Procuraduría arremete contra informe de la Contraloría sobre presuntos desvíos millonarios en EPS

Específicamente, el informe de la Contraloría sostiene que más de 5 billones de pesos de la UPC de 2020 se destinaron al pago de servicios médicos que no correspondían a ese año

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La Procuraduría General solicitó datos sobre la población del pez basa, especie invasora que amenaza los ecosistemas acuáticos y la biodiversidad colombiana - crédito Colprensa

En un comunicado dirigido al contralor general, Carlos Hernán Rodríguez, la procuradora delegada para la Salud, la Protección Social y el Trabajo Decente, Diana Margarita Ojeda, arremetió contra un reciente informe de la Contraloría que alega desvíos millonarios de recursos por parte de las Entidades Promotoras de Salud (EPS) en el sistema de salud colombiano. Las observaciones de Ojeda cuestionan la validez y el fundamento legal del informe presentado por la Contraloría, el cual acusa a las EPS de manejar de manera indebida los fondos asignados a través de la Unidad de Pago por Capitación (UPC).

De acuerdo con Ojeda, la Contraloría sugirió sin una base legal clara que, durante el año 2020, las EPS utilizaron los recursos de la UPC para pagar deudas acumuladas en ejercicios fiscales anteriores. Específicamente, el informe de la Contraloría sostiene que más de 5 billones de pesos de la UPC de 2020 se destinaron al pago de servicios médicos que no correspondían a ese año, lo cual se considera una violación del principio de anualidad presupuestal.

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Ante la saturación, la Secretaría de Salud fortalece la colaboración con EPS e IPS para mejorar la atención en la red de consulta externa - crédito iStock

Este principio, en su interpretación más estricta, implica que los fondos asignados en un determinado año fiscal deben ser utilizados exclusivamente para los gastos y servicios de ese mismo periodo. Así, la Contraloría insiste en que los recursos de la UPC de 2020 debieron emplearse únicamente para cubrir los costos asociados a ese año, sin aplicarse al pago de deudas de años anteriores. La controversia sobre si las EPS deben o no adherirse al principio de anualidad en el manejo de sus recursos generó un acalorado debate jurídico que involucró, incluso, al Ministerio de Hacienda.

En respuesta a estos señalamientos, la procuradora delegada para la Salud, la Protección Social y el Trabajo Decente, manifestó su desacuerdo con las conclusiones del equipo auditor de la Contraloría. En su escrito dirigido al contralor general, Ojeda señaló: “esta Procuraduría delegada ha podido advertir un grave desacierto por parte del equipo auditor al considerar que las EPS les pueda resultar aplicable el principio de anualidad del presupuesto general”. Este argumento señala la falta de fundamento legal que, según Ojeda, caracteriza la postura de la Contraloría en este caso.

La Contraloría remite el informe
La Contraloría remite el informe a la Fiscalía y Procuraduría para investigación - crédito Colprensa

En otro pasaje del documento, Ojeda profundizó en su crítica, señalando que la aplicación del principio de anualidad a las EPS, tal como lo propone la Contraloría, “resulta totalmente contrario al ejercicio de las funciones jurisdiccionales de la Superintendencia Nacional de Salud que durante más de 15 años ha resuelto con carácter definitivo y con las facultades propias de un Juez, los conflictos derivados de las devoluciones o glosas a las facturas entre entidades del Sistema General de Seguridad Social en Salud.”

La Contraloría también detalló otro de sus hallazgos que captó la atención de la opinión pública. En su informe, el ente de control reveló que Nueva EPS destinó aproximadamente $35.000 millones de los recursos de la UPC para gastos que no estaban directamente relacionados con la prestación de servicios de salud. Entre estos desembolsos se incluyeron pagos de honorarios a la junta directiva, que sumaron más de $280 millones, así como vales de gasolina y alimentación, por un valor cercano a los $143 millones.

Adicionalmente, se reportaron gastos menores, como aquellos destinados a actividades recreativas y de bienestar, incluyendo bailoterapias, clases de yoga, pilates y biodanza, que totalizaron alrededor de $1,5 millones. En su análisis, la Contraloría General enfatizó que “el recurso de la UPC destinado a prestación de servicios, debe ser ejecutado en temas estrictamente conexos con el acto médico, es decir, en actividades de promoción, prevención, diagnóstico, tratamiento, rehabilitación y paliación para todas las personas (Ley 1751 de 2015)”.

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