Se completan tres días de protestas a nivel nacional por parte de los gremios de transportadores que, desde el 2 de septiembre, reclaman al Gobierno nacional por el incremento en el precio del Acpm, bloqueando las principales vías de los departamentos de Cundinamarca, Santander, Meta y Boyacá.
Sin embargo, la crisis ya se empieza a sentir en las alacenas de los colombianos, pues la imposibilidad de distribuir alimentos a las principales centrales de abasto del país ya amenaza con una escasez de algunos alimentos en varios departamentos, especialmente de huevos y pollo.
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Así lo advirtió el director de la Federación Nacional de Avicultores de Colombia (Fenavi), Gonzalo Moreno, quien aseguró que la falta de vías para comercializar la proteína y sus derivados podría impactar rápidamente a todos los departamentos, pero se sentiría con más fuerza en la capital del país.
Según las declaraciones del directivo, la crisis alimentaria en Colombia se ha intensificado, pues más de 17 millones de aves se han visto afectadas, al no poder recibir alimentos ni enviar productos avícolas como pollo y huevo a los mercados.
El gremio de camioneros protesta contra el aumento en los precios de combustibles, una medida que busca reducir el déficit del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (Fepc). Los bloqueos se concentran en vías clave, afectando gravemente el movimiento de alimentos hacia Bogotá, Santander, Nariño y los Llanos Orientales.
“Hoy es el tercer día por las afectaciones en los bloqueos en las carreteras del país, como consecuencia del paro que tenemos en Colombia. Tenemos más de 17 millones de aves afectadas en este momento. En todo el corredor que es Bogotá, Boyacá, Cundinamarca, Santander, Llanos Orientales, tenemos situaciones en las cuales no se puede entrar con alimento a las granjas, no se puede sacar pollo y huevo”, comentó Gonzalo Moreno.
Según Fenavi, la situación en Bogotá es crítica, pues la ciudad depende del suministro de alimentos provenientes de otras regiones del país, incluidas las zonas avícolas del Llano. Con el ingreso de camiones restringido, anticipó un posible desabastecimiento de pollo y huevo en solo tres días.
En las regiones de Santander y Nariño, los bloqueos también obstaculizan la circulación de productos esenciales, incluidos la carne de pollo. Esta interrupción podría generar pérdidas económicas gigantescas para el sector avícola, además del encarecimiento de los productos, afectando directamente a los consumidores.
Los bloqueos en la Vía al Llano, una de las rutas más impactadas, han tenido un efecto devastador en los productores de pollo, según comentó Fenavi. Al impedir la salida de productos avícolas y la entrada de insumos esenciales para la alimentación de las aves, no solo está en riesgo la producción, sino también el abastecimiento de carne de pollo para millones de colombianos.
“Fenavi hace un llamado urgente al Gobierno Nacional para que intensifique el diálogo con el sector transportador, buscando soluciones que permitan restablecer la normalidad en las vías y garantizar el abastecimiento de alimentos en todo el país”, señaló la Federación en un comunicado.
La escasez de alimentos afectaría duramente a Bogotá
Además de la posible ausencia de huevos y pollo a partir del fin de semana en la capital del país, Bogotá podría enfrentar también una escasez de carne de cerdo a partir del jueves 5 de septiembre de 2024 debido a los bloqueos generados por el paro camionero, afectando la disponibilidad de un 30% de los productos esenciales en la capital.
Jeffrey Fajardo, presidente de Porkcolombia, señaló durante el Congreso Empresarial Colombiano de la Andi que los bloqueos viales han dejado varados a más de 2.000 cerdos, sometiéndolos a condiciones extremas de sed y hambre.
“Hoy se sacrificó solamente el 30% de las necesidades de abastecimiento que tiene Bogotá y los municipios aledaños a la ciudad. La escasez de carne de cerdo se va a empezar a notar a partir de mañana”, comentó Fajardo.
Esta situación afecta no solo a la carne de cerdo, sino también a otros productos debido al paro camionero. La disminución del 30% en el flujo de camiones hacia Bogotá ha repercutido en la disponibilidad de frutas, verduras, productos lácteos, pan y productos de panadería, así como alimentos procesados refrigerados y productos de charcutería y embutidos.
Frutas y verduras frescas, como manzanas, plátanos, tomates y lechugas, son especialmente vulnerables dada su naturaleza perecedera. Los productos lácteos requieren rutas eficientes de transporte y refrigeración para evitar deterioro, y aunque los panes y productos de panadería tienen una mayor duración, los retrasos en transporte igualmente los afectan.
La escasez en la capital también incluiría los productos de charcutería y embutidos que, al igual que las carnes, requieren condiciones de transporte específicas para mantener su estándar de calidad. Pizzas congeladas, comidas preparadas y otros alimentos procesados refrigerados también pueden resultar afectados por estas interrupciones.