Con el paso de los años, el cuerpo pierde musculatura. Además, después de los 50 años de edad, esta cuestión es más evidente. De hecho, superar esta etapa puede traer diversos desafíos físicos, como la pérdida de masa muscular y la flacidez en los brazos.
Por lo general, se piensa que levantar pesas es la única forma de mantener la firmeza y ganar músculo. Sin embargo, es clave adaptar otros métodos de entrenamiento que sean acordes y cómodos a las necesidades de este ciclo de la vida.
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De acuerdo con los expertos del portal Mundo Deportivo, existen otras formas de entrenamiento que pueden ofrecer resultados sorprendentes y que permiten ganar músculo y mantener los brazos firmes sin depender exclusivamente de las pesas.
Una de las soluciones recomendadas es el entrenamiento de fuerza. Este no solo sirve para fortalecer los músculos, sino también para mejorar la densidad ósea y la movilidad en general, que son aspectos fundamentales para una buena calidad de vida en la madurez.
Aunque por mucho tiempo se consideró que levantar pesas era la mejor forma de mantener los brazos tonificados, los dips en banco han demostrado ser más efectivos. “Este ejercicio, que se enfoca principalmente en los tríceps, ha mostrado excelentes resultados en la tonificación de la parte posterior de los brazos, ayudando a combatir la flacidez”, afirman los expertos.
Además, al trabajar también los hombros y el pecho, los dips en banco proporcionan un entrenamiento completo para la parte superior del cuerpo, convirtiéndose en una opción esencial para quienes desean mantenerse en forma después de los 50 años.
Otros ejercicios recomendados
Las flexiones cerradas y los ‘kickbacks’ de tríceps también son excelentes opciones complementarias a los dips de banco.
Las flexiones cerradas trabajan intensamente los tríceps y el pecho. Este entrenamiento es ideal ideales para definir los músculos de los brazos. Por otra parte, los ‘kickbacks’ de tríceps se enfocan en la zona donde la flacidez suele ser más notoria durante el envejecimiento, ayudando a tonificar y reafirmar la piel.
Para lograr los mejores resultados, se deben realizar estos ejercicios de manera regular, aumentando gradualmente la intensidad y el peso, siempre con cuidado para evitar lesiones.
Hay que tener en cuenta que una dieta rica en proteínas también es esencial para apoyar la reparación y el crecimiento muscular, especialmente a medida que las personas envejecen.
Este es el ejercicio para mayores de 50 años que mejora la circulación, fortalece la memoria y quema calorías
La actividad física se convierte en una pieza clave para mantener un estilo de vida saludable y combatir los efectos asociados con la edad.
En una reciente investigación publicada en The North American Menopause Society se descubrió que bailar es una de las mejores actividades físicas, porque ayuda a mejorar el estado físico y tener un corazón fuerte a partir de los 50 años.
Los investigadores siguieron de cerca a un grupo de mujeres posmenopáusicas de aproximadamente 57 años que acudieron a sesiones de baile tres veces por semana, noventa minutos por sesión, durante 16 semanas en total.
Antes y después del tiempo de estudio, a todas las involucradas se les midió la composición corporal, los niveles de colesterol y otras estadísticas relacionadas con la salud.
Entre los resultados, los profesionales detectaron que las mujeres habían mejorado la coordinación, la agilidad y la capacidad aeróbica.
De acuerdo con los autores del estudio, bailar también hizo que mejorara la lipoproteína de alta densidad (HDL, también conocido como colesterol bueno) y que redujeran los triglicéridos en la sangre. Como sucede con otras formas de cardio, bailar hace bien al corazón.
Además, los especialistas se dieron cuenta que la autoestima y la percepción que tenían las participantes de sí mismas también habían aumentado.
En cuanto a la cantidad de calorías quemadas, según otro estudio de la Universidad de Brighton, las personas que bailan queman más calorías de las que quemarían nadando, corriendo o en bicicleta.
El estudio concluyó que bailar aumenta la capacidad física, la coordinación, la memoria y la agilidad. Incluso tiene un impacto muy beneficioso en la plasticidad cerebral, el pensamiento flexible y el autocontrol, así como ayuda a revertir la pérdida de volumen en el hipocampo.
También se comprobó que al bailar se liberan endorfinas, sustancias producidas por el cerebro que alivian el dolor físico, producen sensación de bienestar e incluso euforia.