Michael Jordan reveló cuál fue el rival más duro que le tocó enfrentar en un uno contra uno

Durante su carrera en la NBA, todos sabemos que Michael Jordan se erigió como el símbolo de la grandeza, el máximo exponente de un deporte que, en sus manos, parecía una obra de arte en movimiento. A lo largo de más de una década, enfrentó a los más grandes jugadores de su tiempo: Larry Bird, Magic Johnson, Isiah Thomas, entre otros. Sin embargo, la verdadera sorpresa llegó cuando MJ reveló quién fue, en su opinión, el rival más duro que le tocó enfrentar en un uno contra uno. No era una de las figuras más populares de la liga, ni alguien a quien los medios nombraran con frecuencia.

En 1984, cuando Jordan irrumpió en la liga como el tercer pick global en el draft, el impacto fue inmediato. Su capacidad para controlar el balón, su explosividad y su insaciable hambre de ganar hicieron que el joven de North Carolina destacara desde el primer minuto. Durante esa temporada debutante, Jordan no solo lideró a un equipo en reconstrucción como los Chicago Bulls, sino que también se ganó el reconocimiento de la liga al ser nombrado Novato del Año. Sin embargo, incluso en ese momento de éxito incipiente, había una figura que él consideraba superior en los duelos personales.

Esa figura era Walter Davis, un jugador que nunca alcanzó la fama descomunal de Jordan, pero que, para el novato, era sin duda su rival más desafiante. Este detalle, desconocido para muchos, revela mucho sobre las influencias que moldearon la carrera de Jordan y los personajes que marcaron su camino hacia la grandeza.

Walter Davis, exjugador de los UNC Tar Heels y escolta estrella de los Phoenix Suns, no figuraba en las listas de los jugadores más mencionados cuando se discutían los grandes rivales de Jordan. Sin embargo, cuando se le preguntó, en pleno auge de su primera temporada en la NBA, quién había sido su adversario más duro en un uno contra uno, Jordan no dudó en rendir homenaje a aquel que lo inspiró en sus días universitarios.

“¿Para jugar en contra? Tiene que ser Walter Davis”, afirmó sin titubear el joven Jordan en una entrevista con la NBC, ante la sorpresa de los periodistas.

Davis, quien jugó para la Universidad de Carolina del Norte entre 1974 y 1977, había sido una figura clave durante los años formativos de Jordan. Ambos jugadores compartían una conexión que iba más allá del baloncesto profesional. Para Jordan, enfrentar a Davis durante los veranos en los entrenamientos universitarios no era solo un desafío físico, sino también un enfrentamiento con alguien a quien admiraba profundamente. Esa admiración lo moldeó, ayudando a construir el carácter competitivo que lo llevaría a conquistar seis campeonatos de la NBA y cinco premios MVP.

Si bien Jordan terminó por dominar las narrativas deportivas de la década de los 90, el legado de Walter Davis nunca desapareció por completo. Davis, apodado “Greyhound” por su elegante forma de jugar, fue un escolta alto, atlético y preciso, capaz de anotar desde cualquier rincón de la cancha. Fue seleccionado por los Phoenix Suns como el quinto pick en el draft de 1977, y durante su tiempo en el equipo, se convirtió en el máximo anotador de todos los tiempos de la franquicia, una hazaña notable en una liga donde las estrellas brillaban fugazmente.

Durante su carrera, Davis fue elegido seis veces para el All-Star Game y, aunque su nombre no resuena con la misma fuerza que el de otros grandes de la época, su impacto fue tal que su camiseta número 6 fue retirada por los Suns en 1994. Su estilo de juego fue fundamental para establecer la identidad de los equipos de Phoenix de finales de los años 70 y principios de los 80. Sin embargo, para Jordan, Davis era algo más: era el referente que lo había ayudado a perfeccionar su juego durante los calurosos veranos en North Carolina.

“Jugué contra Walter Davis en el verano, y él ha sido un jugador de baloncesto excepcional”, reconoció Jordan. Ese testimonio no solo refuerza el respeto que sentía por Davis, sino que también pone en evidencia la influencia que ejerció en el joven Michael.

La carrera de Walter Davis no alcanzó los niveles de épica de Michael Jordan, pero dejó una marca imborrable en la NBA. Tras retirarse en 1992, luego de haber jugado también para los Denver Nuggets y los Portland Trail Blazers, Davis siguió siendo una figura respetada dentro del baloncesto. Su fallecimiento en 2023, a la edad de 69 años, fue un momento de luto para los amantes del deporte, pero también una oportunidad para recordar su impacto en jugadores como Jordan, que lo reconocieron como una de las fuerzas más influyentes en sus primeros años.

En 2024, el Salón de la Fama del Baloncesto Naismith decidió inmortalizar a Walter Davis al incluirlo en su lista de honor. Esta distinción no solo es un homenaje a su carrera, sino también un recordatorio de que, en el baloncesto, el verdadero impacto de un jugador no siempre se mide en campeonatos o trofeos, sino en la influencia silenciosa que puede tener sobre los gigantes que lo suceden.

La historia de Michael Jordan y Walter Davis es un recordatorio de que, detrás de cada leyenda, hay figuras que, sin recibir la misma atención, juegan un papel crucial en el camino hacia la grandeza. Para Jordan, esos duelos veraniegos con Davis fueron más que una prueba de habilidades: fueron lecciones sobre la perseverancia, la dedicación y el estilo, elementos que definieron su carrera y lo convirtieron en el ícono que es hoy.

Mientras los fanáticos siguen celebrando los logros de Jordan, vale la pena recordar que incluso los más grandes han tenido a alguien a quien admirar. En el caso de Michael Jordan, ese hombre fue Walter Davis.