Gordon Murray, el ingeniero mago que llevó a los primeros triunfos de Reutemann, sigue sorprendiendo

Este sudafricano fue el responsable de aquel Brabham BT44 con el que el Lole empezó a hacer historia en la Fórmula 1. Hoy, a los 78 años, sigue pensando y construyendo máquinas súper veloces, pero ya no para la máxima categoría

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Murray es una de las grandes mentes maestras dentro del diseño e ingeniería automotriz
Murray es una de las grandes mentes maestras dentro del diseño e ingeniería automotriz

“Murray, Gordon Murray”, podría contestar el hombre en modo 007 al presentarse, y bastará para que cualquier fan de la Fórmula 1 sepa de quien se trata. Su nombre, también, les sonará a los tuercas argentinos que ya soplaron más de 50 velitas, porque está y estará asociado para siempre a la brillante carrera de Carlos “Lole” Reutemann, allá lejos en los ‘70/’80.

A sus 78 años, Gordon Murray sigue siendo una figura central en el mundo de la ingeniería automotriz. Su carrera comenzó de manera precoz y humilde en Durban (Sudáfrica), cuando, siendo apenas un adolescente, diseñó con minuciosidad el Cuneo 1300 GT, un coche conceptual que, aunque nunca se materializó en una producción masiva, dejó claro su talento y visión innovadora.

En una entrevista con la revista Top Gear, el ingeniero recuerda este primer diseño con nostalgia: “Lo dibujé en la tabla de dibujo de mi dormitorio, y fue ahí donde todo comenzó”.

En la actualidad, Murray sigue innovando con su última creación, el GMA T.50, que está siendo considerado como uno de los coches más perfectos jamás diseñados para el conductor. La producción del T.50 está en marcha, y se completará con una edición limitada de 100 unidades en Surrey (Inglaterra).

A lo largo de sus más de 50 años en el mundo de la Fórmula 1 y los coches de carretera, Murray ha dejado una huella imborrable. Su trabajo con Brabham y McLaren incluye coches históricos como el Brabham BT46B y el McLaren F1. Su enfoque directo y pasión por la ingeniería lo llevaron a ser reconocido por su capacidad de pensar fuera de lo convencional, creando coches que siguen siendo elogiados y estudiados en la industria automotriz.

Del taller a la fama

El Premio al Logro de Toda una Vida otorgado a Murray por Top Gear es solo una muestra del reconocimiento que ha recibido a lo largo de su extensa carrera. Sin embargo, para el ingeniero, el prestigio no ha sido una motivación central: “A todos nos gusta ser reconocidos, pero honestamente, todo lo que he hecho en mi vida lo hice con convicción... y me he divertido mucho en el camino”.

Murray proviene de un origen humilde. Criado en una familia trabajadora, vivió con sus tres hermanos en una habitación compartida, sin lujos ni comodidades. “Nunca tuvimos una casa propia, ni un coche nuevo”, confesó. La falta de recursos no impediría que su talento se desarrollara; al contrario, lo motivó a tomar un camino más desafiante, donde la creatividad y la perseverancia jugaron un papel clave en su formación y en el desarrollo de sus futuros proyectos.

Alejado del mundo de la Fórmula 1, hoy Murray se dedica a diseñar coches "de calle" como, por ejemplo, el GMA T.50 (REUTERS)
Alejado del mundo de la Fórmula 1, hoy Murray se dedica a diseñar coches "de calle" como, por ejemplo, el GMA T.50 (REUTERS)

En cuanto a su formación, tomó una decisión crucial en su juventud: optó por un aprendizaje práctico en lugar de asistir a la universidad. En vez de seguir una educación académica tradicional, Murray se dedicó a aprender sobre ingeniería y diseño de manera más directa y aplicada.

A los 19 años, ya había construido su primer auto de carreras. Este enfoque pragmático le permitió adquirir una experiencia invaluable en el taller, lo que se reflejaría en su capacidad para abordar todos los aspectos de la ingeniería automotriz. En 1969, tras vender todo lo que poseía, Murray se mudó al Reino Unido, donde se unió al equipo Brabham, casi por casualidad. Este giro de su vida lo llevó a convertirse en una figura clave en la Fórmula 1, comenzando así una carrera que lo pondría en el mapa de los diseñadores más influyentes de la historia del automovilismo.

