La salud mental es uno de los puntos (que también podría considerarse como problemática a tratar), transversales, que afectan a la sociedad colombiana, sin discriminar población, estrato o latitud en Colombia.
Uno de los trastornos mentales que más se dispararon en el país, producto del aislamiento obligatorio como consecuencia de la pandemia por covid-19 que afectó al mundo entero, fue la depresión.
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Sumado a la ansiedad, el trastorno y la emoción, combinados, pueden ser un cóctel nocivo de pensamientos para la cabeza de quien lo padece, y en algunos casos, la medicación es la única opción para poder controlar los síntomas.
Pero debido a un creciente fenómeno que ha vuelto a los organismos cada vez más resistentes a los efectos de los antidepresivos, esto podría generar un problema a gran escala en el país por los casos de salud mental, si no se hace algo a tiempo.
En diálogo con Infobae Colombia, Rodrigo Córdoba, representante de la Asociación Mundial de Psiquiatría para Latinoamérica y y el director de la revista de la Asociación Psiquiátrica en América Latina, sobre los problemas que acarrean que los pacientes cada vez más desarrollan mayor resistencia a los tratamientos que se usan para no agravar los signos de la depresión.
Toca hablar más de salud mental en el país
“Debemos hablar más de salud mental en primera persona”, inició con su intervención Córdoba, quien considera que aún es muchos circulos de la sociedad colombiana nos cuesta liberarnos de los tapujos para exponer nuestros sentimientos y los miedos o preocupaciones que nos aturden la mente, y que al no hacerlo, siguen de manera silenciosa creciendo. Y como se suele ver en muchos casos, se acude en busca de ayuda especializada cuando los síntomas se detonan por completo.
Según los datos que brindó el especialista, se estima que aproximadamente el 40 % de las personas con depresión desarrollarán depresión resistente al tratamiento. Esto es de suma gravedad, dado que en estos casos, ninguna terapia lograría reducir o mejorar la progresión de los síntomas.
Desde el año 2000, explicó Córdoba, los años de vida ajustados por discapacidad arrojaron que la ausencia laboral, “por ejemplo en mujeres, la más común es depresión”.
En ese sentido, cuenta el también docente, “teniendo una entidad (la depresión) que es tan común, es decir, ese cambio en el funcionamiento, esa tristeza vital y profunda, esa pérdida del gusto por las cosas de la vida, la sensación de cansancio y que impacta sobre la funcionalidad requiere ayuda y muchas veces lo primero es que no son diagnosticadas porque las personas las normalizan y empiezan a vivir muy mal sin buscar ayuda”.
Sin embargo, hoy en día hay tratamientos que “son muy eficaces, son muy sencillos de usar, son muy seguros, no alteran la vida”, pero en este punto, añade Córdoba, “el 40% esas personas, y tenemos estudios en Colombia y en América Latina, no tienen la respuesta adecuada, es decir, no vuelven a funcionar como nosotros quisiéramos, donde se retorne la funcionalidad en el sentido de que pueda retomar con la plenitud de funciones mi vida personal, mi vida familiar, mi vida laboral, y por eso nos despierta muchas inquietudes”.
Pero este panorama no es tan oscuro como se avisora, debido a que hay varios productos, a los que ya se le han realizado pruebas, y que se consiguen en otros países, que generaron respuestas muy favorables “en eso que nosotros llamamos resistencia o refractariedad”, indicó el profesor e investigador de la Universidad del Rosario.
La depresión resistente al tratamiento, una condición silenciosa
Esta resistencia se conoce de forma más técnica como depresión resistente al tratamiento (DRT), y puede generar grandes afectaciones en circulos sociales, laborales y de comorbilidad, impactando de forma directa en la calidad de vida de los pacientes diagnosticados.
Esta tendencia evidencia que el 55 % de los pacientes en el país presentan problemas moderados o severos para realizar actividades cotidianas o habituales. De ahí la importancia de prestarle atención a la DRT, cuya prevalencia en Colombia, según lo que indicaron instituciones psiquiátricas, es del 32,1%.
Respecto a las poblaciones con mayor riesgo de desarrollar DRT, las mujeres y las personas mayores de 60 años son quienes mayor riesgo tienen de desarrollarlo. “Dicha condición se puede asociar con discapacidad social, ocupacional y de comorbilidades u otros trastornos, lo que puede generar pérdida de productividad en las actividades cotidianas, poco relacionamiento con otras personas del entorno e incremento en las tasas de suicidio”, detalló el especialista.
“En Colombia estamos quedados”
“En el mundo de depresión entre mujeres y hombres es una proporción de tres a uno. En Colombia el último estudio demostró una relación de dos a uno, pero la hipótesis más contundente es una hipótesis biológica es decir que todos los procesos hormonales asociados a la vida biológica de la mujer es un factor de riesgo para depresión”, dijo Córdoba, refiriéndose al porque esta clase de casos tiene mayor prevalencia en mujeres que en hombres en el país.
Como parte de los factores, “hay síntomas depresivos menores, por ejemplo asociados al ciclo menstrual, a la menopausia, al postparto donde hay una una ventisca y a veces huracanes hormonales. En este sentido, pero lo segundo es el quizás, para hablar de salud mental tenemos que pensar en una ecuación”, expresó el especialista.
“Hay una carga biológica ,unas características del individuo y hay unos procesos sociales y esa ecuación se desbalancea entonces. Y sin duda en la sociedad es donde empezamos con factores como machismo y discriminación, que son procesos que también inciden para desbalancear la ecuación”, agregó Córdoba, quien considera que el país está rezagado en cuanto a tratamientos que se están probando para que estos síntomas se puedan controlar, y que los pacientes puedan tener una nueva oportunidad de volver a retomar sus actividades cotidianas.
Esto último, argumentó el docente e investigador, se debe a que en varios países de Latinoamérica ya se han comenzado a adelantar estudios con tratamientos que podrían incidir en la reducción de los casos de suicidio por trastornos mentales. Por este motivo, Córdoba espera que el Gobierno tenga en cuenta este panorama a grandes rasgos, y que estás inquietudes puedan incidir en la evolución de los tratamientos para la depresión en el país.