Con el objetivo de consolidar y ampliar la ayuda humanitaria en países del Cono Sur, la Cruz Roja instaló un Centro Logístico Humanitario en Ezeiza que tiene capacidad para atender las necesidades de hasta 10.000 personas afectadas por emergencias y desastres en países como Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay.
Además de prestar servicios vinculados a la adquisición y el transporte de ayuda o al almacenamiento y la distribución, el nuevo hub albergará el Laboratorio de Innovación Humanitaria, cuyo objetivo es brindar soluciones innovadoras a los problemas sociales, económicos y de desarrollo en la Región.
DEF dialogó con Jagan Chapagain, secretario general de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, mientras recorría las instalaciones del nuevo centro. Durante el encuentro, Chapagain se refirió a los desafíos actuales que enfrenta la humanidad y alertó sobre el incremento de las necesidades a nivel global.
-Usted asumió su cargo en febrero del año pasado, cuando recién asomaba en el mundo la pandemia de COVID-19. Desde entonces, ¿cómo vivieron los cambios?
-Mi mandato como secretario general estuvo influenciado por la pandemia. Nuestro personal y staff de voluntarios debieron estar protegidos mientras respondían a las necesidades. Debíamos tener especial atención para garantizar el debido cuidado a los profesionales y voluntarios. Otro factor fue que, en otros desastres, distintos países apoyaron al que estaba en crisis. En pandemia, tuvimos que modificar el modus operandi de las respuestas. Debimos confiar en las capacidades locales.
Para mí, como líder, fue un gran desafío. Creo que hemos salvado y mejorado millones de vidas. Ha sido duro, pero también ha sido una época en la que se necesitó más de Cruz Roja.
SOLIDARIDAD EN TIEMPOS DE CAMBIO
-A mediano plazo, ¿cuáles son los desafíos para la organización?
-Creo que, en los últimos 18 meses, la Cruz Roja hizo un gran trabajo. Hicimos un gran aporte a nivel global para tener acceso a las vacunas, trabajando en el terreno por la gente, pero también abogando a nivel global para buscar soluciones. Habrá más desafíos, uno de ellos es que muchos países tienen más necesidades humanitarias. A la Cruz Roja, se le va a pedir que haga más, pero con menos recursos. Aumentan las expectativas y las necesidades. Esta es una de las cosas que queremos trabajar estrechamente con los gobiernos y con el sector privado. El mundo necesita reunirse de manera solidaria.
-¿Por qué se redujeron los recursos?
-Básicamente, porque los países están sufriendo económicamente. Muchas compañías del sector privado perdieron dinero, mucha gente se quedó sin trabajo…eso significa que gran cantidad de donantes solidarios ya no pueden seguir proveyendo sus recursos. Estamos en una situación compleja y los desafíos se acumulan.
-Según los expertos, el futuro traerá más crisis. ¿Opina lo mismo?
-En la Federación, tenemos un plan de 10 años. En este plan, hemos identificado la crisis climática como la primera a la que tenemos que responder. La crisis ambiental es más grande que la pandemia porque, para el clima, no hay vacuna. Las crisis van a venir y eso se traduce en más desastres naturales. Además, esta pandemia tampoco va a ser la última. Habrá más en el futuro. Pero el mundo ha aprendido la lección de esta pandemia: si no se invierte en los sistemas de salud pública a nivel comunitario, cuando la próxima pandemia nos toque, nos va a ocurrir lo mismo.
Asimismo, la otra gran crisis que predecimos son las migraciones. Creemos que habrá cada vez más personas migrando, desplazadas y, a eso se suma que la generosidad de muchos países en aceptar migrantes se está reduciendo. Finalmente, cuando este tipo de crisis aumenta, las mujeres, los niños y los grupos más vulnerables se ven afectados de manera desproporcionada. Eso significa que debemos poner particular atención a las cuestiones de género, de inclusión y de protección. Son temas de largo plazo, tenemos que progresar anualmente, trabajando en alianzas de manera conjunta. Hay que trabajar juntos de manera solidaria, esa es nuestra estrategia.
“NO PODEMOS ENTRAR EN POLÍTICA, NUESTRO ENFOQUE ES HUMANITARIO”
-Se habló bastante de la liberación de las patentes de las vacunas, ¿cuál es su visión?
