El recorte de fondos de la Nación a la administración porteña de Horacio Rodríguez Larreta para transferirlos al gobierno bonaerense de Axel Kicillof fue presentado como un caso de consorcio por el economista Esteban Domecq, en un hilo de tuits en el que describe la evolución histórica y complejidad del esquema de reparto de fondos del alegado “federalismo” argentino.
Domecq presenta al país como “Le Garc Tower”, un complejo que ofrece “excelente ubicación, modernidad, prosperidad y sobre todo mucha tranquilidad”. Descripto como “un lugar ideal para vivir”, está ubicado en el barrio “Latam” y cuenta con planta baja (CABA) y 23 lujosos pisos (provincias) de diferente tamaño y orientación que ofrecen, cada uno, “una propuesta única e irrepetible de diseño, comodidades y confort”.
El complejo tiene amenities atractivas; llanuras, montañas, lagos, playas, selvas, esteros, salares, glaciares y cataratas y todo tipo de relieves, climas y ecosistemas, pero el consorcio se maneja con un sistema de triples expensas (o tributos); nacionales (el edificio), provinciales (cada piso) y municipales (cada departamento).
Los grandes perdedores son básicamente quienes moran en Planta Baja, esto es, en el distrito porteño, pues aportan al consorcio 15 puntos porcentuales más de lo que reciben a cambio, y la Provincia de Buenos Aires, que pone 10 puntos más. Esos 25 puntos y algunos puchitos más se reparten en los demás pisos, que no tienen así ningún interés en cambiar las reglas del consorcio.
Tras un recorrido histórico por las distintas leyes que fueron rigiendo el supuesto federalismo argentino (desde la Constitución de 1853 hasta la última ley de coparticipación y sus diferentes ajustes), Domecq muestra que la provincia de Buenos Aires nunca tuvo tan mal trato del consorcio como durante las gestiones kirchneristas.
“Fue durante el kirchnerismo que vaciaron a los bonaerenses. La provincia de Buenos Aires pasó de recibir el 25% de Copa en 2002 a solo 18% en 2015. Macri se encargó de recomponer recursos a 22,5%”, dice uno de los tuits que considera una “ironía del destino” que la mayor erosión de recursos para Buenos Aires ocurrió cuando su actual gobernador, Kicillof, era ministro de Economía de la Nación, debido a la dilución, iniciada en 2004, cuando empezó a aumentar la inflación del “Fondo del Conurbano Bonaerense” que había sido congelado en 650 millones de pesos/dólares en 1996, a partir de cuando la recaudación adicional originalmente destinada al distrito pasó a repartirse entre el resto de las provincias argentinas.
Domecq cita las diferentes leyes y porcentajes que fueron rigiendo el reparto, hasta llegar a la ley 23.549, de 1988, cuyo reparto fue alterado luego por el establecimiento en fondos “precoparticipables” (como el Fondo del Conurbano) y la Constitución de 1994, que fijó como límite el 31 de diciembre de 1996 para que el Congreso argentino sancionara una nueva ley de coparticipación, mandato constitucional que se acerca a las bodas de plata de violación permanente.
La novedad más reciente es, precisamente el decreto 735 por el cual el presidente Alberto Fernández redujo la coparticipación a CABA al 2,32% y creó el “Fondo de Fortalecimiento de la Provincia de Buenos Aires” con los fondos recuperados.
Según el economista, los salarios de la policía bonaerense, la “culpa” presidencial de “ver a CABA tan opulenta” y el prurito oficial de no recurrir a la maquinita son excusas. El aumento, dijo a Infobae, le traerá al gobierno provincial nuevas demandas de docentes y empleados públicos, y los $30.000 millones que recibirá de lo que que eran antes fondos porteños no llegan al 2% de los más de 1,5 billones (millones de millones) de pesos que el Banco Central lleva emitidos en lo que va del año.
Un sistema complejo
“La Coparticipación en Le Garc es un sistema de expensas donde todos ponen y todos sacan, pero algunos pisos ponen mucho y sacan poco y otros ponen poco y sacan mucho”, explica en un pasaje del hilo tuitero, que señala que además de las expensas generales/nacionales, hay expensas en los pisos y en cada unidad. “Entre los 3 niveles hay más de 160 tributos”, señala, en referencia a un estudio del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) que en una reciente actualización computó 167 tributos.
El análisis también refiere la complejidad del sistema de reparto que con leyes, pactos fiscales, Adelantos del Tesoro, Fondos Fiduciarios y una parafernalia normativa (una rápida consulta a Infoleg permite ver que la ley de coparticipación vigente sufrió 163 modificaciones) que deriva en un esquema gráfico ininteligible.
Excusas
Finalmente, Domecq caricaturiza el reciente decreto presidencial como un simple asalto al distrito porteño, representado en la escena por el jefe de Gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta.
En diálogo con Infobae, el economista y socio de la consultora Invecq explicó que calculó el aporte de cada provincia a la recaudación nacional en función de su participación en el PBI, ya que ni la Secretaría de Hacienda ni el Indec informan el origen por distrito de los impuestos nacionales. Además, señaló, la pequeña contribución positiva que según ese cálculo hacen provincias como Neuquén y Santa Cruz soslaya, por caso, que cobran y no comparten regalías petroleras y reciben del resto una porción, por caso, de las retenciones agropecuarias sobre cultivos lejanos a su geografía.
La coparticipación y, más en general, el federalismo fiscal, debería ser una prioridad legislativa, pero la clase política se apronta a cumplir un cuarto de siglo de violación permanente de un mandato constitucional, señaló Domecq, mientras el Banco Central emite directivas sobre lenguaje inclusivo. El sistema de triple tributación y la complejidad del reparto que existe en la Argentina es “un engendro único en el mundo", alimentado a su vez por un fuerte desbalance de representación legislativa, que tiende a preservar el statu quo, concluyó.
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