En los últimos años, los audiolibros han ganado popularidad como una alternativa práctica y atractiva a la lectura tradicional. Pero, ¿qué es exactamente un audiolibro? En resumidas cuentas, es la versión sonora de un libro, donde una voz - a menudo un narrador profesional, e incluso en algunos casos el propio autor- relata el contenido del texto. En esencia, los audiolibros amplían la forma en que se disfruta el contenido literario y crea una atmósfera única entre el lector y la historia.
Los audiolibros, que cada vez funcionan más, tienen “audiolectores” pero sobre todo tienen fanáticos. Gente que puede completar una novela en un viaje largo. Gente que no sale a caminar sin sus auriculares. Gente que combina: lee un poco en el libro, escucha cómo sigue en el audio, lee otro poco. Gente que está escuchando un libro y leyendo otro. Gente que logra así compartir una lectura con alguien querido, escuchando juntos.
Por eso esta semana Leamos, la editorial digital de Infobae, ofrece una colección de acceso libre. Entre ellos hay títulos de Sergio Bizzio, Federico Jeanmaire, Gabriela Saidon y Patricia Suárez. Hay un relato sobre cómo un grupo de mujeres se enfureció contra el zar de Rusia y terminó tirando a abajo un reinado, en febrero de 1917: lo escribió Olga Viglieca. Y otro, de Josefina Licitra, sobre un dominicano que se subió como polizón en un barco que, creía, iba a Nueva York; pero cuando se bajó estaba en la provincia de Buenos Aires. Y una nouvelle de Fernando García basada en la escucha obsesiva del album Tempest de Bob Dylan. No hace falta tener ningún dispositivo en especial: se escuchan desde el teléfono, la computadora o la tablet clickeando aquí.
Sin embargo, muchos amantes de la literatura se preguntan si los audiolibros se leen. Y sí, se puede leer un audiolibro, ya que esta modalidad de “lectura” combina el placer de sumergirse en una historia con la comodidad de poder hacerlo en cualquier lugar y mientras se realizan otras actividades, desde conducir hasta cocinar. Por otro lado, desde una perspectiva neurológica, escuchar un relato y leer un texto activan las mismas redes neuronales del cerebro, lo que significa que, en esencia, ambas experiencias implican el procesamiento de palabras y la comprensión de historias. Sin embargo, la forma en que se experimentan y perciben estas historias es diferente.
La evolución del audiolibro
En 2019, Michele Cobb, Directora Ejecutiva de la Audio Publishers Association, destacó el crecimiento sostenido de los audiolibros a tasas de dos dígitos. Este auge se ha visto impulsado por la accesibilidad que ofrecen las nuevas tecnologías, permitiendo a los usuarios llevar sus libros favoritos a todas partes y conectarse fácilmente a librerías en línea.
A pesar de que últimamente está de moda, el audiolibro no es nuevo. Su origen se remonta a mediados del siglo XX, con grabaciones en vinilos de 78 RPM creadas para personas con discapacidades visuales. Sin embargo, no fue hasta la llegada de la tecnología digital que los audiolibros se democratizaron y se convirtieron en una tendencia global. Las cintas de casete primero y los CDs después, acercaron los audiolibros al público general, pero fue el surgimiento de los smartphones y las plataformas de transmisión en línea lo que los llevó a su auge actual.
El impacto de los avances tecnológicos se refleja en las cifras. Un informe de 2024 citado por la consultora dosdoce reveló que en 2023, las ventas de audiolibros en Estados Unidos alcanzaron los 2.000 millones de dólares, un 9% más que el año anterior. La ficción sigue dominando el mercado, representando el 64% de los ingresos por ventas. Otros géneros que han mostrado un notable crecimiento incluyen la historia, biografía y memorias (22%), salud y fitness (20%), libros religiosos y de fe (17%) y romance (14%).
El proceso de producción de audiolibros también ha evolucionado. Las editoriales realizan “castings” de voces y acentos para asegurar que la narración sea lo más auténtica posible. Y, por otro lado, la popularidad de los audiolibros también se refleja en la oferta disponible en las librerías en línea, donde es común encontrar versiones en audio de muchas novedades editoriales.
Cinco ventajas de los audiolibros:
- Optimización del tiempo: los audiolibros ofrecen la posibilidad de consumir contenido literario en momentos que normalmente serían difíciles de aprovechar para leer. Según el último Barómetro de Hábitos de Lectura, la mitad de las personas que no leen aseguran que la principal razón es la falta de tiempo. Los audiolibros permiten llenar esos “huecos”, como mientras se conduce, se realiza ejercicio físico, se friegan los platos o se viaja en transporte público, permitiendo acceder a una historia sin necesidad de detener la rutina. Esto convierte a los audiolibros en una solución efectiva para quienes desean disfrutar de la literatura, pero tienen agendas muy ocupadas.
- Mejora de la comprensión auditiva y vocabulario: la escucha activa de un audiolibro implica prestar atención a la pronunciación, entonación y ritmo de las palabras. Esto no solo ayuda a mejorar la comprensión auditiva, sino que además, enriquece el vocabulario del oyente y refuerza su capacidad de expresión oral. Art Markman y Bob Duke, investigadores de la Universidad de Texas, aseguran que tanto la lectura como la escucha involucran al cerebro en la tarea de descodificar palabras y completar información implícita en el texto. Esta experiencia de escuchar y procesar historias puede mejorar la fluidez del lenguaje y facilitar la asimilación de nuevas expresiones.
- Accesibilidad para personas con dificultades visuales: los audiolibros son una herramienta fundamental para aquellos que no pueden leer de manera tradicional, ya sea por una discapacidad visual o por otros problemas de aprendizaje y/o compresión, como la dislexia o la vejez. La iniciativa de los Talking Books en 1932, creada por la Fundación Estadounidense para los Ciegos, fue un claro precursor de este formato, proporcionando acceso a la literatura a personas con dificultades visuales.
- Relajación y bienestar: la experiencia de escuchar un audiolibro tiene un impacto positivo en la imaginación, ya que el oyente debe crear mentalmente las imágenes y escenarios que se describen. Según la Universidad Carlos III de Madrid, ha señalado que el sonido tiene una baja capacidad para captar la atención si se compara con la lectura, lo que permite a los oyentes relajarse y disfrutar de la historia de manera más pasiva. Además, escuchar un audiolibro mientras se realiza una actividad relajante o repetitiva, como caminar o descansar, puede generar un ambiente de calma y desconexión que ayuda a reducir el estrés y a relajarse.
- Fomento de la imaginación: La experiencia de escuchar un audiolibro tiene un impacto positivo en la imaginación, ya que el oyente debe crear mentalmente las imágenes y escenarios que se describen. Según Íñigo García Ureta, editor y autor de varios libros sobre el mundo de la literatura, escuchar una historia se asemeja a la forma primigenia de disfrutar de los relatos, tal como lo hacíamos cuando éramos niños y nos leían cuentos en voz alta. Al centrarse en la narración y su interpretación, la mente visualiza los detalles y personajes de manera única, estimulando la creatividad de una forma diferente a la lectura visual.