El miércoles 20 de noviembre, varios encapuchados que hacen parte de la comunidad estudiantil bloquearon la Sede de Investigación Universitaria (SIU) de la Universidad de Antioquia, alegando falta de recursos para la financiación de la institución. Desde entonces, se instaló un campamento en el lugar.
En este espacio se realizan procedimientos médicos de gran importancia, como trasplantes de órganos, atención a pacientes con enfermedades renales y la coordinación de actividades médicas entre instituciones del departamento y de todo el país.
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Sin embargo, debido a las manifestaciones, algunas versiones habrían indicado que el viernes 22 de noviembre se conoció un caso donde los manifestantes al parecer impidieron el ingreso de dos riñones de donantes, a los que se les iba a realizar una prueba de compatibilidad con pacientes en espera.
Claudia Marcela Vélez, vicerrectora de Investigación de la Universidad de Antioquia, se refirió a lo sucedido: “En horas de la madrugada se requirió procesar unas muestras para un estudio inmunológico de unos riñones destinados a trasplante, pero no se permitió el ingreso de las personas, lo que puso en una situación muy difícil la posibilidad de realizar ese trasplante con éxito”.
Otra de las autoridades que no dudó en pronunciarse sobre esta delicada situación fue el gobernador de Antioquia, Andrés Julián. En su cuenta de X fue contundente al aclarar que si se hubiera conocido la situación de inmediato se hubiera procedido con la intervención de la fuerza pública, tal como se ha hecho en otras oportunidades, teniendo como atenuante la posibilidad de salvar algunas vidas:
“Encapuchados se tomaron la Sede de Investigación de la @UdeA. Impiden el trabajo de docentes, investigadores y otros especialistas, quienes prestan soporte científico y asistencial a hospitales y centros de salud. Además, bloquearon el ingreso de personal que llevaba dos riñones que estaban dispuestos para donación de órganos. Si las directivas de la Universidad nos hubieran notificado, habríamos enviado a la Fuerza Pública, tal y como lo hicimos en el Politécnico. Qué dolor porque hubiésemos podido salvar vidas. Ninguna protesta puede vulnerar los derechos de los demás, ni poner en riesgo la vida de nadie”, con evidente molestia, escribió el mandatario.
Desde la contraparte, se emitió un comunicado a la opinión pública en el que se aclaró que los estudiantes se habían reunido con la Vicerrectoría de la unidad para garantizar que procedimientos con un alto grado de urgencia no se detuvieran. Para ello, se elaboró una lista con los nombres de las personas que posiblemente podrían atender casos de primera necesidad y facilitar su ingreso al recinto.
En la comunicación se enfatizó que, en la noche del jueves 21 de noviembre, una persona llegó a las instalaciones para realizar el ingreso y llevar a cabo las pruebas de compatibilidad. Sin embargo, al no estar incluida en la lista mencionada, no pudo acceder. Los manifestantes afirmaron que, en ese momento, no se aclaró la urgencia de la situación, motivo por el cual se negó el ingreso.
“Ante la solicitud, que se trataba de una contingencia, se niega su ingreso, desconociendo la urgencia del asunto, pues se partía de la idea de que, en un caso de tal magnitud, la administración lo comunicaría para dar paso inmediato a su atención, lo cual no ocurrió”, expresó la comunidad universitaria desde el campamento en la Sede de Investigación Universitaria (SIU).
En el documento se aclara que la situación fue tergiversada y se está desinformando a la ciudadanía. Tras los procesos de verificación, se comprobó que los riñones no se perdieron y fueron entregados al Hospital San Vicente, según un mensaje dirigido a la comunidad estudiantil por parte de la Vicerrectoría de la Unidad de Investigación:
“Estimados compañeros, me informan que uno de los órganos ya ingresó a quirófano para ser trasplantado. Es importante aclarar que tiempos de isquemia prolongados, especialmente más allá de los límites de 12 a 18 horas, incrementan el riesgo de daño por isquemia-reperfusión, retraso en la función del injerto y, a largo plazo, disminución de la sobrevida del órgano”, explicó Marcela Vélez.
A raíz de esta situación y del ejercicio de presión ejercido por los estudiantes, la rectoría de la universidad anunció la apertura de un nuevo espacio de diálogo. La reunión se llevará a cabo el miércoles 27 de noviembre a las 9:00 a. m. en la sala de juntas de la extensión.