El exministro Alejandro Gaviria, que ocupó cargos clave tanto en el sector salud como en educación en el gobierno de Juan Manuel Santos y en el de Gustavo Petro, respectivamente, fue crítico del manejo de la Nueva EPS por parte de la actual administración gubernamental. A través de un video difundido en sus redes sociales, el líder expuso su análisis sobre lo que considera un “mal manejo” de esta entidad estatal, la cual es responsable de la atención a millones de colombianos.
La Superintendencia Nacional de Salud, bajo la dirección de Giovanny Rubiano García, implementó cambios significativos en la gestión de las Entidades Promotoras de Salud (EPS) intervenidas, incluida la Nueva EPS, la más grande del país. Actualmente, se presenta una crisis en la entidad por su incumplimiento en la entrega de estados financieros completos, el aumento de las reclamaciones de los usuarios y una gestión deficiente en la prestación de servicios, lo que generó descontento tanto entre los beneficiarios como en las autoridades del sector salud.
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La Nueva EPS, una de las más grandes del país, gestiona anualmente 15 billones de pesos y tiene más de 11 millones de afiliados; esta empresa mixta, producto de una alianza público-privada entre cajas de compensación y el Estado colombiano, enfrentó serias dificultades operativas y financieras bajo la actual administración. Por lo que Alejandro Gaviria desglosó los eventos en lo que él llamó “la triste historia en cuatro capítulos”.
Capítulo I: El control absoluto a través de la intimidación
El primer capítulo que Alejandro Gaviria describe se refiere a la estrategia del Gobierno Petro para asumir el control total de la Nueva EPS. Según el exministro, el Ejecutivo utilizó su poder institucional para “intimidar” a las cajas de compensación, acusó de corrupción a miembros de la junta directiva, y, finalmente, logró tomar el control absoluto de la empresa.
“El Gobierno pone en marcha una estrategia para tomarse la Nueva EPS intimida a las Cajas de Compensación, acusa a algunos miembros de la junta directiva de corrupción utiliza todo el poder del Estado de manera intimidante finalmente prevalece logra tener el control absoluto de la Nueva EPS”, dijo Gaviria.
Este proceso, según el líder, estuvo marcado por la falta de transparencia y una política de confrontación con los actores clave de la Nueva EPS.
Capítulo II: El ascenso y caída de Aldo Cadena
El segundo capítulo gira en torno al nombramiento de Aldo Cadena como presidente de la Nueva EPS en febrero de 2024.
Cadena, que previamente fue secretario de Salud en Bogotá y un aliado cercano del presidente Petro, en un gesto de sinceridad reconoció que los recursos destinados por el Estado a la entidad a través de la Unidad de Pago por Capitación (UPC) no eran suficientes para cubrir los costos operativos.
A pesar de sus esfuerzos por reestructurar la situación financiera, Cadena fue destituido poco después, en medio de rumores sobre mala gestión y presuntos actos de corrupción, de acuerdo con Gaviria.
Capítulo III: La intervención de la Nueva EPS
El tercer capítulo aborda la intervención de la Nueva EPS, que se materializó en abril de este año con el nombramiento de Julio Rincón como interventor. A pesar de que el interventor asumió sus funciones con la promesa de resolver las dificultades estructurales de la EPS, Gaviria destaca que no se presentó ningún informe sobre las acciones emprendidas, mientras que las deudas de la entidad aumentaron en 500.000 millones de pesos.
Además, la distribución de medicamentos se convirtió en un caos, lo que agravó aún más la crisis. La situación empeoró cuando, a tan solo unos meses de asumir, Rincón también fue reemplazado por otro interventor, lo que añadió más incertidumbre y desconfianza en el manejo institucional.
Capítulo IV: La incertidumbre sobre el futuro
El cuarto capítulo, según el exministro, se está escribiendo actualmente, con la llegada de un nuevo interventor, pues la promesa de resolver las falencias de control interno y la gestión de riesgos de la institución parece, para Gaviria, una repetición de los errores pasados.
“Probablemente, tendremos más deudas, más frustración y más problemas financieros”, aseguró Gaviria, por lo que dio a entender que el final de la historia está ya prácticamente escrito, con un panorama sombrío para el futuro de la Nueva EPS.
Gaviria comparó este caso con el manejo del Gobierno en otros sectores, como el de Ecopetrol, al sugerir que el desenlace será igualmente desastroso.