El joven genio de Brabham

A los 25 años, Murray asumió una de las responsabilidades más importantes de su carrera cuando Bernie Ecclestone, dueño del equipo Brabham, lo nombró responsable de la oficina de diseño, después de despedir al resto del personal. Para un joven con tan poca experiencia en un entorno tan competitivo, la tarea podría haber sido aterradora, pero, según cuenta Murray: ”No podía esperar para llegar al trabajo todos los días. Claramente, debes tener mucha confianza en ti mismo y si quiero hacer algo, nada se interpondrá en el camino”.

Entre sus diseños innovadores se destaca el Brabham BT46B, una muestra de su visión avanzada sobre la aerodinámica y el rendimiento en las pistas. A pesar de la controversia que generó, este auto es recordado como una de las máquinas más audaces y revolucionarias en la historia del automovilismo.

Otra de las máquinas que incrementaron los méritos de Murray como diseñador: el Brabham BT46B. El dinero para que todo fuera posible, como se ve, lo ponía la empresa láctea italiana
Otra de las máquinas que incrementaron los méritos de Murray como diseñador: el Brabham BT46B. El dinero para que todo fuera posible, como se ve, lo ponía la empresa láctea italiana

Durante ese periodo en Brabham, a finales de los años 60 y principios de los 70, Murray no solo se dedicó al diseño de los monoplazas de F1, sino que también encontró tiempo para desarrollar prototipos para otras competiciones, como el Duckhams LM, un coche diseñado para las 24 Horas de Le Mans.

“Tuve seis meses para diseñarlo y construirlo. Stella (esposa de Murray) y yo vivíamos en un pequeño departamento en Claygate que estaba tan frío que se formaban pedazos de hielo por dentro de las ventanas. Tenía una pequeña tabla de dibujo y llegaba a casa de Brabham a las 8 de la noche y trabajaba hasta las 3 de la madrugada”, recuerda.

A pesar de las dificultades, el Duckhams LM terminó siendo un coche que sorprendió en las primeras pruebas, posicionándose entre los más rápidos en Silverstone y mostrándose competitivo en Le Mans. Esta experiencia fue clave para la consolidación de la reputación de Murray como un innovador en el diseño automovilístico.

Diseño con un estilo “rompecabezas”

El Minbug es otro ejemplo de su innovación autodidacta. Diseñado y construido por él mismo, este pequeño y liviano coche de carreras fue una mezcla de ingenio y reciclaje, utilizando piezas del icónico Mini y otros componentes ingeniosamente adaptados. Murray no solo lo diseñó, sino que también se encargó de su fabricación en su propio taller, creando un chasis espacial de aluminio adherido, que permitió al Minbug alcanzar una notable durabilidad: más de 61,000 km durante su uso.

A pesar de ser un proyecto en solitario, el auto fue un éxito, y Murray lo financió vendiendo tres unidades más, las cuales también fueron un testimonio de su capacidad para crear autos funcionales y rápidos con recursos limitados. El Minbug destacó por su ligereza y eficiencia, y consolidó aún más la reputación de su creador como un diseñador extremadamente versátil y práctico, capaz de combinar lo mejor de la ingeniería con la pasión por las carreras.

La etapa McLaren

Con el McLaren MP4/4 Senna y Prost formaron una de las rivalidades más históricas de la Fórmula 1
Con el McLaren MP4/4 Senna y Prost formaron una de las rivalidades más históricas de la Fórmula 1

Durante su tiempo en McLaren, Murray diseñó algunos de los monoplazas más dominantes en la historia de la Fórmula 1, siendo el MP4/4 el más destacado. Este coche, que se destacó por su aerodinámica innovadora y su configuración técnica, tuvo un impacto profundo en la competencia, tanto por su rendimiento como por su capacidad para maximizar la eficiencia en cada carrera. Con el MP4/4, los pilotos Ayrton Senna y Alain Prost dominaron la temporada de 1988, logrando una serie de victorias históricas.

En relación a su estadía en la marca británica, Murray asegura: “Me divertí diseñando los coches. Estás tan ocupado porque solo había ocho diseñadores entonces y teníamos que diseñar cuatro coches en tres años y muchas reglas cambiaban. Fue satisfactorio hacer el MP4/4 porque tenía una posición de conducción idéntica al Brabham BT55. Ese había sido un fracaso por varias razones, pero la idea no lo era...”

