“Chelsea está grabado en mi corazón para siempre. No puedo pensar en mi tiempo ahí sin emocionarme”, admitió Emma Hayes al recordar su paso de 12 años al frente del equipo femenino del Chelsea en un informe elaborado por parte de la revista deportiva FouFourTwo en el que se analiza su carrera. Durante su gestión en el club inglés, conquistó siete títulos de la Women’s Super League (WSL) y cinco FA Cups, lo cual consolidó al equipo como una referencia del fútbol femenino en Inglaterra y Europa.
Bajo el liderazgo de Hayes, el Chelsea pasó de ser un equipo en desarrollo a una potencia internacional, alcanzando hitos como su primera final de la UEFA Women’s Champions League en 2021, año en que la directora técnica fue reconocida como la Mejor Entrenadora de Fútbol Femenino por FIFA. Sin embargo, Hayes asegura que llegó el momento en que sintió que ya había entregado todo lo que podía al club. “Sabía que era el momento de partir”, reveló la entrenadora oriunda de Camden (Inglaterra).
A pesar de los desafíos y derrotas en sus últimas temporadas, Hayes dejó un legado imborrable en el club. Su capacidad para construir equipos exitosos desde cero, identificar talento y elevar el nivel del fútbol femenino inglés asegura que su impacto perdurará por años. Sobre esto profundizó en FouFourTwo: “Siempre seré parte del Chelsea y siempre estaré orgullosa de todo lo que logramos allí”.
El gran desafío de su carrera: liderar la Selección de Estados Unidos
“He sido afortunada. Cada día me pellizco porque estoy haciendo el trabajo que soñé desde pequeña”, afirmó Hayes sobre su nombramiento como entrenadora de la Selección de Estados Unidos, el equipo más icónico en la historia del fútbol femenino. Después de dejar su huella en el Chelsea, Hayes asumió el reto de dirigir a una selección que venía de un golpe inesperado: la eliminación en los octavos de final del Mundial de 2023.
El proceso de su llegada no fue inmediato. La entrenadora relata cómo la presidenta de la Federación Estadounidense de Fútbol, Cindy Cone, inició conversaciones con ella tras el Mundial. “Sabían que mi corazón estaba en el Chelsea, así que fueron pacientes, pero también me presentaron una oportunidad increíble”, relató la técnica. Esta transición implicó un cambio profesional y emocional, al dejar atrás un club que había sido su casa por más de una década. Es por ello que comentó que “era como desvincularse de una relación de 12 años y al mismo tiempo, comenzar otra emocionante y llena de posibilidades”.
El impacto de Hayes en su nuevo puesto no tardó en notarse. En los Juegos Olímpicos de París 2024, apenas unos meses después de su llegada, guio a Estados Unidos a la medalla dorada. Su objetivo se centró en aprovechar las fortalezas del equipo, integrando conocimientos adquiridos en el Chelsea y aprendiendo de las lecciones del Mundial. “Grandes jugadoras ganan partidos, y tenemos grandes jugadoras. Tuvimos poco tiempo, pero la respuesta fue increíble”, relató en FouFourTwo.
En su nueva etapa, Hayes también abrazó la dimensión estratégica del fútbol internacional, un cambio significativo respecto a su día a día como entrenadora de clubes. “En el fútbol internacional pasas menos tiempo en el campo, pero trabajas mucho en la estrategia. Sorprendentemente estoy disfrutando más de lo que esperaba”, aseguró la entrenadora inglesa.
Más allá de los logros inmediatos, Hayes ya tiene la vista puesta en el futuro. Su objetivo es claro: llevar a Estados Unidos al título del Mundial de 2027 en Brasil. Justamente sobre la próxima gran cita, con entusiasmo señaló: “¿Qué mejor lugar que Brasil? Como purista del fútbol, un Mundial allí es el sueño de cualquiera”. Este nuevo desafío no solo busca añadir títulos a su ya extensa lista de obtenciones, sino que seguir consolidando al fútbol femenino como un referente global.
Liderazgo y desafíos en un mundo de cambios
De acuerdo con Emma Hayes, liderar va más allá de dirigir equipos en el campo de juego. Es construir estructuras sólidas, inspirar a las nuevas generaciones y sobre todo, desafiar los límites del fútbol femenino. Mediante su reciente libro, A Completely Different Game, profundiza en su visión sobre el liderazgo y detalla algunos de los retos que enfrentó fuera de las canchas, como las propuestas de equipos masculinos para que asumiera cargos técnicos. Aunque Hayes siempre fue clara en su postura: “Mi deporte me necesita aquí, en el fútbol femenino. Estoy haciendo exactamente lo que quiero hacer”.
El compromiso de Hayes con el desarrollo del fútbol femenino fue una constante durante su carrera. Su rechazo a asumir roles en equipos masculinos no se debe a falta de ambición, sino mas bien, a su deseo de contribuir al crecimiento de un deporte que “aún necesita consolidarse” a nivel global.
Desde su posición actual como seleccionadora de Estados Unidos, Hayes ve su rol como una oportunidad para liderar con propósito y alegría. La pérdida de su padre, quien siempre la alentó a perseguir sus sueños, marcó un cambio en su perspectiva profesional. “Después de perderlo, me prometí liderar con alegría y usar todo lo que aprendí en mi carrera para lograr grandes cosas”, compartió.
A medida que el fútbol femenino continúa creciendo, Hayes no tiene dudas de que está en el lugar correcto, haciendo lo que mejor sabe: formar equipos fuertes, construir comunidades y demostrar que con visión y trabajo, los límites pueden romperse. “Me siento muy afortunada. Todos los días pienso en cómo mejorar y disfrutar más de lo que hago”, concluyó con la determinación de quien dejó una marca indeleble en el deporte.