Hermanos de sangre, rivales de bandera en el fútbol mundial

El fútbol, además de ser un deporte que une a millones de personas, tiene la capacidad de dividir a familias en los estadios y frente a las pantallas. Una de las curiosidades más fascinantes de este deporte es cuando hermanos, criados bajo el mismo techo, terminan representando a diferentes selecciones nacionales.

No suelen suceder estos casos e incluso son contados con los dedos de la mano, pero vale la pena hacer un repaso de los casos más populares en los que hermanos de sangre terminaron representando a diferentes países a nivel futbolístico.

Los gemelos Ramiro y Rogelio Funes Mori se convirtieron en un ejemplo emblemático de dos hermanos que representan naciones distintas. Nacidos en Mendoza, Argentina, el 5 de marzo de 1991, estos hermanos comenzaron su camino futbolístico en las inferiores de River Plate. Sin embargo, sus carreras tomaron rumbos divergentes cuando Rogelio decidió probar suerte fuera de Argentina, mientras Ramiro continuó destacándose en su tierra natal.

Rogelio Funes Mori encontró estabilidad y éxito en México, jugando para el Club Monterrey desde 2015. Su desempeño como delantero en la Liga MX, donde se convirtió en uno de los goleadores más destacados del equipo, le abrió la puerta para naturalizarse mexicano. En 2021, tras obtener la nacionalidad, Rogelio fue convocado por Gerardo “Tata” Martino para integrar la selección mexicana, debutando en la Copa Oro con goles relevantes.

Por otro lado, Ramiro Funes Mori continuó su ascenso en Argentina hasta consolidarse como defensor central en River Plate, donde fue pieza clave en el equipo dirigido por Marcelo Gallardo. Su desempeño lo llevó a Europa y, eventualmente, a vestir la camiseta de la selección argentina en 2015. Con la albiceleste, Ramiro participó en competencias importantes como la Copa América, mostrando un compromiso constante con el país que lo vio nacer.

Jerome y Kevin-Prince Boateng son dos hermanos que, a pesar de compartir raíces y una infancia en Berlín, Alemania, eligieron defender selecciones nacionales distintas. Nacidos el 6 de marzo de 1987 (Kevin-Prince) y el 3 de septiembre de 1988 (Jerome), ambos crecieron en un entorno multicultural, con un padre ghanés y una madre alemana. Aunque sus caminos futbolísticos comenzaron juntos en categorías juveniles, pronto se bifurcaron, marcados por decisiones personales y profesionales.

Kevin-Prince Boateng mostró un temprano talento futbolístico que lo llevó a jugar en equipos destacados como el Hertha Berlín, Tottenham y AC Milan. Sin embargo, su relación con la Federación Alemana se vio fracturada por desacuerdos y percepciones de falta de oportunidades. En 2010, Kevin-Prince decidió representar a Ghana, el país de su padre, y debutó en la Copa del Mundo de ese año, destacándose como una de las figuras claves del equipo en Sudáfrica. Su elección lo convirtió en un símbolo de orgullo para la diáspora ghanesa, aunque también alimentó tensiones mediáticas con su hermano menor.

Jérôme Boateng, por su parte, optó por continuar su carrera representando a Alemania, país donde creció y desarrolló su talento futbolístico. Como defensor central, Jérôme brilló en clubes como el Bayern Múnich y fue un pilar de la selección alemana durante más de una década. En 2014, alcanzó la cúspide de su carrera al ganar la Copa del Mundo en Brasil, consolidándose como uno de los mejores defensores de su generación.

Iñaki y Nico Williams encarnan una de las historias más recientes del fútbol internacional: dos hermanos, criados en España y formados en la cantera del Athletic Club, que eligieron caminos diferentes al representar a sus selecciones nacionales. Nacidos en Bilbao, en el seno de una familia de origen ghanés, estos futbolistas comparten talento y pasión por el deporte, pero sus decisiones han marcado un contraste único en sus trayectorias internacionales.

Iñaki Williams, el mayor de los dos, comenzó su carrera profesional en el Athletic Club, donde se consolidó como una figura destacada gracias a su velocidad y versatilidad. Aunque representó a España en categorías juveniles, en 2022 decidió jugar para Ghana, el país de origen de sus padres, quienes emigraron a Europa en busca de una vida mejor. Su debut con los Black Stars marcó un emotivo regreso a sus raíces, destacando en el Mundial de Qatar 2022 como uno de los nombres más importantes del equipo.

Nico Williams, varios años menor que su hermano, también brilló en el Athletic Club, donde demostró un estilo de juego audaz y creativo como extremo. Su talento lo llevó a debutar con la selección absoluta de España en 2022, consolidándose rápidamente como una promesa para el futuro del equipo dirigido por Luis Enrique. Nico representó a La Roja en el Mundial de Qatar 2022, pero donde realmente se destacó fue en la última Euro 2024 donde alzó la copa como una de las jóvenes figuras, junto a Lamine Yamal.

Thiago y Rafinha Alcántara representan un caso donde la herencia familiar, la formación y las oportunidades moldearon sus decisiones de jugar para diferentes selecciones nacionales. Nacidos en el seno de una familia profundamente ligada al deporte —su padre es Mazinho, campeón del mundo con Brasil en 1994—, ambos crecieron en un entorno multicultural que los llevó a caminos futbolísticos distintos.

Thiago Alcántara, el mayor de los dos hermanos, nació en Italia mientras su padre jugaba profesionalmente en ese país, pero su carrera futbolística se desarrolló principalmente en España. Formado en la cantera del FC Barcelona, Thiago se destacó como mediocampista creativo, lo que lo llevó a representar a España desde categorías juveniles. Su debut con la selección absoluta se dio en 2011, y desde entonces fue un jugador clave en el mediocampo español, participando en competiciones como la Eurocopa y el Mundial hasta su retiro de la actividad, en julio de 2024.

Por otro lado, Rafinha Alcántara, nacido en São Paulo, Brasil, tomó un rumbo diferente al decidir representar al país de origen de su familia. A pesar de haber pasado por el mismo sistema formativo del FC Barcelona que su hermano, Rafinha optó por vestir la camiseta de la selección brasileña. Su debut con la Canarinha se produjo en 2015, y formó parte del equipo que ganó el oro olímpico en Río de Janeiro 2016.

Christian y Massimiliano “Max” Vieri son dos hermanos, nacidos en Italia y formados en ambientes culturales distintos, que terminaron defendiendo las camisetas de selecciones nacionales de continentes opuestos.

Christian Vieri, el mayor de los hermanos, es una de las leyendas más destacadas del fútbol italiano. Nacido en Bolonia en 1973, su carrera despegó en clubes de renombre como la Juventus, el Atlético de Madrid y el Inter de Milán. Su capacidad goleadora lo convirtió en un referente indiscutible de la selección italiana, con la que debutó en 1997 y participó en dos Copas del Mundo (1998 y 2002). Vieri dejó una huella imborrable en la historia de la Azzurra, consolidándose como uno de los mejores delanteros de su generación.

Por otro lado, Max Vieri, nacido en Sídney, Australia, en 1978, siguió un camino diferente. Aunque desarrolló gran parte de su carrera profesional en clubes de divisiones menores de Italia, eligió representar a Australia, el país donde su familia vivió durante su infancia. Max debutó con los Socceroos en 2004, participando en varios encuentros internacionales y aportando su experiencia como delantero. Aunque su carrera no alcanzó la proyección mediática de su hermano, Max fue un representante clave de los valores de esfuerzo y dedicación en la selección australiana.