Cada 18 de octubre, el mundo conmemora el Día Mundial de la Menopausia, una fecha destinada a crear conciencia sobre esta etapa en la vida de la mujer y sus implicaciones tanto físicas como emocionales. Esa fecha, impulsada por la Sociedad Internacional de la Menopausia (SIM) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), es una oportunidad para educar sobre los síntomas, tratamientos y riesgos asociados a la menopausia, que afecta a millones de mujeres alrededor del mundo.
Aunque este tema ha sido tratado durante años, recientes estudios y entrevistas, como la realizada por Infobae Colombia a la doctora Gina Arias, especialista en ginecología, arrojan nueva luz sobre un aspecto crucial: el impacto del uso prolongado de anticonceptivos hormonales desde edades tempranas y su relación con la severidad de los síntomas de la menopausia.
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La menopausia, como lo define la OMS, es el cese definitivo de la menstruación, diagnosticado retrospectivamente tras 12 meses consecutivos de amenorrea sin causas patológicas. Este proceso marca el final de la capacidad reproductiva de la mujer, generalmente entre los 45 y 55 años (aunque hay casos en que este periodo puede durar hasta los 65 años).
Durante este periodo, las mujeres experimentan una serie de síntomas físicos y psicológicos que varían de intensidad, desde sofocos y sudoración hasta ansiedad, depresión y pérdida de libido. A nivel biológico, estos síntomas se deben principalmente a la disminución de los niveles de estrógenos, hormonas cruciales producidas por los ovarios.
¿Cuáles son los síntomas más comunes en la menopausia?
A continuación, se enumeran los síntomas más comunes que pueden manifestarse durante la menopausia:
- Sofocos: Sensaciones repentinas de calor intenso, generalmente en la parte superior del cuerpo, que pueden ir acompañadas de enrojecimiento de la piel y sudoración.
- Sequedad vaginal: La disminución de estrógenos puede causar una reducción en la lubricación vaginal, lo que provoca molestias o dolor durante las relaciones sexuales.
- Cambios en el estado de ánimo: Las fluctuaciones hormonales pueden generar cambios emocionales, como irritabilidad, tristeza, ansiedad o, en algunos casos, depresión.
- Dificultades para dormir: El insomnio o la dificultad para conciliar el sueño son comunes debido a los cambios hormonales y los sofocos nocturnos.
- Disminución de la libido: Algunas mujeres experimentan una reducción en el deseo sexual debido a los cambios hormonales y la sequedad vaginal.
- Pérdida de masa ósea: La reducción en los niveles de estrógenos puede llevar a la pérdida de densidad ósea, lo que aumenta el riesgo de osteoporosis.
- Aumento de peso: Muchas mujeres notan un incremento en el peso, especialmente en la zona abdominal, asociado a los cambios hormonales y metabólicos.
- Dolores articulares y musculares: Algunas mujeres reportan dolor o rigidez en las articulaciones y músculos durante la menopausia.
Estos síntomas pueden variar en intensidad y duración de una mujer a otra, por lo que es recomendable consultar con un médico si alguno de ellos afecta significativamente la calidad de vida.
Menopausia y su relación con el uso de anticonceptivos hormonales
En la entrevista con Infobae Colombia, la doctora Gina Arias, que estudió Ginecología en la Universidad de la Sábana, tiene una especialización en Medicina Alternativa de la Universidad Manuela Beltrán y estudió Investigación Clínica en la Universidad de Caldas, es coordinadora del grupo de Ginecología del proyecto Soy Violeta –es un proyecto en el que busca mirar toda la parte de ginecológica de forma integral– enfatizó un punto relevante que ha comenzado a despertar interés en la comunidad médica: el uso de anticonceptivos hormonales a temprana edad y su prolongación a lo largo de la vida reproductiva de la mujer.
El término menopausia se utiliza cuando “una paciente ha estado sin menstruación durante más de un año”, mientras que el concepto de perimenopausia se refiere al periodo de transición en el que los ciclos menstruales se vuelven irregulares debido a la disminución gradual de los óvulos.
Durante la perimenopausia, los síntomas pueden variar: “Es común que una paciente un mes tenga su ciclo normal, y al siguiente mes no, o que se salten varios meses. Esto puede durar de uno a dos años”. Para medir este proceso de manera objetiva, se utilizan dos hormonas: la folículo estimulante (FSH) y los estrógenos. “Cuando los niveles de FSH superan los 60 miligramos y los estrógenos disminuyen, podemos diagnosticar una perimenopausia”, afirmó la doctora.
