“Se trata de prestar atención a lo que comemos, cómo lo hacemos y cómo nos hace sentir”: Dr. Carlos Jaramillo

En entrevista con Infobae Colombia, el doctor Carlos Jaramillo, médico especializado en medicina funcional, explicó por qué la alimentación consciente es un enfoque hacia la comida que va más allá de simplemente nutrir al cuerpo

Doctor Carlos Jaramillo, médico colombiano especializado en medicina funcional - crédito Cortesía Dr. Carlos Jaramillo

Una alimentación adecuada es fundamental para el cuerpo, porque proporciona los nutrientes esenciales para que el organismo funcione de manera correcta.

La alimentación consciente, también conocida como “mindful eating”, se enfoca en la nutrición que promueve la plena atención de las personas durante el acto de ingerir alimentos. Esto quiere decir que en lugar de simplemente consumir alimentos de manera automática o por costumbre, la alimentación consciente involucra estar presente y consciente en cada paso del proceso, desde la selección de los alimentos hasta la percepción de las señales de hambre y saciedad.

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En entrevista con Infobae Colombia, el doctor Carlos Jaramillo, médico colombiano especializado en medicina funcional, explicó por qué la alimentación consciente es un enfoque hacia la comida que va más allá de simplemente nutrir al cuerpo.

“Se trata de prestar atención a lo que comemos, cómo lo hacemos y cómo nos hace sentir”, dice Jaramillo. Este concepto incentiva a las personas a ser más conscientes de sus elecciones alimentarias considerando no solo el valor nutricional de los alimentos, sino también el impacto que tienen en la salud física y emocional.

“Yo creo que la alimentación consciente es una alimentación que yo entiendo. Ahora, eso es en cuanto al cómo. En cuanto al qué, una alimentación consciente es una alimentación donde yo consumo principalmente alimentos naturales”, expresó el doctor.

El Dr. Jaramillo sugiere que más del 90% de alimentos que se consumen sea comida fresca sin ningún tipo de proceso o con muy mínimo proceso - crédito VisualesIA

Jaramillo resaltó la importancia de escuchar al cuerpo, comer de manera más intuitiva y evitar los alimentos procesados y altos en azúcares que pueden generar inflamación y desequilibrio en el organismo.

Más del 90% que sea comida fresca sin ningún tipo de proceso o con muy mínimo proceso donde se balancean perfectamente los requerimientos nutricionales que requiere de macros y de micronutrientes. Esto quiere decir que yo sé perfectamente priorizar la proteína y la sé balancear y la sé incorporar a la alimentación”, agrega Jaramillo.

Además, la alimentación consiente crea una relación más saludable y equilibrada con la comida donde se evitan excesos y se mantiene un equilibrio adecuado entre el cuerpo y la mente.

El especialista también afirma que cuando ya sabe qué es lo que se está consumiendo los horarios de la comida se pueden manejar de manera correcta.

“Los horarios de la comida se manejarán bien, saber cuándo comer y cuándo no comer y cómo honrar y manejar eso bien, cómo balancearlo, cómo manejar los requerimientos nutricionales”.

El especialista afirma que cuando ya sabe qué es lo que se está consumiendo los horarios de la comida se pueden manejar de manera correcta - crédito Freepik

Jaramillo resalta la importancia de saber realmente qué es lo que el cuerpo necesita. “Por qué necesitas llegar a un camino para saber realmente si este alimento te hace bien, si de verdad no es procesado”.

Cómo ejemplo, el experto le cuenta al medio que es igual a mantener un carro. “Cuándo una persona compra un carro, no sabe muchas cosas hasta que se entera de cómo mantenerlo a medida que pasa el tiempo. Hay cosas que no sabías antes de tener un carro y el día que lo tienes pues tienes que aprender y si no el carro no va a andar”, explica el médico.

“Y aprender de nutrición es eso, cada persona aprende de su propia nutrición, es solamente su propio proceso. En tres meses una persona entiende perfectamente sus hábitos de alimentación o máximo en seis meses”, agrega.

“En tres meses tú sabes cuánta proteína necesitas, sabes cuántas grasas necesitas, sabes cuántos carbohidratos, sabes qué tipos de carbohidratos y qué tipo de fibras”, indica Jaramillo.

