Luego de reunirse con el ministro de Economía, Martín Guzmán, el presidente Alberto Fernández admitió la posibilidad de extender el plazo para que los acreedores adhieran a la propuesta de canje elaborada por el Gobierno. Hasta ayer, la oferta había recibido un porcentaje de aceptación cercano al 20%, muy lejos del umbral requerido para cambiar las condiciones de los títulos que se pretende reestructurar y así, evitar un default.
En su cuenta personal de Twitter, el primer mandatario mostró una foto sobre el desayuno de trabajo que mantuvo con el ministro de Economía en la residencia de Olivos, y se refirió sobre el estado de las negociaciones. “Esta mañana repasamos con @Martin_M_Guzman el avance de la reestructuración de la deuda. Continuamos dialogando de buena fe con los acreedores con el objetivo de alcanzar un acuerdo sostenible", comentó.
Ese primer señalamiento indica que el Gobierno continuará en la búsqueda de un acuerdo que evite un “default duro” de la deuda sujeta a reestructuración.
El Presidente completó el “hilo” con un segundo tuit en el que dijo que “la posibilidad de extender la oferta continúa vigente hasta el lunes 11 de mayo. Cuando este plazo venza definiremos los pasos a seguir. Como siempre nuestro objetivo es asumir compromisos que podamos cumplir”. Y agregó dos “hashtags” a su declaración: #DeudaSostenibe y #FuturoSostenible.
Antes, en declaraciones radiales, el jefe de Estado había ratificado su voluntad de frenar una posible cesación de pagos. “Nadie quiere caer en default. Tanto, que hacemos una oferta para no caer", señaló en declaraciones a FM Futurock, e insistió en que con la propuesta que presentó inicialmente el Gobierno “los acreedores no pierden, solamente ganas menos".
“Esto es una negociación con personajes singulares. Vamos a ver bien cuántos aceptaron la oferta, quiénes presentaron contraoferta. Yo espero que entiendan, tengo mucha firmeza en lo que hemos propuesto. Nuestra propuesta guarda en un 100% el criterio de sostenibilidad que el FMI ha propuesto”, dijo Fernández. Y precisó: "Tengo noticias de que puede haber (más) contraofertas (de parte de los bonistas) en los próximos días. La negociación sigue”.
En línea con sus definiciones en la campaña electoral, e incluso en una reunión que en su momento tuvo con representantes del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Buenos Aires, el Presidente recordó lo que le dijo entonces al organismo multilateral. “Tendrán que rendir cuentas porque incumplieron el estatuto del FMI por prestarle plata a un gobierno que se sabía que no iba a poder pagar. No le presten más plata al gobierno porque ese dinero se lo van a fugar", sostuvo.
Desde el Ministerio de Economía señalaron, en tanto, que el ministro Guzmán seguirá trabajando durante el fin de semana en preparación de lo que pueda suceder el lunes.
Horas después, Guzmán secundó al jefe de Estado y se expresó, también en su cuenta de Twitter, sobre la gestión en marcha con los bonistas. “Un futuro con oportunidades para todas y todos requiere de una deuda sostenible", dijo en su mensaje al citar el posteo de Alberto Fernández. Y agregó: “Agradecemos a los acreedores que apoyaron nuestra propuesta. Hasta este lunes hay tiempo para extenderla. Continúa el diálogo en pos de un acuerdo que Argentina y sus acreedores puedan sostener”.
La oferta inicial argentina estipulaba como plazo de vigencia el viernes 8 de mayo. Fuentes del mercado señalaron que para extender el período de aceptación de la oferta el Gobierno debería comunicarlo a la Securities & Exchange Commision, reguladora de los mercados de capital de EEUU.
La propuesta a los acreedores consiste en un canje de USD 66.238 de 21 bonos emitidos bajo legislación extranjera por otros títulos con vencimiento a 20 años. El corazón de la oferta apunta a no pagar ni capitales ni intereses hasta el 2023, y ese año abonar una tasa del 0,5%, que iría creciendo gradualmente.
La oferta del Ministerio de Economía busca que se pague un interés promedio de 2,33% y que los acreedores acepten una reducción de capital de USD 3.600 millones. Es decir, una quita del 5,4% sobre el stock de deuda y una reducción del pago de intereses de USD 37.900 millones, que equivale a una quita del 62 por ciento.
Junto a la renegociación con los bonistas privados, el Gobierno enfrenta también la reestructuración de los USD 44.000 millones que le adeuda al Fondo Monetario Internacional (FMI), otros USD 2.100 que le debe al Club de París, y unos USD 6.000 millones de bonos emitidos en dólares pero bajo legislación local, cuyo pago reprogramó sin fecha definida para el año próximo
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