Día Mundial del Alzheimer: cómo reaccionar y apoyar a un familiar o persona cercana que padece este trastorno

Cada 21 de septiembre, se conmemora el Día Mundial del Alzheimer, una fecha dedicada a concienciar sobre esta enfermedad neurodegenerativa que afecta a cerca de 60 millones de personas en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Esta condición destruye progresivamente la memoria, el pensamiento y el razonamiento, dificultando la realización de actividades cotidianas.

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Debido a esto, según las cifras oficiales más recientes que se han conocido en Colombia, para 2023 la cifra de ciudadanos con este trastorno es de 260.000, motivo por el cual en fechas como hoy las diferentes organizaciones de la salud a lo largo del planeta, buscan resaltar la importancia del apoyo de los círculos más cercanos de los pacientes que sufren esta enfermedad.

Lo anterior se sostiene en que, debido a que las personas ven cómo de forma progresiva desciende su calidad de vida, tanto física como mental, esto genera frustración por no poder dormir noches completas, sentir enojo fácilmente, imaginar cosas que no existen, deambular o perderse y rebuscar o esconder objetos.

Es por eso por lo que, en Infobae Colombia, teniendo en cuenta esta fecha, le recomendamos una serie de consejos que deberá tener en cuenta si usted convive o conoce de un caso próximo de alguien que sufra de Alzheimer.

Este trastorno cerebral provoca deterioro cognitivo y cambios en el comportamiento, impactando tanto al individuo afectado como a su entorno familiar. Según las cifras de la OMS, el 8,1% de las mujeres y el 5,4% de los hombres mayores de 65 años padecen esta enfermedad. Los síntomas incluyen:

• Dificultad para dormir
• Irritabilidad
• Alucinaciones
• Tendencia a deambular
• Esconder objetos

Consciente de los desafíos que enfrentan tanto los pacientes como sus cuidadores, le aconsejamos que tenga presente esta serie de recomendaciones para manejar mejor dicha situación:

• Reconocer el comportamiento: entienda que las actitudes agresivas o irracionales son causadas por la enfermedad.
• Paciencia y empatía: evite frustrarse y use frases como “¿no te acuerdas?”.
• Escucha activa: muestre comprensión y apoyo constante.
• Rutinas organizadas: mantenga horarios fijos para actividades diarias.
• Ambiente seguro y tranquilo: asegure espacios libres de peligros y objetos familiares.
• Distracción positiva: desvíe la atención del paciente hacia actividades recreativas.
• Respetar su espacio: en la medida de lo posible, permita autonomía en tareas simples.
• Identificación: asegúrese de que el paciente lleve un brazalete con información de contacto.
• Vestimenta funcional: use ropa cómoda y sin cierres complicados.
• Preparación del cuidador: informarse sobre la enfermedad para manejar mejor las situaciones difíciles.

Según la Academia Nacional de Medicina, para el 2070, las personas mayores de 60 años representarán el 26,3% de la población, incrementando la necesidad de cuidadores. Se espera que el porcentaje de mayores de 80 años suba al 9,7%, mientras que la población joven disminuya, lo que plantea retos significativos para el cuidado de adultos mayores, explicó el doctor Juan Manuel Anaya, director del Centro de Investigación e Innovación en Salud (Ciisa) de Coosalud EPS.

Frente a este panorama, es crucial que las personas tomen decisiones anticipadas sobre su cuidado futuro. Coosalud sugiere que se hablen con seres queridos sobre temas médicos y legales en las etapas tempranas de la enfermedad para garantizar que se respeten las voluntades del paciente.

Aunque la investigación global sobre el Alzheimer avanza, hasta ahora solo se ha logrado el “control de daños”. Informarse bien sobre la enfermedad y su progresión es esencial para prepararse ante los desafíos que plantea la demencia.

• Mantenga un peso en rango adecuado, debido a que la obesidad es factor de riesgo.
• Practique actividad física de forma regular, dado que se han evidenciado muchos beneficios para el cerebro de quienes lo practican, como promover la neurogénesis, mejorar el flujo sanguíneo y reducir las inflamaciones.
• Lleve un control de la ingesta y dieta basada. Un ejemplo puede ser en frutas, verduras y cereales integrales. En paralelo lo ideal será limitar las grasas saturadas, el azúcar y los alimentos procesados.

• Mantener una vida social y vínculos interpersonales activos. En este punto es vital eludir la soledad, una situación que para nada contribuye a una persona que se encuentre bajo esta condición.
• Mantenga la mente activa. Esto se puede hacer participando de talleres, leyendo, o aprendiendo un nuevo idioma, practicar juegos, entre otras actividades.
• Si fuma cigarrillo, lo mejor sería dejarlo. Respecto al alcohol, si bien se cuenta con evidencia (controversial) en la que el consumo muy moderado podría tener cierta función protectora a nivel vascular, por lo tanto, cualquier consumo que rebase lo mínimo podría ser peor.
• Controlar los niveles de presión arterial y el colesterol, como sucede al igual que con la diabetes, son factores de riesgo. Llevar una dieta saludable acompañada de ejercicio puede favorecerle, así como estar al tanto del control y tratamiento de patologías cardiovasculares de base.
• La higiene de sueño, incluidos la cantidad y calidad de sueño serán fundamentales. La relación entre patologías del sueño como la apnea y la EA es importante en los diferentes estudios que se han hecho hasta el momento.