemia bursátil.

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