Sarah Storey, el ícono del deporte paralímpico británico que pocos reconocen

Con 30 medallas paralímpicas, la atleta resalta -en una entrevista con The Independent- cómo la invisibilidad mediática afecta el desarrollo y financiamiento de los deportes paralímpicos

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Storey se queja de que
Storey se queja de que su nombre no tiene el mismo nivel de resonancia que otros atletas británicos (REUTERS/Thomas Peter)

“Es realmente importante que la gente no asuma que ya me retiré solo porque no me han visto competir en televisión”, dice Sarah Storey, la deportista paralímpica más condecorada en la historia de Gran Bretaña a The Independent.

Con 19 medallas de oro, 8 de plata y 3 de bronce en su carrera, Storey no solo ha dominado el parasport durante más de tres décadas, sino que lo ha hecho en dos disciplinas diferentes: natación y ciclismo.

Sin embargo, a pesar de su trayectoria extraordinaria, su nombre aún no resuena tanto como el de otros atletas británicos de alto perfil, algo que Storey atribuye directamente a la falta de exposición mediática de los deportes paralímpicos.

La invisibilidad de una leyenda

A pesar de ser una de las atletas más exitosas en la historia del deporte británico, Storey enfrenta una paradoja difícil de entender: su nombre no resuena en el público general como debería.

“Sigue siendo el caso que luchamos con la financiación y la exposición”, asegura Storey. A lo largo de sus años como atleta, notó cómo esta carencia afecta incluso a las figuras más destacadas del parasport.

“La gente decía: ‘Bueno, ¿quién es ella? Con suerte, será reemplazada por alguien más conocido’”, relata sobre los comentarios que leyó cuando tuvo que retirarse del programa televisivo Dancing on Ice tras fracturarse el tobillo izquierdo.

Storey acumula un total de
Storey acumula un total de 19 medallas de oro, 8 de plata y 3 de bronce en su carrera (REUTERS/Maria Abranches)

La deportista destaca cómo la falta de visibilidad del parasport en los medios contribuye a que muchas personas asuman erróneamente que ya se retiró:

Muchas personas, más de una vez, han asumido que ya me retiré. Y estaban muy sorprendidas y contentas de ver que fui seleccionada nuevamente para otros Juegos”.

Este desinterés mediático, según Storey, afecta directamente el desarrollo profesional de los paraatletas, ya que la ausencia de cobertura entre Juegos Paralímpicos limita el acceso a los recursos económicos necesarios.

“Tenemos que entrenar como si fuéramos de tiempo completo, tenemos que entregar resultados como si fuéramos de tiempo completo. Pero no recibimos la cobertura que luego genera los recursos financieros necesarios para ofrecer ese nivel profesional”, lamenta.

Para Storey, la situación implica un delicado equilibrio entre competir al máximo nivel y desempeñar múltiples roles fuera del deporte.

Además de ser una atleta de élite, colabora con organizaciones como Greater Manchester Moving, el Lancashire Cricket Club y el Manchester Met Institute of Sport para promover la actividad física, aunque admite que la carga es significativa.

“Es realmente, realmente complicado”, asegura, reflejando las múltiples demandas que enfrentan los paraatletas debido a la falta de apoyo sistémico.

Un sistema que falla a los paraatletas

Para Storey, gran parte de los problemas que enfrenta el parasport se originan en las organizaciones rectoras, como la Unión Ciclista Internacional (UCI), a la que acusa de no haber hecho lo suficiente para elevar el para-ciclismo en los últimos 20 años.

“Los organismos internacionales que regulan el parasport necesitan empezar a especular para acumular en el frente de la cobertura”, afirma.

Y enseguida insistirá con la necesidad de transmitir eventos como campeonatos mundiales y copas del mundo con una producción profesional, que incluya comentaristas, entrevistas y plataformas de streaming. “Necesitamos verlos transmitidos con una cobertura adecuada. Debe estar bien organizado, con una presentación adecuada”, insiste.

Storey insiste en estándares elevados
Storey insiste en estándares elevados para la visibilidad de los deportes adaptados (REUTERS/Thomas Peter)

Storey resalta cómo esta falta de visibilidad afecta incluso a los propios atletas, quienes tienen que esforzarse para seguir los eventos de su deporte.

Como ejemplo, menciona los recientes Campeonatos Mundiales en Zúrich, donde el para-ciclismo recibió cobertura solo porque se integró al mismo programa que el ciclismo convencional.

“Si hubiéramos estado separados, como será el próximo año en Bélgica, puedo casi garantizar que la cobertura no será nada parecida”, lamenta. Para Storey, mantener estos eventos integrados es crucial:

“Una vez que tengamos cobertura, una vez que tengamos una narrativa entre los Juegos Paralímpicos, empezamos a ver cómo emergen esas personalidades”.

Un legado que trasciende las medallas

Con una carrera que abarca más de tres décadas y 30 medallas paralímpicas, Storey no solo es un ejemplo de excelencia deportiva, sino también de perseverancia frente a un sistema que rara vez otorga el reconocimiento que ella y otros paraatletas merecen.

A sus 47 años, Storey se encuentra en una encrucijada: ¿seguir compitiendo hasta los Juegos Paralímpicos de Los Ángeles 2028, o dar un paso atrás?

Aunque no ha tomado una decisión definitiva, Storey asegura sentirse en plena forma y lista para nuevos desafíos.

“Me siento más fuerte que nunca en la bici”, dice, dejando entrever que alcanzar una vigésima medalla de oro paralímpica podría estar dentro de sus planes. “Quizás sea ese logro el que finalmente me otorgue el reconocimiento que merezco”, reflexiona.

A sus 47 años, Storey
A sus 47 años, Storey se encuentra en una encrucijada: ¿seguir hasta los Juegos Paralímpicos de Los Ángeles 2028, o dar un paso atrás? (REUTERS/Issei Kato)

Sin embargo, Storey también es consciente de que su impacto no solo se mide en títulos y trofeos. Como defensora del parasport, ha dedicado gran parte de su tiempo a impulsar el desarrollo de oportunidades para los atletas con discapacidad.

Su compromiso con el deporte y la inclusión va más allá de sus logros personales. Sus esfuerzos reflejan su creencia de que el deporte tiene el poder de transformar vidas, independientemente de las barreras físicas, sociales o económicas.

Storey no solo lucha por ella misma; lucha por una generación de atletas que merecen ser vistos, escuchados y celebrados. Su legado, entonces, no radica únicamente en sus 30 medallas, sino en su incansable esfuerzo por construir un camino más inclusivo para quienes la sigan.

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