La resolución que publicó el Gobierno días atrás en el que estableció “Precios máximos” para unos 2.000 productos de consumo masivo -cuya lista se conoció este viernes- instó, en sus considerandos, a las empresas que integran la cadena de producción, distribución y comercialización a incrementar su producción hasta el más alto grado de su capacidad instalada y arbitrar los medios a su alcance para asegurar su transporte y distribución con el fin de satisfacer la demanda creciente y evitar situaciones de desabastecimiento.
Generó cierta inquietud en el sector, y en el supermercadismo, cuando el fin de semana pasado los consumidores se agolparon en las sucursales de las grandes cadenas, los mayoristas y los pequeños comercios para surtirse de productos ante lo que podía ser una cuarentena obligatoria, como finalmente ocurrió, y un escenario de escasez de alimentos. La demanda creció más del 50%, y se equiparó a previa de las Fiestas, contaron los supermercadistas.
Pero con los días el caudal de gente fue mermando y en la primera jornada de aislamiento forzoso, la cantidad de clientes en los locales fue considerablemente menor a la habitual, también producto de las restricciones que las propias cadenas fijaron para mantener el aislamiento social y evitar góndolas vacías.
Inicialmente la demanda creció más del 50%, y se equiparó a previa de las Fiestas
La decisión del Gobierno de establecer la obligatoriedad de permanecer en los hogares hasta el 31 de marzo y exceptuar a algunos sectores, entre ellos, la industria de alimentos, les generó grandes desafíos a estas compañías para poder cumplir con el abastecimiento. Con el total apoyo del sindicato, las empresas se mostraron a plena disposición del Gobierno, pero debieron, en muchos casos, modificar protocolos productivos para, con menos gente y con los mayores cuidados que requiere la expansión del coronavirus, priorizar la producción por sobre los estándares de eficiencia, precisaron en algunas empresas.
Las compañías del mundo alimenticio ya venían trabajando activamente en cuestiones sanitarias y de definición de protocolos nuevos ante el riesgo de que el virus les toque la puerta. ¿Qué hacemos si nos aparece un caso en la planta? ¿Cómo hacemos para seguir produciendo alimentos?, se preguntaba más de un directivo de la industria, mientras la cantidad de casos crecía de forma exponencial y en el Gobierno ya se rumoreaba frenar el país por 15 días.
Una de las medidas que se tomó en muchas empresas es la ampliación de la cantidad de turnos en sus plantas productivas y evitar que se crucen los empleados de cada uno. De esta manera, si un operario contragiese el virus, debería aislarse a todo el personal de ese turno, pero no al resto, por lo que se protegería al resto de los trabajadores y la planta podría seguir produciendo. Y así con muchas otras medidas tendientes a cuidar al personal y a garantizar que habrá alimentos, aún en una situación extrema.
Una de las medidas que se tomó en muchas empresas es la ampliación de la cantidad de turnos en sus plantas productivas y evitar que se crucen los empleados de cada uno
A varios de estos puntos hizo referencia la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (COPAL) en un comunicado. “Junto a sus 37 cámaras y todas sus empresas socias, reafirma hoy más que nunca su compromiso con el consumidor, trabajando día a día y aunando esfuerzos en pos de garantizar su tranquilidad frente al escenario actual que la sociedad está atravesando”, señaló la entidad, al aclarar también que se han extremado los esfuerzos para garantizar el normal funcionamiento de toda la cadena de valor.
Según señaló la Copal en el comunicado, como eje principal, se buscó cuidar a los 400.000 trabajadores que forman parte de la cadena de valor, ya sea asegurando el traslado de su casa al puesto de trabajo, así como también, cerciorando su salud e higiene y reforzando la sanitización de los ambientes. Asimismo, se armonizó con los 37 sectores representados en la entidad un “Protocolo de Actuación para el manejo ante un eventual caso positivo de Coronavirus en una línea de producción”, para cuidar a las personas que trabajan en la cadena de alimentos y bebidas. “Queremos ratificar el esfuerzo y compromiso de toda la industria y estamos preparados para responder un posible aumento en la demanda”, afirmó el titular de la institución, Daniel Funes de Rioja.
Sin embargo, y pese a los pedidos del Gobierno, en ninguna empresa esperan que las ventas aumenten. Aunque en los últimos días la demanda fue buena -lo cual no es poco en momentos de fuerte depresión y con una capacidad ociosa del 40%-, las compañías proyectan que en las próximas semanas la demanda caiga. La menor cantidad de personas circulando por temor al contagio sumado al cierre de cines, hoteles, teatros, entre otros puntos de venta, generará, de por sí, una retracción del consumo, que sólo en parte se verá compensada por el aumento de demanda en los supermercados, auguran en las alimenticias.
Pese a la buena voluntad de los empresarios por garantizar el abastecimiento, la cuarentena total decretada por el Gobierno generó algunas complicaciones en el primer día de vigencia. Camiones que tuvieron problemas para ingresar mercadería a algunas provincias por desconocimiento de las autoridades locales y por la falta de las credenciales respectivas; trabajadores que se resisten a asistir a sus lugares de trabajo; y empresas que producen insumos que, al no trabajar exclusivamente para la industria alimenticia, tuvieron al gremio argumentando que debían parar (caso Siderar y Aluar).
Pero el Gobierno siguió de cerca estos inconvenientes y de a poco se fueron resolviendo. De hecho, los industriales miembros del Comité de Crisis de la UIA dialogaron, por videoconferencia, con el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y con el secretario de Industria, Ariel Schale, con foco en estas cuestiones.
Los industriales miembros del Comité de Crisis de la UIA dialogaron, por videoconferencia, con el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y con el secretario de Industria, Ariel Schale
“Las cosas que han sucedido son, por ejemplo, el caso de una pyme con poca gente, que por ahí tiene una proporción alta de personas en riesgo y los tiene que licenciar. Lo mismo que el que hace el flete y lo paran en el límite de alguna ciudad. En Olavarría, por ejemplo, cortaron las rutas porque no quieren turistas, pero tampoco van a poder entrar alimentos”, cuestionó el dueño de Morixe, Ignacio Noel. Y agregó: “Yo creo que la situación se va a ir regularizando. Lo malo es que en Comercio Interior nadie te atiende”.
Según el empresario, están trabajando en todas las plantas y abasteciendo normalmente. “En ningún proceso el personal está a distancias menores que las establecidas por el Gobierno y se tomaron las medidas preventivas necesarias, como el frecuente lavado manos, alcohol en gel y licencia a personas de riesgo por edad o antecedentes médicos”, aclaró.
Y lo mismo están haciendo todas. “La gente entendió que hay que fabricar alimentos y la cadena de valor está respondiendo bien. Hay un firme compromiso de las empresas y de los trabajadores", enfatizó el directivo de otra importante alimenticia.
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