Jaylen Brown se consolidó como una de las figuras más destacadas de la NBA tras su extraordinario desempeño durante las Finales de la NBA 2024. Su actuación fue clave para que los Boston Celtics lograran su 18º título, rompiendo el empate histórico con los Los Ángeles Lakers.
Brown fue nombrado MVP de las Finales tras promediar 20,8 puntos, 5,4 rebotes, cinco asistencias y casi dos robos por partido. Sin embargo -como subraya la revista Time- su contribución más destacada fue su férrea defensa contra la estrella de los Dallas Mavericks, Luka Dončić, neutralizando su juego ofensivo y allanando el camino hacia la victoria.
El título no solo fue un momento de gloria para la franquicia, sino también una validación personal para Brown, quien había enfrentado dudas sobre su capacidad para liderar a los Celtics en los momentos cruciales. La seguridad y determinación del jugador se reflejaron en un encuentro previo con el presidente de operaciones del equipo, Brad Stevens, cuando Brown declaró con confianza que estaban listos para ganar. Esta actitud firme, lejos de ser arrogante, mostró un compromiso absoluto con el éxito.
La victoria final llegó tras una serie de cinco juegos en la que los Celtics dominaron a los Mavericks. La actuación de Brown fue una lección de liderazgo y excelencia deportiva que quedará grabada en la historia de la NBA, consolidando su lugar entre los jugadores más influyentes de su generación.
La manifestación como clave del éxito
El número 7 de Boston ha cultivado una mentalidad profundamente centrada en la manifestación, una filosofía personal que juega un papel fundamental en su vida tanto dentro como fuera de la cancha.
“Usualmente cuando las personas escriben un diario, escriben sobre experiencias pasadas. Yo prefiero escribir sobre las que vendrán en el futuro. El concepto de la manifestación. Lo que quiero que sea mi experiencia antes de que suceda”, enfatiza en Time.
Uno de los momentos más notables de esta filosofía fue cuando escribió, hace unos años, que iba a ganar un título de la NBA, algo que, según su relato, ya visualizaba como parte de su futuro. Este tipo de manifestaciones no solo sirven como un recordatorio personal de sus objetivos, sino que también refuerzan su determinación de trabajar incansablemente por alcanzarlos.
Para Brown, esta mentalidad va más allá de un simple ejercicio de pensamiento positivo; es un compromiso consciente con sus metas a largo plazo. La victoria en las finales fue el resultado de años de trabajo duro y confianza en su visión, lo que refuerza la idea de que la manifestación, combinada con la acción, es un pilar central en su carrera. Esta mentalidad de visualizar el éxito no solo le sirve para triunfar en la cancha, sino también para mantener la resiliencia en momentos difíciles y avanzar hacia sus objetivos con una clara sensación de propósito.
¿La influencia de Nike?
La estrella de los Celtics no fue incluido en el equipo olímpico de básquet de Estados Unidos para la edición de París 2024, a pesar de ser uno de los jugadores más destacados de la NBA en ese momento.
En su lugar, Derrick White, su compañero en Boston, fue elegido para reemplazar a Kawhi Leonard (jugador de Los Ángeles Clippers) debido a una lesión. Esta exclusión sorprendió a muchos y generó reacciones públicas de frustración por parte del jugador.
Brown no dudó en expresar su descontento, sugiriendo que la decisión podría no haber sido completamente objetiva y que factores externos, como la influencia de Nike (sponsor oficial del equipo olímpico de básquet estadounidense), podrían haber jugado un papel en su exclusión.
El jugador insinuó que Nike, a través de sus contratos de patrocinio con ciertos jugadores, podría haber tenido un impacto en la selección final del equipo, lo que generó controversia. En varias publicaciones en X (anteriormente Twitter), cuestionó la lógica detrás de la decisión, haciendo comentarios sobre los intereses comerciales involucrados y sugiriendo que la ética corporativa de Nike podría haber influido en la elección de los jugadores.
A pesar de la polémica, aclaró que no guardaba rencor hacia White, quien finalmente fue seleccionado, pero su crítica al proceso fue clara. El director general de USA Basketball, Grant Hill, rechazó estas acusaciones, argumentando que la selección se basó exclusivamente en el rendimiento deportivo, pero Brown dejó claro que no estaba dispuesto a aceptar lo ocurrido sin cuestionarlo.