-Es un tema muy importante; hemos pedido públicamente que se levanten las patentes. Pero eso no es suficiente, tiene que haber transferencia tecnológica, de conocimientos y de capacidades. Tiene que haber una reforma de los marcos legales para que más países puedan producir y compartir, algo que va más allá de una cuestión de patentes. Pero, incluso, si la vacuna está disponible, hay que llevarla al brazo de la gente. Por ejemplo, yo vengo de Nepal. Allí hay sitios en las montañas, ¿cómo llevo las vacunas allí? También se debe invertir en la entrega.
Además, tenemos que comunicarle a la gente que es un tema de seguridad. Si suficientemente gente no se vacuna, el efecto no será el mismo. No podemos descansar hasta que todo el mundo pueda vacunarse, esta es la realidad de hoy.
-La organización también está muy presente en Afganistán…
-El movimiento de la Cruz Roja tiene tres componentes: el Comité Internacional de la Cruz Roja, la Federación y, luego, las sociedades nacionales como la Medialuna Roja. Esta última siempre ha estado ahí, desde hace años. El comité y la Federación hemos apoyado a la Media Luna afgana durante varias décadas. Nunca hemos parado e, incluso hoy, no hemos evacuado porque las necesidades son grandes y no podíamos abandonar el país cuando estas aumentaban. Después de todos los análisis, decidimos que era importante quedarse. Seguimos ahí. Apoyamos las necesidades de salud, las zonas rurales y también estamos advirtiendo, desde enero, sobre la sequía en el país. Hay millones de afganos afectados. Además, hay millones de personas desplazadas dentro del país. Estamos haciendo lo mejor para ayudar a los más vulnerables y seguiremos haciendo lo que podamos. Nosotros no podemos entrar en política, nuestro enfoque es humanitario: si podemos salvar una vida, lo haremos.
-¿Cuál es la situación en América Latina?
-Los desastres están aumentando. Es una de las razones por las cuales abrimos este hub. En cuestiones migratorias, hay desafíos que continúan; hemos notado diferentes tipos de violencia en ciudades y sitios; y observamos el impacto de los desafíos económicos.
Vemos un progreso que es positivo, pero también observamos cómo las necesidades humanitarias no están disminuyendo. No resolveremos todos los problemas, pero haremos lo mejor.
-¿Este hub va a funcionar exclusivamente para el Cono Sur?
-Sí, porque tenemos otro en Panamá. Estos hubs se complementarán. Somos una familia y trabajamos sin fronteras. Vamos a ayudarnos, donde sea.
“CUANDO LA HUMANIDAD ESTÁ EN CRISIS, MÁS GENTE BUSCA AYUDAR”
-¿Cuál es la misión humanitaria más relevante que tiene Cruz Roja hoy?
-Es imposible hablar de una sola. Sí puedo decir que hay que continuar con la respuesta a la pandemia y a Afganistán, donde las necesidades son enormes. También debemos estar presentes en Haití, que sufrió un terremoto. Además, miramos lo que está pasando en Venezuela.
Hay desafíos en Etiopía, en Sudán del Sur, en Siria, en Líbano… son múltiples crisis y estos son algunos ejemplos.
-¿Cuál es el lugar del voluntariado en esas ayudas?
-Los voluntarios son la espina dorsal de Cruz Roja. De hecho, yo comencé como voluntario, a los 14 años. Por eso sé de su importancia.
Durante la pandemia, el número de voluntarios aumentó en la mayoría de los países. Cuando la humanidad está en crisis, más gente busca ayudar.
-¿Qué lo llevó, con 14 años, a unirse a la organización?
-Voy a ser muy honesto: cuando me uní, no sabía mucho sobre la Cruz Roja. Solo sabía que era una organización y pensaba que era algo bueno. Vengo de una familia humilde y simple, mis padres me enseñaron buenos valores y quería hacer algo bueno.
Fui a la universidad, soy ingeniero, pero me di cuenta de que el mundo humanitario era lo mío. Entonces, en 1992, me uní como personal en Nepal. Luego, en 1996, lo hice internacionalmente como trabajador de terreno.
-En esta trayectoria, ¿qué aprendió?
-Cuando era joven, aprendí que la generosidad no depende de lo rico que eres, sino del corazón que tengas. Esta ha sido una lección importante para mí.
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