Aunque tradicionalmente se ha considerado que los anticonceptivos no afectan la reserva ovárica —es decir, la cantidad de óvulos disponibles— la doctora Arias explicó que las mujeres que comienzan a usar anticonceptivos a una edad temprana y los mantienen durante muchos años tienden a experimentar una menopausia más sintomática.
La reserva ovárica de cada mujer es determinada al nacer, y esta disminuye progresivamente con el paso del tiempo hasta agotarse completamente, momento en el cual se instaura la menopausia. El uso de anticonceptivos hormonales, según estudios recientes mencionados por la especialista, no altera esta reserva, pero sí influye en la calidad de los óvulos y en el equilibrio hormonal general del organismo.
“Lo que sí se ha observado –señaló Arias– es que las pacientes que han usado anticonceptivos por mucho tiempo presentan síntomas menopáusicos más severos, como sofocos intensos, insomnio y problemas de memoria, en comparación con aquellas que no los utilizaron de manera prolongada”.
Esta observación marca un cambio en la forma en que se aborda el tema de la anticoncepción y su relación con la menopausia. La doctora destacó que, aunque no existe una relación directa entre los anticonceptivos y la aparición temprana de la menopausia, su uso continuo puede predisponer a que las mujeres enfrenten síntomas más pronunciados. En este sentido, muchas pacientes llegaron a experimentar lo que ella describe como “sofocos o fogonazos de calor”, acompañados de una sudoración excesiva y un insomnio severo, algo que no era tan común en generaciones anteriores.
Aunque la doctora negó que el uso de anticonceptivos hormonales cause menopausia precoz, que es cuando ocurre antes de los 40 años, destacó que es importante estar atentos. La ginecóloga explicó que la reducción de estrógenos en estas mujeres no solo impacta su capacidad reproductiva, sino que puede afectar su salud ósea, cardiovascular y metabólica.
“Los estrógenos no solo sirven para la reproducción, sino que también ayudan a regular la función tiroidea, el metabolismo de la vitamina D y la salud cardiovascular”, señaló la doctora.
Estos son los métodos anticonceptivos hormonales
Los anticonceptivos hormonales son métodos utilizados para prevenir el embarazo mediante la administración de hormonas que regulan el ciclo menstrual y la ovulación. Existen diferentes tipos:
- Píldoras anticonceptivas: Son tabletas que contienen estrógenos y/o progestágenos y se toman diariamente para evitar la liberación de óvulos y alterar el moco cervical, dificultando el paso de los espermatozoides.
- Parches anticonceptivos: Estos se aplican sobre la piel y liberan hormonas de manera continua. Se cambian semanalmente durante tres semanas, seguidas de una semana de descanso, aunque es uno de los métodos menos empleados.
- Anillo vaginal: Es un dispositivo flexible que se inserta en la vagina, liberando hormonas durante tres semanas, seguido de una semana de descanso.
- Inyecciones anticonceptivas: Se aplican cada tres meses y liberan progestina, inhibiendo la ovulación.
- Implante subdérmico: Son unas pequeñas varillas que se colocan debajo de la piel del brazo, liberando progestina de manera continua por tres años o hasta cinco años.
Estos métodos son altamente efectivos, pero requieren de un uso adecuado y constante. Además de prevenir el embarazo, algunos también pueden regular el ciclo menstrual y reducir los síntomas premenstruales, o de manera contraria, alterarlos.
Cambios físicos y psicológicos en la menopausia
Los cambios hormonales que ocurren durante la menopausia afectan no solo a nivel físico, sino psicológico y emocional. Los sofocos, una sensación repentina de calor que comienza en el pecho y se extiende hacia el cuello y la cara, suelen ir acompañados de sudoración intensa. Estos episodios pueden durar varios minutos y ser muy incómodos. Además, la sequedad vaginal y la pérdida de elasticidad en la piel son síntomas frecuentes.
La doctora explicó a Infobae Colombia que estos síntomas se agravan en mujeres que utilizaron métodos anticonceptivos hormonales durante mucho tiempo, debido a la alteración prolongada de sus niveles hormonales.
A nivel emocional, muchas mujeres menopáusicas experimentan ansiedad, irritabilidad e incluso depresión. “Algunas pacientes —comentó la doctora— reportan sentirse irritables con su pareja o familiares, mientras que otras manifiestan una sensación de tristeza profunda, a pesar de tener una vida estable y satisfactoria”.