De las canchas al activismo
Brown demuestra un compromiso excepcional con el activismo social y la filantropía, enfocándose especialmente en abordar las desigualdades económicas y raciales que afectan a las comunidades desatendidas. Una de sus iniciativas más destacadas es la organización Boston XChange, que fundó con el objetivo de generar riqueza para comunidades marginadas y reducir la brecha de riqueza racial en Estados Unidos.
El proyecto tiene una ambiciosa meta financiera: generar 5.000 millones de dólares en riqueza neta. Inspirado por el modelo de Black Wall Street, una próspera comunidad afroamericana en Tulsa, Oklahoma, que fue destruida por un ataque de supremacistas blancos en 1921, busca replicar este modelo en ciudades como Boston y Oakland.
Su visión es crear ecosistemas económicos sostenibles en los que los emprendedores y las comunidades de color puedan prosperar y construir una riqueza generacional. El proyecto, aún en sus primeras etapas, se ha asociado con instituciones de renombre como el MIT y Harvard, con la intención de crear una incubadora de negocios para jóvenes emprendedores en áreas como el diseño, la moda y las artes culinarias.
La educación es otro pilar fundamental en su vida. Brown dedicó gran parte de su tiempo y energía al desarrollo académico y al crecimiento personal. Desde sus años en la universidad, donde eligió estudiar en UC Berkeley por su enfoque en el activismo social y las causas comunitarias, mostró una profunda pasión por aprender y expandir su comprensión del mundo.
Su amor por la filosofía, junto con el estudio del español y el árabe, lo convirtieron en un intelectual autodidacta que no se limita a la cancha de básquet. Su interés por las teorías sociales, como el panoptismo de Michel Foucault, refleja una visión crítica de las estructuras sociales y el control.
No solo se enfoca en su propia educación, sino que también comparte su conocimiento, dando conferencias en prestigiosas instituciones, y participando en programas educativos para jóvenes.
Un ejemplo tangible de su dedicación a la educación es el programa Bridge Program, que Brown desarrolló como parte de su Fundación 7uice. Este campamento, dirigido a estudiantes de secundaria de Boston, lleva a los jóvenes a instituciones académicas como el MIT, donde pueden aprender sobre inteligencia artificial, robótica y otros campos tecnológicos avanzados.
El jugador se asegura que estos estudiantes, mayoritariamente de comunidades negras y latinas, tengan acceso a recursos y conocimientos que tradicionalmente han estado fuera de su alcance. A lo largo del programa, los estudiantes no solo reciben formación técnica, sino que también tienen la oportunidad de conectarse con mentores y profesionales en diversas disciplinas, lo que les permite visualizar un futuro lleno de posibilidades.
Estas cuestiones se ven evidenciadas en la negociación de su contrato récord de 304 millones de dólares con los Celtics, donde Brown no solo estaba pensando en su futuro como jugador, sino también en su impacto más allá del deporte. Su filosofía es clara: la riqueza material y el éxito profesional deben ir acompañados de un compromiso profundo con el bienestar social y la equidad.
El motor del éxito de los Celtics
La relación entre Brown y Jayson Tatum, compañeros en Boston, fue fundamental para el éxito del equipo, especialmente durante las Finales de este año, a pesar de los rumores de posibles conflictos.
Aunque ambos jugadores compiten por el liderazgo dentro del equipo, lograron establecer una dinámica de cooperación y entendimiento mutuo que se refleja en su juego colectivo. Durante la serie, demostraron un alto nivel de trabajo en equipo, combinando sus talentos para lograr una victoria convincente. En el Juego 2 de las Finales, por ejemplo, ambos sumaron 19 asistencias, un indicio claro de su capacidad para jugar en conjunto.
Esta sinergia entre ellos evolucionó con el tiempo, convirtiéndose en un modelo de cómo dos superestrellas pueden coexistir y complementarse, desafiando las expectativas de quienes cuestionaban si podrían formar una pareja ganadora.
“Tenemos una relación a nivel de campeonato”, dice Brown. “La historia nos recordará a ambos por lo que logramos esta pasada temporada. Y creo que tenemos mucho más reservado para la gente”.
La visión de transformar
Brown tiene una visión que va más allá de la cancha de básquet. Si bien sus logros en la NBA son indiscutibles, con un título de campeón y múltiples selecciones al All-Star, remarca su verdadera ambición...
“Quiero cambiar la forma en que vemos a los atletas y ayudarlos a entender su valor. Quiero alentar a la próxima generación a pensar por sí mismos... Me identifico como ambos, intelectual y atleta. Y no diría ninguno más que el otro. Quiero que mi legado equilibre los dos”.