La negociación entre el Gobierno y los frigoríficos para alcanzar un acuerdo de precios se demora, tras un 2020 en que la carne llegó a aumentar más de 80% para algunos cortes, más del doble que la tasa de inflación. El Poder Ejecutivo espera que tras los fuertes aumentos de diciembre, en las primeras semanas de enero parte de ese incremento retroceda y poder alcanzar un consenso de valores de una docena de cortes desde una base más baja.
Según explicaron a Infobae fuentes oficiales y privadas, las conversaciones quedaron en stand by, más allá de que se esperaba un primer acercamiento en los primeros días del año. A grandes rasgos, el Ministerio de Desarrollo Productivo busca simular el “mini-acuerdo” de precios que alcanzó con los empresarios del sector antes de las Fiestas.
En aquella ocasión, se trató de un consenso de precios “populares” para tres cortes (asado, vacío y matambre). Para este año, el Gobierno espera llevar adelante un plan más ambicioso: diez o doce cortes, más variados, que tenga una duración de un año y con actualizaciones de precios periódicas, que podrían ser trimestrales como lo es en el programa de Precios Cuidados.
Los aumentos pronunciados de precios en las últimas semanas del año desalentaron la negociación y dejaron la situación en un compás de espera. Sucede que los propios empresarios del sector anticipan que parte de esa escalada de los valores al público en diciembre (que rondó el 20%), retroceda en las próximas semanas.
El Ministerio de Desarrollo Productivo busca simular el “mini-acuerdo” de precios que alcanzó con los empresarios del sector antes de las Fiestas
Una parte constitutiva de la negociación tuvo lugar en los últimos días de 2020. El Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca decidió frenar el registro de nuevas exportaciones de maíz hasta marzo. Entre otras industrias, el maíz es un insumo clave para la carne: los feedlot utilizan esa materia prima para acelerar el engorde de los animales.
Control de un insumo relevante con efectos inciertos
El Poder Ejecutivo de esta forma intentó contener uno de los elementos de la cadena de costos de la carne desde el campo a la carnicería, pese a que hay oferta excedente del cereal. Según estimaciones oficiales, el 90% del maíz ya se exportó. El 10% restante es el que podría volcarse al mercado interno.
Para algunos economistas consultados por Infobae, esa medida podría tener ese efecto en el corto plazo. “La suspensión de las exportaciones de maíz tiene como objetivo bajar los precios internos y es probable que lo consiga, lo que no implica que sea una buena política. Si se vuelca una cantidad significativa de producción al mercado local el precio bajará y se sumará un nuevo desincentivo a producir”, dijo Federico Moll, director de Ecolatina.
El Gobierno espera acordar el precio de diez o doce cortes, más variados, que tenga una duración de un año y con actualizaciones de precios periódicas
“En el muy corto plazo, puede generarse algún excedente de maíz en el mercado y puede atenuar los precios. En el mediano y largo plazo, si se sostiene una medida así, es una señal negativa para la siembra o la inversión en fertilizantes y tecnología que generen mayores rendimientos”, consideró por su parte Martín Vauthier, economista de EcoGo.
Desde el sector privado algunas voces son más pesimistas. “Esto no va a bajar los precios. El productor que se quedó con maíz desde la cosecha pasada, hace 8 o 9 meses, se va a quedar en maíz. Es una manera de quedarse en dólares. Solo va a vender cuando necesite la plata, el que necesite financiarse urgente. Para el productor es su caja de ahorro”, opinó Miguel Schiaritti, presidente de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra), en diálogo con Infobae.
El consorcio de frigoríficos ABC, que formó parte del acuerdo de carnes para las Fiestas, representa el 80% de las ventas al exterior y es uno de los actores con los que el Ejecutivo busca llegar a un nuevo consenso de precios para todo el año. Consultado por este portal, su presidente Mario Ravettino dijo que esperarán la convocatoria y la primera reunión con los funcionarios del ministro Matías Kulfas para tomar una posición.
Debilidad de la demanda innterna
Lo que parece más probable, según fuentes del sector, es una caída de precios, que no llegaría a compensar de todas formas el envión que tuvieron en la parte final de 2020. De acuerdo a un informe del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (Ipcva), “los precios de los distintos cortes de carne vacuna mostraron, en promedio, subas significativas, del 19,9%, en diciembre de 2020 con respecto a noviembre. Con respecto a los valores de diciembre de 2019, los precios promedio de la carne vacuna se ubicaron 74,8% por encima”, resaltó.
“En los puntos de venta que atienden al nivel socioeconómico medio, los precios mostraron alzas también significativas, que resultaron del 18,4%); mientras que en aquellos que atienden al nivel socioeconómico bajo los precios mostraron las subas de mayor magnitud, que resultaron de un 22,1%”, publicó el Ipcva.
Los precios promedio de la carne vacuna aumentaron un 74,8% durante 2020, según el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (Ipcva)
En ese sentido, el informe sostiene que el comportamiento de los precios de la carne vacuna “mostró pequeñas diferencias” entre en las distintas zonas geográficas. “Se registraron subas significativas en la Capital Federal, y en todas las zonas del Gran Buenos Aires”, apuntó.
Analizado por cada corte, la tira de asado terminó 2020 con un precio promedio de $560 el kilo, lo que implicaría un incremento acumulado a lo largo del año de 93%, según Ipcva. En segundo lugar quedó el vacío, con una suba de precios de 86% hasta $625 el kilo. Completó el podio de los cortes que más aumentaron el matambre con 85%. Casualmente, fueron los tres cortes incluidos en el “mini-acuerdo” de diciembre.
En ese contexto, la caída del consumo de carne por habitante marcó un nuevo mínimo histórico, cerró 2020 en 49,7 kilos anual, el nivel más bajo del último siglo. Eso sucedió pese a que la faena de animales creció 0,6% interanual hasta 14 millones de cabezas, el mayor volumen en más de una década, informó Ciccra en un reporte de balance anual de la actividad.
El consumo de carne por habitante cerró 2020 en 49,7 kilos anual por persona, el nivel más bajo del último siglo
La entidad empresaria resaltó que el nivel de consumo por habitante registrado el año pasado “constituyó en el guarismo más bajo de los últimos cien años, teniendo en cuenta las cifras provisorias de faena y exportaciones correspondientes al segundo semestre de 2020”. De esta manera, los 49,7 kilos por persona registrados en 2020 solo quedaron levemente por encima de las cifras de 1920, cuando el promedio fue de 46,9 kilos por habitante.
Por otra parte, informó Ciccra, el consumo por persona del año pasado quedó 2,3% por debajo del registro de 2019. Esta baja en el consumo de carne se dio pese a que en 2020 se verificó la mayor faena de los últimos 11 años, con un volumen de 14 millones de cabezas.
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