Y luego enfatiza un detalle técnico: “El motor Honda estaba más bajo y redujimos el centro de gravedad, y el coche simplemente voló. Eso fue muy satisfactorio”. El MP4/4 no solo se convirtió en un símbolo de innovación técnica, sino que también reafirmó la capacidad de Murray para crear vehículos que no solo eran rápidos, sino casi perfectos en su ejecución.

Su impacto en el mundo del automóvil no se limitó solo a la Fórmula 1. Su trabajo en el McLaren F1, un coche de carretera revolucionario, marcó un hito en la ingeniería automotriz. Este modelo es considerado uno de los mejores coches de carretera jamás fabricados, no solo por su velocidad y rendimiento, sino también por sus innovaciones técnicas, como el uso de la fibra de carbono y el efecto suelo, que antes solo se aplicaban a la F1.

La victoria del McLaren F1 en Le Mans 1995 fue un logro monumental que demostró la versatilidad del diseño de Murray, ya que el coche no solo era un vehículo de lujo para la carretera, sino también un competidor feroz en el automovilismo de resistencia. Como recordó Murray, lo más significativo de este logro fue que no se trataba solo de alcanzar una velocidad impresionante, sino de demostrar la resistencia y fiabilidad de un coche diseñado para las más exigentes competiciones, lo que marcó un antes y un después en la historia de los autos deportivos.

Murray-Reutemann, al podio

Al mando del Brabham BT44, diseñado por Murray, Reutemann comenzó a escribir su historia en la Fórmula 1 (Archivo CORSA)
Al mando del Brabham BT44, diseñado por Murray, Reutemann comenzó a escribir su historia en la Fórmula 1 (Archivo CORSA)

El piloto argentino Carlos Alberto Reutemann debutó en la Fórmula 1 con Brabham en 1972. Con apenas dos años en la categoría, su talento ya lo perfilaba como favorito en cada carrera. Sin embargo, un coche adecuado era crucial para alcanzar los primeros lugares. Dos años después, en la temporada 1974, Reutemann logró su primera victoria en la Fórmula 1 gracias al modelo BT44 de Brabham, diseñado por Murray. A pesar de su diseño simple, este coche destacaba por sus innovaciones aerodinámicas como los faldones laterales (también llamadas “polleritas”).

Este logro fue parte de una temporada en la que alcanzó varias victorias, incluido el Gran Premio de Sudáfrica, y subidas al podio en Austria y Estados Unidos. El argentino terminó sexto en la clasificación final de ese año, mejorando significativamente respecto a su desempeño previo, donde había terminado séptimo y decimosexto.

El desempeño del Lole con Brabham huella en los aficionados por los éxitos contundentes pero también por los dejó momentos de oportunidad perdida, como en el Gran Premio de Argentina, donde un problema en la toma dinámica le impidió asegurar la victoria. Unos años después, la colaboración entre el piloto y la escudería llegó a su fin, pero el recuerdo de su primer triunfo en la Fórmula 1 con Brabham permanece en la memoria de los fanáticos.

Una imagen del Brabham -la "niña bonita" entre las creaciones de Murray- que consolidó la fama del gran diseñador sudafricano, además de proporcionarle un "auto de punta" a Reutemann
Una imagen del Brabham -la "niña bonita" entre las creaciones de Murray- que consolidó la fama del gran diseñador sudafricano, además de proporcionarle un "auto de punta" a Reutemann

Más allá de los autos

Actualmente, el ingeniero se encuentra inmerso en la escritura de su biografía, un proyecto que pretende abarcar no solo su carrera automotriz, sino también sus amplios intereses personales. Además de este trabajo principal, está desarrollando una serie de libros secundarios que exploran su pasión por el arte, la arquitectura y la música, áreas que siempre formaron parte de su vida.

En el ámbito de la arquitectura, Murray ha canalizado su creatividad diseñando varios edificios, entre ellos su nueva oficina en Windlesham, en el Reino Unido, y una residencia en Escocia que genera su propia energía, reflejando su enfoque integral hacia la sostenibilidad y el diseño innovador.

Un aspecto curioso de la vida de Murray es su colección de ropa de famosos, que no solo destaca por su tamaño (casi 1.000 piezas), sino también por su valor histórico y cultural. Entre las más destacadas se encuentra una chaqueta de satén de la gira de los Rolling Stones, que podría alcanzar hasta las 10.000 libras (aproximadamente 12.500 dólares) en el mercado. Esta afición por los recuerdos de la música y la cultura pop, como él mismo explica, tiene un espacio especial en su vida y ha sido documentada en un libro que refleja su relación con el arte y la historia.

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