Qué fue el “Flu Game”, el día que quisieron parar a Michael Jordan con comida envenenada

El quinto partido de las Finales de la NBA de 1997 quedó grabado a fuego en la memoria de los fanáticos del básquet como el “Flu Game” de Michael Jordan. Durante la época dorada de los Chicago Bulls, en uno de los puntos más críticos de la historia de la liga, la imagen de un MJ visiblemente afectado por una gripe intestinal, luchando contra la deshidratación y el agotamiento para llevar a su equipo a una victoria crucial sobre los Utah Jazz, se convirtió en leyenda.

Pero, ¿qué pasó realmente en las horas previas a ese partido histórico? La historia del “Flu Game” no se limita a una actuación sobrehumana en la cancha, sino que se adentra en un misterio que aún hoy genera debate: desde una posible intoxicación alimentaria hasta una noche de fiesta que nunca se confirmó.

Mucho antes de este capítulo de la historia, Michael Jordan ya escribía su nombre en los libros más gloriosos de la NBA. Desde su llegada a los Chicago Bulls en 1984, MJ no solo transformó un equipo perdedor en una dinastía, sino que redefinió el baloncesto para siempre. Sus acrobacias aéreas, su sed insaciable de victoria y un talento incomparable lo convirtieron en un leyenda mundial.

La temporada 1996-1997 marcó el regreso de Jordan a la cima de la NBA tras su breve paso por el béisbol. Con un equipo renovado y hambriento de gloria, los Chicago Bulls dominaron la liga desde el inicio, estableciendo un récord histórico de 72 victorias en temporada regular. Liderados por el 23, quien se adjudicó su noveno título de máximo anotador y el MVP de la temporada, los Bulls demostraron una vez más su supremacía en el baloncesto.

En la víspera del encuentro, Jordan experimentó severos síntomas que inicialmente se atribuyeron a una gripe. Según reveló Tim Grover, su entrenador personal, esos síntomas fueron producto de una intoxicación alimentaria derivada de una pizza consumida la noche previa. “Nos trajeron una pizza a la habitación del hotel, y cinco personas vinieron a entregarla. Nadie más la comió excepto él”, detalló en medios norteamericanos.

El estado de salud de Jordan era tan grave que se encontraba en posición fetal, sufriendo de vómitos y fiebre alta. A pesar de ello, Michael llegó al estadio apenas una hora antes de que el juego comenzara, visiblemente debilitado. “Probablemente la cosa más difícil que he hecho. Casi me desmayé solo para ganar un juego de baloncesto”, destacó el basquetbolista.

Pese a lidiar con una grave intoxicación alimentaria, Michael Jordan sorprendió a todos al aparecer en el Delta Center minutos antes del inicio del crucial partido contra los Utah Jazz.

Los Chicago Bulls estaban preparados para enfrentar la posibilidad de que su estrella no pudiera jugar. El equipo estaba al borde del pánico, con los médicos sugiriendo que Jordan necesitaría reposo absoluto para recuperarse. Sin embargo, su legendaria determinación lo llevó al estadio contra viento y marea.

Desgastado pero decidido, Michael Jordan ingresó al recinto a solo una hora del inicio del partido. Su aspecto era el de alguien más preparado para una cama que para una cancha de baloncesto. El 23 de los Bulls apenas podía sostenerse en pie, pero la expresión en su rostro mostraba su inquebrantable espíritu competitivo.

Cuando el pitazo inicial resonó y el balón fue lanzado al aire, quedó claro que MJ no iba a dejar que una intoxicación alimentaria lo mantuviera fuera del juego.

A pesar de sus visibles limitaciones físicas, el jugador completó el primer cuarto con 4 puntos, pero su equipo terminó abajo por 29-16. No obstante, en el segundo cuarto, Jordan se reencontró con su rendimiento habitual, anotando 17 puntos y siendo el motor que permitió a los Bulls mantenerse en el partido, como informó NBA.

El tercer cuarto resultó particularmente difícil para Jordan, acumulando apenas 2 puntos y mostrando claramente los efectos de su malestar. Sin embargo, los Bulls lograron no quedar muy rezagados en el marcador, terminando el período con una desventaja de 72-67. Entrando al último cuarto, con la energía al límite, Jordan volvió a la cancha decidido a sellar la victoria. Anotó 15 puntos y, en los momentos finales, fue protagonista de una conversión crucial que le dio a Chicago la ventaja definitiva de 90-88.

El momento más emblemático del partido llegó cuando con 25 segundos restantes, MJ encestó un triple que puso a los Bulls arriba por tres puntos. Luego, ayudado por su compañero Scottie Pippen, abandonó la cancha visiblemente agotado, dejando una imagen que se grabaría en la memoria de los aficionados y en la historia de la NBA.

El esfuerzo sobrehumano en este partido, conocido como el “Flu Game”, engrandeció el mito de Jordan como un competidor imbatible. “Jugué hasta desmayarme”, afirmó Jordan.

Este episodio es solo uno de los muchos que consolidan su leyenda, sumado a sus seis campeonatos de la NBA, dos medallas de oro olímpicas y cinco premios MVP.

Phil Jackson, entonces entrenador de los Bulls, resumió correctamente el sentimiento general: “Esto fue un esfuerzo heroico, uno más para la colección de esfuerzos que forman su leyenda”, según le comentó al portal de la NBA.

Además del impacto en la cancha, la narrativa construida alrededor de este evento resalta elementos como el instinto competitivo de Jordan y su capacidad para superar adversidades extremas. La serie de documentales The Last Dance profundiza en estos aspectos, mostrando cómo Jordan trascendió el baloncesto y se convirtió en un ícono global.

La victoria en el juego 5 permitió a los Bulls cerrar la serie en seis juegos, consiguiendo así su quinto título de la NBA. Jordan fue una vez más nombrado MVP de las finales, demostrando su inigualable capacidad para influir en los momentos más cruciales del deporte.