LeBron James siempre ha sido sinónimo de éxito, consistencia y superación a lo largo de casi dos décadas. Hoy, a sus 39 años y a las puertas de su cumpleaños número 40, pocos pueden negar su legado, que incluye títulos, récords y un sinfín de logros. Sin embargo, esta temporada parece estar siendo un desafío para el astro de Los Angeles Lakers. Después de un inicio prometedor, su rendimiento ha sufrido un inesperado descenso, y el propio James ha sido el primero en reconocer que las cosas no marchan bien en su juego.
La noche del lunes 2 de diciembre de 2024 fue testigo de una de las derrotas más duras de los Lakers en lo que va de la campaña, un aplastante 109-80 ante los Minnesota Timberwolves. Bron, quien esperaba ser el líder en la cancha, fue una sombra del jugador dominante que siempre ha sido. Con solo 10 puntos en 4 de 16 tiros (incluyendo un 0 de 4 en triples), el rendimiento de James fue alarmante. Fue la sexta vez consecutiva en la que su porcentaje de tiros fue inferior al 45%, un dato que no solo es preocupante, sino también histórico. Esta racha de bajos porcentajes es la peor que ha tenido desde su temporada de novato en 2003, un indicio claro de que algo no está funcionando en su juego.
“Me siento mal, realmente mal. Es todo. Es el ritmo”, confesó LeBron tras la derrota, palabras que fueron recogidas por ESPN. La honestidad de la estrella de los Lakers mostró un lado vulnerable del jugador que ha dominado la liga durante años. Al ser preguntado sobre qué sentía que estaba fallando en su juego, James no dudó en admitir que se siente fuera de ritmo. Según sus propias palabras, lleva ya varios juegos sintiendo esa desconexión que no le permite rendir al nivel acostumbrado.
LeBron fue, hasta ahora, un pilar fundamental para los Lakers en este comienzo de temporada. Sin embargo, su rendimiento ha sido inconsistente. Si bien continúa como un referente en rebotes (8 por partido) y asistencias (9,1 por juego), su producción ofensiva ha disminuido considerablemente. Actualmente, promedia 22 puntos por partido, la cifra más baja desde su temporada de novato, y su porcentaje de tiros ha caído al 48,2%, el más bajo desde la campaña 2006-07.
No es solo el promedio de puntos lo que preocupa, sino la falta de fluidez en su juego. Tras el partido contra los Timberwolves, James dejó en claro que los esfuerzos defensivos de los Lakers, aunque necesarios, han afectado el rendimiento ofensivo del equipo. “No estamos bien ofensivamente ahora. Creo que nos concentramos demasiado en corregir nuestra defensa y nuestra ofensiva pasó a un segundo plano”, explicó el jugador. Este desequilibrio ha dejado a los Lakers en una situación difícil, ya que se encuentran en la 14ª posición de la liga en cuanto a puntos por partido, con un promedio de 114 puntos por juego. El equipo ha perdido cinco de sus últimos siete partidos, lo que refleja una clara falta de consistencia.
Uno de sus grandes objetivos al inicio de la temporada era el de jugar los 82 partidos. A pesar de las advertencias sobre su edad, James había mostrado interés en mantenerse en la cancha y contribuir a su equipo en cada juego. Sin embargo, tras la reciente racha negativa y la acumulación de partidos de bajo rendimiento, esta meta parece estar en suspenso. Cuando se le preguntó sobre su compromiso con el objetivo de disputar todos los encuentros de la temporada, James fue evasivo: “Es una meta, pero ya veremos. No es algo de lo que esté discutiendo ahora”, dijo en una declaración recogida por People.
Esta falta de certeza sobre su disponibilidad a largo plazo podría afectar tanto a los Lakers como a su estrella, quien parece estar más preocupado por encontrar su ritmo nuevamente antes de hacer promesas sobre la cantidad de partidos que podrá jugar. “Solo trabajo, eso es todo”, agregó King James sobre sus esfuerzos por superar este bache. Es evidente que el camino hacia la recuperación de su forma física y mental será arduo, pero su enfoque en el esfuerzo constante refleja su naturaleza competitiva.
Por otro lado, los Lakers no atraviesan un buen momento. A pesar de la presencia de James y Anthony Davis, la falta de cohesión ofensiva y las luchas defensivas están afectando el rendimiento colectivo. Con un récord de 12-9, los Lakers se encuentran en una situación delicada en la Conferencia Oeste, apenas por encima de la línea de playoffs. Los próximos partidos, especialmente el enfrentamiento contra los Miami Heat, serán cruciales para evaluar si el equipo puede superar sus dificultades.
Mientras Bron lucha por encontrar su mejor nivel, los ojos del mundo siguen fijándose en él. Es imposible predecir hasta qué punto logrará recuperarse, pero lo que está claro es que la mentalidad de trabajo constante y su habilidad para adaptarse le han permitido seguir siendo relevante en la NBA a pesar del paso del tiempo. La incertidumbre sobre su futuro inmediato es comprensible, pero si alguien tiene la capacidad de superar esta fase, ese es LeBron James.