Si sufre de insomnio, preste atención: este es el fruto seco que debe consumir para combatirlo

El pistacho, fruto seco de origen milenario, ha ganado un lugar destacado en la dieta de muchas culturas debido a su perfil nutricional y los beneficios que aporta a la salud. Cultivado principalmente en regiones cálidas como Irán, Estados Unidos (especialmente California), Turquía y Grecia, es reconocido tanto por su sabor distintivo como por sus propiedades nutricionales.

De acuerdo con la Fundación Española de Nutrición (FEN), una porción de pistachos de 30 gramos proporciona aproximadamente 6 mg de melatonina. Este aporte contribuye a regular un ciclo de sueño más saludable, resultando beneficioso para quienes desean mejorar su descanso nocturno de manera natural.

Ahora puede seguirnos en nuestro WhatsApp Channel y en Facebook.

El pistacho es una fuente rica de nutrientes esenciales. Se caracteriza por tener un alto contenido de grasas saludables, predominantemente ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados, que contribuyen a mejorar el perfil lipídico de la sangre y a proteger la salud cardiovascular.

También contiene proteínas de alta calidad, siendo uno de los frutos secos más proteicos. En términos de micronutrientes, es rico en vitaminas del grupo B, como la B6, que desempeña un papel crucial en el metabolismo y la producción de neurotransmisores. Además, contiene vitamina E, con propiedades antioxidantes, y minerales como el magnesio, potasio, cobre y fósforo, fundamentales para el funcionamiento adecuado del organismo.

Los pistachos se destacan por su capacidad para influir positivamente en diferentes sistemas corporales. Investigaciones han mostrado que pueden contribuir a mejorar la salud del corazón, la calidad del sueño y la función cognitiva. Uno de los factores que favorecen estos beneficios es el alto contenido de compuestos bioactivos y antioxidantes.

El consumo regular ha sido asociado con una reducción en los niveles de colesterol LDL, conocido como el colesterol “malo”, y un aumento en el colesterol HDL o colesterol “bueno”. Este efecto se debe a la combinación de ácidos grasos saludables y antioxidantes como los polifenoles y la luteína, que ayudan a prevenir la oxidación de las lipoproteínas.

Además, su contenido en arginina, un aminoácido precursor del óxido nítrico, contribuye a la dilatación de los vasos sanguíneos, mejorando la circulación y reduciendo el riesgo de hipertensión y enfermedades cardiovasculares.

Los pistachos son ricos en antioxidantes, como los carotenoides luteína y zeaxantina, que son esenciales para la salud ocular, ya que protegen los ojos de los daños causados por la luz ultravioleta y el envejecimiento. También contienen compuestos fenólicos que ayudan a neutralizar los radicales libres, moléculas inestables que pueden causar daño celular y contribuir a enfermedades crónicas y al envejecimiento prematuro.

Uno de los aspectos más interesantes del pistacho es su capacidad para promover un sueño saludable. Este fruto seco contiene melatonina, una hormona natural que regula el ciclo sueño-vigilia. A diferencia de otros alimentos, tienen una cantidad significativa que puede ayudar a quienes sufren de insomnio o trastornos del sueño.

Consumir un pequeño puñado de pistachos unas horas antes de dormir puede contribuir a la producción de melatonina en el cuerpo y, en consecuencia, a la conciliación del sueño. Además, su contenido en magnesio y vitamina B6 también juega un papel importante en la relajación muscular y la producción de serotonina.

El pistacho es un aliado para la salud cognitiva. La vitamina B6 es fundamental para la síntesis de neurotransmisores como la serotonina, la dopamina y el GABA, que afectan el estado de ánimo, la memoria y la función cognitiva general.

Además, los ácidos grasos saludables y los antioxidantes presentes en los pistachos pueden ayudar a proteger el cerebro del daño oxidativo y a mejorar el flujo sanguíneo cerebral, lo que es esencial para mantener una función cognitiva óptima. Estudios recientes han demostrado que incluir pistachos en la dieta puede mejorar el rendimiento de la memoria y reducir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer.