El juez federal Sergio Torres dialogó en exclusiva con DEF al finalizar su exposición en el 6º Special Global Workshop sobre Las Finanzas del Terrorismo y el Crimen Organizado, organizado por la Fundación de Investigaciones en Inteligencia Financiera (FININT) y editorial Taeda.
El titular del Juzgado Federal Criminal y Correccional N.12 de la CABA abogó por una mayor coordinación entre las estructuras del Estado para enfrentar delitos complejos como el narcotráfico, el lavado de dinero y el terrorismo, así como por la actualización de la normativa argentina para que siga los lineamientos internacionales en la materia.
-¿Qué avances se han hecho desde el Poder Judicial en la lucha contra el lavado de dinero, el terrorismo y el crimen organizado? ¿Y qué falta por hacer aún?
-Creo que como avances podemos identificar la concientización, la identificación del problema. Sabemos que tenemos el problema del lavado de dinero, que Argentina es destino de lavado, tenemos que armonizar leyes, nacionales e internacionales, y tenemos también que armonizar las estructuras administrativas del Estado. El Estado tiene un montón de organismos que se vinculan con el lavado y que no trabajan armónicamente, no comparten información, entonces, esa información termina no llegando. Por otra parte, tenemos un montón de normas que tenemos que cambiar, que están por fuera de los estándares internacionales, ya que, por ejemplo, no debería resultar posible realizar compras grandes, de inmuebles, en efectivo, tendría que estar bancarizado, tendría que ser una obligación legal… Hay un montón de estas pequeñas cosas que seguramente cada organismo ha identificado y que podría aportar a la solución.
-Otra crítica frecuente contra la Justicia es que los plazos hasta llegar a condenas para este tipo de delitos son demasiados largos…
-Yo suelo explicar esto con una comparación: en 1939, cuando uno iba al dentista, te atendían con un torno de madera movido con una rueca a pedal. Nosotros hoy tenemos un Código Procesal del año 1939.
-De los últimos casos judiciales en materia de narcotráfico o lavado que tuvieron más eco en la prensa, ¿hay alguno en particular que considere el más emblemático?
-La causa llamada "Narcoarroz", que concentra por un lado la transnacionalidad, la intervención de un cartel colombiano en la Argentina y la utilización de la Argentina no solo para el transporte de la droga, disimulada, es decir, como país de tránsito, sino además la utilización de Argentina como lugar de lavado.
-Recientemente usted se refirió al lavado como "el momento en el que los otros crímenes salen de las sombras". ¿Puede ahondar en esta idea?
-Hay un montón de delitos que ocurren a la luz del sol, como un robo, por ejemplo, pero hay delitos que son naturalmente de sombra. Todas las etapas del narcotráfico en particular, o el tráfico de personas, ocurren fuera de la luz pública. Históricamente, los únicos delitos de sombra que había eran los vinculados a delitos sexuales, que suelen hacerse fuera de la vista del público, en lugares cerrados. Aquí, en este caso, lo que hay es la oscuridad que se acaba en el momento en que el narco saca lo producido y lo empieza a usar. Hasta ese momento solo es dinero, pero luego empieza a usarlo.
-¿Cómo trabajan contra esto desde su juzgado?
-Pretendemos tener una visión integral de la problemática. Hay algo de lo que nos sentimos particularmente orgullosos y es que nos dedicamos a la recuperación social de los bienes secuestrados. Ponemos los vehículos secuestrados a disposición de las fuerzas de seguridad y del Sedronar, y transformamos los búnkeres de drogas para darles un fin social junto a distintas organizaciones.