La historia de la NBA en la década de los 80 no se puede entender sin mencionar la rivalidad épica entre Larry Bird y Magic Johnson. Dos titanes del básquet, enfrentados desde los primeros pasos de sus carreras, que lograron encender una chispa que revitalizó no solo la NBA, sino también la pasión de los aficionados al baloncesto en todo el mundo.
Su competencia feroz no solo dividió a los seguidores de los Boston Celtics y los Los Angeles Lakers, sino que creó un espectáculo que elevó el nivel de juego y llevó a la liga a nuevas alturas. Pero lo que comenzó como una enemistad alimentada por la competencia, se transformó en una de las amistades más emblemáticas y conmovedoras en la historia del deporte.
Todo comenzó en 1979, cuando Larry Bird y Magic Johnson se enfrentaron por primera vez en el campeonato universitario, un evento que fue el preludio de su larga historia de competencia. Larry, el “pistolero verde y blanco” de los Celtics, y Earving, el “cerebro púrpura y amarillo” de los Lakers, representaban no solo a sus respectivos equipos, sino también dos estilos de juego y actitudes contrastantes. “Somos tan competitivos que había una antipatía natural”, recordó Magic en una entrevista con NPR. Este enfrentamiento inicial no solo definió sus carreras, sino que también reavivó una rivalidad entre los Celtics y los Lakers que se remontaba a la década de los 50.
Durante los años 80, ambos jugadores dominaron la NBA, ganando entre ellos ocho títulos en esa década. Pero más allá de los trofeos y los logros individuales, lo que realmente capturó la imaginación de los fanáticos fue la intensidad de su rivalidad. Como mencionó Bird, “hicimos que todos en América quisieran vernos jugar uno contra el otro”. La competencia entre ambos no era solo deportiva, sino casi personal, se odiaban y formaban un enfrentamiento que resonaba en todo el país y que, de muchas maneras, redefinió lo que significaba ser un atleta de élite.
Nacimiento de una amistad inesperada
El punto de inflexión en esta rivalidad llegó en 1985, durante el rodaje de un comercial de Converse en French Lick, Indiana, el hogar de Larry Bird. Magic Johnson voló hasta allí, nervioso por no haber tenido nunca una conversación real con Bird. Durante el rodaje, los dos no hablaron. La tensión entre ambos era palpable, al menos hasta que Larry extendió una invitación que cambiaría todo: “Magic, me gustaría que almorzaras conmigo en mi casa. Mi mamá ha preparado el almuerzo”.
Bird dijo que estaba nervioso por acercarse demasiado a su rival, pero este simple gesto abrió la puerta a una conexión que ambos jugadores nunca habían anticipado. Durante ese almuerzo, en la modesta casa de los Bird, la madre de Larry, Georgia, reveló algo que dejó atónito a Magic: “Magic, eres mi jugador de baloncesto favorito”. Esa confesión, en medio de una comida compartida, derribó las barreras que habían mantenido a estos dos hombres como rivales implacables.
Magic Johnson recordó ese momento con una sonrisa: “Desde ese instante, todo cambió entre nosotros”. Ambos descubrieron que tenían mucho en común: “Los dos somos del Medio Oeste, crecimos en la pobreza, nuestras familias son todo para nosotros, el baloncesto es todo para nosotros”. De repente, ya no eran solo rivales, sino dos hombres que se comprendían profundamente.
El apoyo en los momentos más difíciles
La verdadera prueba de su amistad llegó el 7 de noviembre de 1991, cuando Magic Johnson llamó a Larry Bird para darle una noticia devastadora: había sido diagnosticado con HIV. Bird estaba en shock, recordando ese momento como “uno de los peores sentimientos que puedas imaginar”. Pero, a pesar de la gravedad de la situación, Magic encontró consuelo en su amigo, sabiendo que podía contar con su apoyo incondicional.
“Siempre estuvimos conectados desde la universidad”, dijo Magic. A pesar de que la rivalidad en la cancha nunca desapareció, su amistad trascendió cualquier enfrentamiento. Magic sabía que podía confiar en Bird, y viceversa. “No necesitas hablar todos los días, pero sabes que si necesito algo, él estará allí”, afirmó Johnson.
Esta amistad, nacida de la rivalidad y forjada en la adversidad, se convirtió en un vínculo que los acompañó durante toda su vida. Cuando Magic fue diagnosticado, Bird fue uno de los primeros en enterarse, un testimonio del profundo respeto y cariño que se tenían mutuamente. “A veces esa armadura se debilita. Tan fuerte como parecía, aún necesitaba un amigo que dijera: ‘Estoy aquí, te apoyo’”, confesó Magic en una entrevista.
La historia de Larry Bird y Magic Johnson no es solo la de dos grandes rivales que se convirtieron en amigos; es la historia de cómo el baloncesto puede ser más que un deporte, cómo puede unir a personas en formas inesperadas. Su rivalidad revitalizó la NBA y su amistad nos recuerda que, incluso en el mundo de la competencia más feroz, hay espacio para el respeto y el apoyo mutuo.
Desde el enfrentamiento universitario hasta el comercial de Converse, y desde los campeonatos en la NBA hasta la llamada devastadora sobre el HIV, la relación entre Larry Bird y Magic Johnson es un ejemplo conmovedor de cómo dos vidas pueden entrelazarse de maneras profundas y duraderas. Rivales dentro de la cancha, amigos fuera de ella, su historia es un testimonio de la complejidad y la belleza de las relaciones humanas.