La fluctuación de estrógenos (son hormonas producidas principalmente por los ovarios, que juegan un papel clave en el desarrollo sexual y reproductivo de las mujeres, además de regular el ciclo) y otras hormonas durante la menopausia afecta el equilibrio emocional de muchas mujeres, lo que en algunos casos puede traducirse en conflictos familiares y de pareja, especialmente en el ámbito sexual.
En ese mismo sentido, un problema común en la menopausia es la disminución del deseo sexual, que en muchas ocasiones no se debe tanto a la falta de libido, sino a la incomodidad física causada por la sequedad vaginal.
“Muchas mujeres reportan dolor durante las relaciones sexuales debido a la falta de lubricación, lo que genera un ciclo de evitación y disminución de la intimidad con su pareja”, agregó la doctora Arias. Esta situación puede ser frustrante tanto para la mujer como para su pareja y, en algunos casos, conlleva tensiones en la relación.
Durante la menopausia, el metabolismo también sufre cambios importantes. La doctora explicó que las mujeres pueden desarrollar hipercolesterolemia o hipertrigliceridemia, debido a alteraciones en el metabolismo de las grasas; sin embargo, aclaró que aunque algunas pacientes reportan pérdida de memoria, “no existe una relación directa entre la menopausia y enfermedades neurodegenerativas como la demencia”.
El impacto de los hábitos de vida antes de la menopausia
Un aspecto que la doctora resaltó en la entrevista fue la importancia de los hábitos de vida en la manera en que las mujeres enfrentan la menopausia. Estudios recientes revelaron que aquellas mujeres que mantienen una dieta equilibrada, baja en azúcar y alimentos procesados, que duermen al menos siete horas diarias y evitan el consumo de alcohol y tabaco, tienden a tener una transición menopáusica mucho más llevadera, de acuerdo con Arias.
“Las pacientes que no sienten nada, o casi nada, durante la menopausia suelen tener un estilo de vida más saludable, lo que refuerza la teoría de que los hábitos pueden influir significativamente en la severidad de los síntomas”, explicó la especialista para Infobae Colombia.
Este enfoque integral, que considera no solo los factores biológicos, sino los emocionales, funcionales y de hábitos de vida, fueron el centro del proyecto Soy Violeta, del cual la doctora es coordinadora, como se menciona anteriormente. Esta iniciativa busca acompañar a las mujeres en todas las etapas de su vida ginecológica, con un énfasis en la prevención y el manejo de la salud de manera holística.
“La prevención es clave; lo que hacemos en nuestros 20 o 30 años influye en cómo enfrentaremos la menopausia”, concluyó.
En este punto, Infobae Colombia a Camila Duque, nutricionista y dietista de la Universidad de Cali, especializada en nutrición clínica y deportiva, ofreció recomendaciones sobre la importancia de la alimentación para mujeres que atraviesan la menopausia.
Duque explicó que, debido a los cambios hormonales, la dieta juega un papel fundamental para mitigar síntomas como sofocos, fatiga y cambios de ánimo.
Entre los alimentos que destacó, señaló la importancia del consumo de calcio y vitamina D, cruciales para la salud ósea. Estos nutrientes pueden encontrarse en lácteos bajos en grasa, pescados grasos como el salmón y alimentos fortificados. Además, recomendó el consumo de alimentos ricos en fitoestrógenos, como la soya, linaza y vegetales de hojas verdes, que ayudan a regular los niveles de estrógenos, lo que impacta positivamente en el bienestar emocional y físico de la mujer.
Otro punto clave de la entrevista fue la recomendación de incorporar alimentos ricos en ácidos grasos omega-3, presentes en pescados como el atún y la trucha, así como en frutos secos. Estos ayudan a mejorar el estado de ánimo y la salud cardiovascular. Asimismo, Duque resaltó la necesidad de controlar el estrés y regular el consumo de cafeína y alcohol para evitar la alteración del sistema nervioso central.
Por último, destacó el valor de los alimentos fermentados, como el kéfir (una leche fermentada rica en bacterias y levaduras probióticas) y el chucrut (es una preparación culinaria que se elabora a través de la fermentación de las hojas frescas del repollo o de la col), por sus beneficios para la salud digestiva, y el consumo de antioxidantes presentes en frutas y verduras coloridas, como los arándanos y los pimientos. En conjunto, la especialista resaltó que, más allá de alimentos específicos, lo más importante es mantener hábitos saludables, con una alimentación balanceada y actividad física regular para sobrellevar mejor los cambios hormonales propios de la menopausia.