Así como todo el ejercicio del mundo no va a compensar una mala alimentación, toda la mejor alimentación del mundo no va a compensar el ejercicio - crédito VisualesIA

Actividad física y alimentación consiente

“Así como todo el ejercicio del mundo no va a compensar una mala alimentación, toda la mejor alimentación del mundo no va a compensar el ejercicio. Tiene que haber un equilibrio”, señala el Dr. Jaramillo.

“Entonces va dependiendo de si las personas tienen tiempo o no para hacer ejercicio, de si uno no tiene tiempo para comer bien; pero si tú vas para una reunión tarde y te estás quedando sin gasolina ¿te quedas sin gasolina o paras? Le pones gasolina al carro y sigues, es lo mismo con la alimentación”, agrega.

“Entonces hay veces en que uno tiene que parar y hacer algo urgente para cumplir con algo importante”. Sacarle tiempo a la alimentación, sacarle tiempo al ejercicio, sacarle tiempo a tener un momento en el día para la meditación. Son las cosas más importantes. Son las cosas que nunca, nunca, deberíamos negociar”, insiste Jaramillo.

Dieta vs. buena alimentación

El especialista dice que hay que evitar la culpa o la obsesión con la alimentación. Señala que es importante disfrutar de la comida y entender que una dieta saludable permite flexibilidad.

“Una vida consiente donde yo sepa balancear perfectamente los requerimientos nutricionales que requiero de macros y de micronutrientes priorizar la proteína y saberla balancear. Donde se manejar los horarios de la comida, cuándo, cómo y qué comer; y como honrarme y ante todo que pueda vivir de una manera tranquila de una manera serena, sin obsesiones”.

Insiste en la importancia de entender cómo ciertos alimentos afectan la energía, la digestión y el estado de ánimo. Por eso, tener conciencia de esto ayudará a tomar decisiones más informadas. De hecho, muchas personas se preguntan si es malo comerse un helado o tener “cheat meals” los fines de semana.

Ante esto, Jaramillo le cuenta a Infobae que precisamente se comió un helado el fin de semana pero " ese domingo, dure aproximadamente dos horas jugando fútbol, después estuve en la playa, estuve surfeando otra hora, después de estar caminando; pues quemé por ahí, 2.200 calorías. ¿Tú crees que 20 gramos de azúcar le van a afectar al cuerpo?, no le van a hacer ni cosquillas”.

“El problema no es comerse un helado. El problema es haber desayunado cereal, con tostadas, con huevo, con naranja, con fruta, con avena. Además, después de la media mañana comer galletas dulces. La verdad es que es un exceso, pero lo que es más grave es cuando se comen todas esas cosas al tiempo y no nos damos cuenta de la suma que crean todas esas cosas”, explica.

El Dr. Jaramillo también enfatiza que el ayuno no es una dieta - crédito Shutterstock

Ayuno

El Dr. Jaramillo también enfatiza que el ayuno no es una dieta, sino una herramienta que se puede incorporar en un estilo de vida saludable para potenciar el bienestar general.

“El ayuno es aprender a manejar el horario de la comida y el ritmo. Cuándo manejar los tiempos de manera consciente haciendo un poco de énfasis en lo que sería el método ancestral. El método ancestral es: hoy me he levantado a tener que buscar algo de comida y solamente hasta las cuatro de la tarde me encontré con un conejo que pude matar para poder luego cocinar. Porque antes de eso, lo único que nos encontramos fue dos limones y una manzana. No hay nada más”, dice Jaramillo.

“Pero la gente piensa que el ayuno es como si fuera algo mágico y que el ayuno tiene que curar todo, solucionar todo. El ayuno es una herramienta más”, añade.

“Está bien si la gente no lo hace, siempre y cuando entiendan por lo menos que uno debería pasar por lo menos 12 o 14 horas sin comer. Ese es el tiempo normal de ayuno que los seres humanos deberían hacer. Eso no tiene nombre. Eso no se llama ni ayuno intermitente ni otra cosa. Es un tiempo normal en el que los seres humanos deberíamos ayunar al día”, concluye Jaramillo.