
La estatua conocida como “Togado de Pompelo”, una obra de bronce hallada en Pamplona en 1895, fue objeto de un importante redescubrimiento que sorprendió tanto a historiadores como a especialistas en arqueología.
Si bien durante más de un siglo se creyó que la escultura representaba a un hombre de la antigua Roma, nuevas investigaciones revelaron que, en realidad, se trata de una niña. Este hallazgo, que marca un giro en la comprensión de la pieza, es solo uno de los muchos detalles fascinantes que la rodean.
Un informe revela la identidad de la figura representada
En un informe encargado por la Dirección General de Cultura-Institución Príncipe de Viana, los expertos Carmen Marks-Jacob y Hans Rupprecht Goette, tras exhaustivos estudios, identificaron a la figura representada en la escultura como una niña de entre 10 y 12 años.
Según el informe, la joven está vestida con una toga praetexta, un atuendo característico de las ciudadanas romanas que señala su pertenencia a una familia romana de estatus ciudadano. En su mano derecha, la niña sostiene un haz de espigas, un símbolo tradicional de la fertilidad en la antigua Roma, lo que sugiere un posible propósito funerario o el hecho de que formara parte de un grupo escultórico familiar.
Este descubrimiento corrigió una interpretación que había prevalecido durante años, según la cual la escultura representaba a un hombre. Además, el análisis realizado adelantó la fecha de la creación de la estatua en un siglo: ahora se cree que la pieza data del siglo I d.C., lo que la hace aún más antigua de lo que se pensaba inicialmente.
El valor de este hallazgo radica en que es la única representación femenina en bronce de la época romana que se conserva, una característica que le otorga una relevancia única dentro del arte romano antiguo.

El viaje de la estatua: de Pamplona a Nueva York y su regreso
El Togado de Pompelo tiene una historia fascinante, marcada por su desaparición y su posterior retorno a Pamplona. Fue hallada en 1895 en la calle Curia de Pamplona y, después de ser exhibida brevemente, se perdió de vista en 1906. Durante más de un siglo, la escultura fue dada por desaparecida, y solo en 2015 se descubrió que formaba parte de una colección privada en Nueva York. La pieza, que había sufrido diversas vicisitudes a lo largo de su historia, fue adquirida finalmente por el Gobierno de Navarra en 2023 por un total de 572.610 euros.
Este retorno a Pamplona fue posible gracias a la identificación de la escultura en un congreso de arqueología realizado en Alemania en 2015. La investigación científica permitió establecer que, a pesar de las dificultades que atravesó la pieza durante su largo periplo, la escultura regresaría a su lugar de origen, donde seguiría siendo objeto de estudio y admiración.
Investigaciones científicas y nuevas interpretaciones
Desde su regreso a Pamplona en 2022, el Museo de Navarra trabajó en la restauración y estudio de la escultura. A lo largo de 2023 y 2024, se realizaron investigaciones técnicas, históricas y artísticas, que incluyeron la colaboración de expertos internacionales en estatuaria romana. En octubre de 2024, el museo organizó la XI Reunión de Escultura Romana en Hispania, un evento internacional donde se presentó la escultura a los principales especialistas en arte romano.
Fue en este encuentro donde Hans Rupprecht Goette, un reconocido experto en estatuaria clásica, sugirió por primera vez que la figura representada podría no ser masculina, como se había creído hasta entonces. Este descubrimiento llevó al museo a contactar con la especialista Carmen Marcks-Jacob, de la Universidad Humboldt de Berlín, quien ya en 2005 había propuesto una interpretación distinta de la pieza. Tras realizar su propio análisis, Marcks-Jacob confirmó la identidad femenina de la estatua.

Una escultura singular en el contexto romano
El Togado de Pompelo es una de las dos únicas estatuas togadas en bronce que se encontraron en la península Ibérica, siendo la otra el Togado de Periate, actualmente conservada en el Museo Arqueológico y Etnológico de Granada. En total, solo se hayaron 13 esculturas togadas de bronce en todo el antiguo territorio del Imperio Romano, lo que resalta aún más el valor y la rareza de esta pieza.
La estatua presenta una toga praetexta, un atuendo asociado a la nobleza romana, que distingue a la joven representada como una persona de clase alta. Este detalle es significativo porque permite hacer una lectura más profunda sobre las costumbres y el simbolismo en la escultura romana, especialmente en lo que respecta a la representación de la juventud y la mujer en el arte de esa época. El hecho de que la figura esté acompañada por un haz de espigas, un símbolo de fertilidad, sugiere que podría haber tenido un propósito funerario, posiblemente relacionada con la conmemoración de una niña de una familia prominente.
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