Los datos de inflación de las dos primeras semanas de febrero muestran subas menores que las esperadas por los analistas privados, lo que llevó a algunas correcciones de las previsiones de inflación para este mes. Según los analistas, el dólar planchado hasta enero y las tarifas quietas son las principales causas de la desaceleración de los precios. Alimentos y bebidas, los bienes que más rápido aumentan en los últimos meses, también se estabilizaron parcialmente luego de la reinstauración del IVA a los alimentos de enero y el impacto de los aumentos preventivos que hicieron las empresas cuando temían un acuerdo de precios y salarios que no llegó a concretarse.
Mientras que en la última encuesta del Banco Central el consenso de los analistas arrojaba una previsión de inflación del 3% para febrero, los datos de alta frecuencia –períodos menores de un mes– que miden los privados muestran que las primeras semanas del mes fueron más tranquilas de lo esperado y, de no mediar sorpresas, el dato final podría estar bien por debajo de ese nivel.
Ecolatina estima ahora que la inflación avanzará 2% en febrero, una corrección a la baja desde el 2,8% que había calculado a principios de mes. El índice que elabora la propia consultora avanzó 2,2% en los últimos 30 días, con el rubro alimentos y bebidas avanzando por encima del nivel general.
Si el Banco Central decide recuperar parte de la competitividad perdida subiendo el dólar, ahí la inflación se va a acelerar (Rajenrman)
“Tiene que ver con tarifas congeladas y con un dólar la mayor parte del tiempo congelado, que si bien en estos últimos días se empezó a mover, todavía el impacto en precios es limitado. Y también con una inercia que viene bajando. Para saber cómo será la inflación de todo el mes hay que ver si el dólar oficial se sigue moviendo a una tasa mensual de casi 5% como hasta ahora, lo que representa un ritmo de devaluación importante. Si el Banco Central decide recuperar parte de la competitividad perdida, ahí la inflación se va a acelerar y estaremos más cerca de un 2,5% en el mes; en cambio si el ritmo de devaluación se mantiene más cercano al de enero, ahí vamos a estar más cerca de 2% rompiendo los pisos de los últimos meses, ya que sería la más baja desde julio”, dijo Matías Rajnerman de Ecolatina.
La inflación nacional que mide el Indec viene de marcar un sorpresivo 2,3% en enero, una desaceleración que esconde velocidades muy diferentes de aumento entre distintos rubros de bienes y servicios. Mientras que los regulados aumentaron 1,1%, alimentos y bebidas fue el rubro más caliente con una suba mensual del 4,7%. El nivel general de precios había llegado al 4,3% en noviembre y al 3,7% en diciembre.
La consultora Seido, que elabora su propio índice de inflación de alta frecuencia –mide la inflación semanal en lugar de la mensual– también detectó una desaceleración en la primera mitad del mes.
"Febrero arrancó con bajo arrastre y buenos registros semanales; por ahora proyectamos 2,5% para todo el mes. Alimentos y bebidas se calmó un poco, venía muy arriba. Ahora esperamos que esté más cerca del nivel general”, dijo Gabriel Zelpo de Seido.
Datos similares encontró el Centro Regional de Estudios Económicos de Bahía Blanca (CREEBA), que elabora su propio índice de alta frecuencia para la ciudad bonaerense.
Focalizando en datos de alimentos y bebidas, los más sensibles a nivel social porque son aquellos en los que concentran la mayor parte del gasto los sectores de menor poder adquisitivo, detectaron que en la primera semana del mes el rubro no mostró variaciones. Hubo avances en frutas, condimentos y alimentos preparados, contrarrestados por retrocesos en carnes, verduras e infusiones, entre otros bienes. En la segunda semana del mes, alimentos y bebidas avanzó 0,3% que se explica también por aumentos en frutas, alimentos semipreparados y bebidas alcohólicas. Así, en las primeras dos semanas del mes hubo un avance acumulado del 1,4%, el nivel más bajo de los últimos tres meses registrado por CREEBA.
“A nosotros nos está dando muy poco movimiento, yo lo llamo encorsetamiento al efecto del congelamiento de tarifas y dólar, que si bien se ajusta muy poquito, está muy controlado y el efecto de la restitución del IVA ya fue el mes pasado”, dijo Gonzalo Semilla de CREEBA.
Piso del 2%
Los dos pilares sobre los que se basa la desaceleración de la inflación que detectan las mediciones privadas de alta frecuencia no están garantizados en el futuro inmediato.
Por un lado, el Banco Central pareció empezar a preocuparse este mes por el atraso cambiario y el retroceso del real brasileño, con lo cual ya permitió que el dólar mayorista suba 2,3% luego de que en enero se deslizara apenas 0,67%. Acá el Gobierno conduce un equilibrio complicado: mover el dólar golpea a los precios, pero dejarlo quieto es comprarse un problema para más adelante.
“Si bien el dólar se empezó a mover, va a ser un tema que influenciará en marzo más que febrero”, dijo Zelpo.
Por otra parte, el congelamiento de tarifas también está en duda, aunque en un plazo más largo. La estabilidad prevista para el “período de emergencia” llega hasta junio, momento a partir del cual el Gobierno está dispuesto a revisarlas. A partir de ese momento, el Gobierno va a tener que conseguir otras anclas para mantener a raya los precios.
“La estrategia contra la inflación del Gobierno al tener ciertos precios congelados, como las tarifas de servicios públicos y el tipo de cambio, tiene un costo si no se desacelera la inflación, que es la pérdida de competitividad y el mayor gasto en subsidios, con lo cual en el largo plazo pueden llegar a generar problemas además de soluciones”, dijo Rajnerman.
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