La papa y otros productos subirán de precio entre julio y septiembre por culpa de las lluvias

Tras superar la sequía por el fenómeno de El Niño, ahora Colombia deberá afrontar los aguaceros que se vienen a causa de La Niña

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En Corabastos, la principal central de abastos de Bogotá, cambia de precio el bulto de papa a diario - crédito Sergio Acero
En Corabastos, la principal central de abastos de Bogotá, cambia de precio el bulto de papa a diario - crédito Sergio Acero

El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia (Ideam) confirmó el fin de la sequía generada por el fenómeno de El Niño. Las actuales condiciones climáticas presentan una fase de neutralidad que se espera se mantenga durante lo que resta de este mes y el siguiente.

Sin embargo, con una probabilidad del 65%, ahora se anticipa la llegada de las lluvias generadas fenómeno de La Niña entre julio y septiembre. Este fenómeno climático suele generar fuertes aguaceros en varias regiones del país, lo que podría tener diversas implicaciones.

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A esto se refirió el coordinador de precios de Corabastos, Pedro Pablo Triviño, que manifestó que las lluvias, producto de La Niña, ya provocaron incrementos en los precios de algunos productos básicos. “A veces, la docena de brócoli cuesta $60.000, pero como llega muy poco de la sabana de Bogotá, entonces sube a $80.000 y $100.000 la docena. Y empieza a subir y bajar todos los días”, explicó Triviño a RCN Radio.

Según el Ideam, las lluvias en Colombia serán más intensas entre julio y septiembre - crédito Colprensa
Según el Ideam, las lluvias en Colombia serán más intensas entre julio y septiembre - crédito Colprensa

Las lluvias generadas por La Niña pueden dificultar la producción agrícola, por lo que pueden incrementar así el costo de ciertos alimentos. Las condiciones climáticas adversas, particularmente las lluvias intensas y prolongadas, pueden causar dificultades tanto en la producción como en la recolección de cultivos. Al respecto, el experto resaltó que durante las etapas de lluvia, los agricultores aceleran los procesos de recolección para evitar pérdidas.

“No van a dejar que se pudra, que se dañe, porque como son cultivos rastreros y al llover, entonces empiezan a dañarse”, agregó.

Transporte de alimentos

Además de las dificultades en la producción, el transporte de los alimentos también se ve afectado. Las vías rurales deterioradas por las lluvias y la negativa de los transportistas a acceder a ciertas fincas complican la situación. “Muchos vehículos de carga se niegan a ir hasta las fincas para sacar la producción. Sube el flete y eso impacta el precio del producto”, agregó el coordinador de precios de Corabastos.

De acuerdo con la entidad, algunos productos sumamente consumidos experimentaron incrementos significativos en sus precios recientemente. Entre ellos, la papa pastusa (bulto 50 kilos) subió de $150.000 a $160.000, y la papa sabanera (bulto 50 kilos) incrementó de $300.000 a $310.000.

Otras alzas notables incluyen la habichuela (bulto 50 kilos), que aumentó de $180.000 a $220.000, y la cabezona roja (bulto 50 kilos), que pasó de $180.000 a $190.000.

De acuerdo con el Dane, la inflación de la división alimentos y bebidas no alcohólicas se ubicó en 4,40% interanual en mayo de 2024- crédito Colprensa
De acuerdo con el Dane, la inflación de la división alimentos y bebidas no alcohólicas se ubicó en 4,40% interanual en mayo de 2024- crédito Colprensa

Este contexto de aumento en los precios de productos de la canasta familiar se reflejan las dificultades a las que se enfrentan tanto los agricultores como los consumidores en periodos de fenómenos climáticos intensos como La Niña. Con la llegada de más precipitación, se espera que esta situación pueda agravarse, por lo que son escenarios que evidencian la necesidad de estrategias efectivas para afrontar las fluctuaciones en la producción y distribución de alimentos en el país, garantizando así la estabilidad y seguridad alimentaria.

Inflación alta hasta 2026

La subida de precio en estos productos llega en un momento en el que el Banco de la República ha anunciado que no logrará su meta de inflación de mediano plazo hasta 2026. El gerente general del Emisor, Leonardo Villar, resaltó durante una conferencia en Cartagena que, aunque se mantienen los esfuerzos económicos, los resultados esperados no se alcanzarán de inmediato.

Según Villar, “las expectativas del mercado y del equipo técnico del Banco de la República coinciden en pronosticar una inflación alrededor del 5,5% al final de este año (2024), aun por encima de nuestra meta del 3%”. Este análisis se alinea con las cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), que informan una tasa de inflación de 7,16% interanual en mayo, misma cifra registrada en abril.

Leonardo Villar, gerente general del Banco de la República, ha dicho en varias oportunidades que es necesario tener cautela para bajar la tasa de interés (11,75% actual), debido al alto índice de inflación (7,16%) - crédito Banco de la República
Leonardo Villar, gerente general del Banco de la República, ha dicho en varias oportunidades que es necesario tener cautela para bajar la tasa de interés (11,75% actual), debido al alto índice de inflación (7,16%) - crédito Banco de la República

Las más recientes proyecciones del Banco de la República estiman una inflación del 5,7% para este año, con un descenso al 4,3% en 2025, y finalmente alcanzando un 3,9% en 2026. De conseguir este último valor, se aproximaría al rango objetivo del banco, que es de entre 2% y 4%, con un promedio del 3%. Sin embargo, el camino hacia esa meta aún está cargado de desafíos.

Durante 2024, según declaraciones de Villar, tampoco se alcanzará la meta de inflación establecida para el país.

Cuatro años sin cumplir la meta de inflación

El gerente general del Banco de la República argumentó que “2024 será el cuarto año consecutivo en que no cumplimos con la meta de inflación”, lo que demuestra la compleja situación económica actual. El impacto del fenómeno de El Niño ha contribuido al incremento en los precios de los alimentos, con un aumento del 1,40% en mayo, alcanzando un 4,43% anual. Este factor, combinado con una baja base estadística, refleja los desafíos que enfrentan los mercados y la economía en general.

Los datos del Dane muestran que, a pesar de una tendencia a la baja en la tasa de inflación, el ritmo de desaceleración no ha sido el esperado por los mercados y el Gobierno. Por ejemplo, los bienes registraron una caída del 1,83%, beneficiados por una débil demanda y la disipación de los choques de oferta. Sin embargo, factores externos y externos han impedido un descenso más significativo en la inflación general.

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