El colesterol malo, conocido científicamente como LDL (lipoproteínas de baja densidad), es uno de los dos tipos principales de colesterol en el cuerpo humano. A diferencia del HDL, o colesterol bueno, que ayuda a eliminar el colesterol de las arterias, el LDL tiende a acumularse en las paredes de las arterias. Esta acumulación puede conducir a un estrechamiento de las arterias, conocido como aterosclerosis, aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares, como ataques cardíacos o derrames cerebrales.
“Para el organismo, para el ser humano, son muy perjudiciales los niveles altos de las LDL, que son las de baja densidad colesterol malo, el colesterol que es dañino para la salud. Por otra parte, tenemos el colesterol bueno HDL, que son el colesterol que de alta densidad que es conocido como las grasas insaturadas, los ácidos grasos insaturados”, explicó la doctora Carmen María Carrero, docente de la Facultad de Enfermería de la Universidad de la Sabana en diálogo con Infobae Colombia.
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Los profesionales de la salud suelen recomendar cambios en el estilo de vida, como mejorar la dieta, realizar ejercicio regularmente y perder peso. En algunos casos, también pueden prescribir medicamentos que ayudan a reducir el colesterol en la sangre.
“Tenemos algunos medicamentos, pero esos deben ser indicados por los médicos especialistas en medicina interna o médicos intensivistas como es la Atorvastatina, que es del grupo del Lipitor, o la fluvastatina. Este grupo de estatinas son las más beneficiosas por decirlo así para inducir los niveles bajos de colesterol en sangre, pero estos medicamentos estos fármacos son indicados por orden médica”, agregó la nutrióloga investigadora y PhD en Ciencias de la salud para este medio.
Los niveles elevados de LDL son causados por una variedad de factores, incluyendo la genética, la dieta, la falta de ejercicio, el sobrepeso y el tabaquismo. “Debemos evitar las grasas y los frituras que nos conducen a problemas de arterosclerosis, aumento de colesterol en sangre, aumento de los triglicéridos y por supuesto de las lipoproteínas de baja densidad que son las malas y son las perjudiciales, que pueden generar problema cardiovasculares y accidentes cerebrovasculares”, indicó la nutricionista Carmen María Carrero.
Una dieta rica en grasas saturadas y trans puede elevar los niveles de LDL, mientras que una dieta equilibrada rica en frutas, verduras y granos enteros puede ayudar a reducirlos. “Debemos recomendar las grasas provenientes de los ácidos grasos esenciales, monoinsaturados y poliinsaturados. Una parte importante de la cuota de grasa diaria en nuestra alimentación debe venir de los monoinsaturados y los poliinsaturados como lo son Omega 3 y Omega 6, que lo poseen los pescados, las sardinas, aceites vegetales como de ajonjolí, oliva, además, las semillas como el maní, pistacho, almendra, la pechuga poseen ácidos grasos esenciales”, recomendó la docente de la universidad de La Sabana.
“Debemos tener buenos buenas prácticas de alimentación, consumir una alimentación variada, que predomine las frutas, verduras hortalizas de fibra, porque se ha demostrado que la fibra ayuda a combatir los altos niveles de colesterol en sangre. La fibra que poseen los alimentos se encuentran en los cereales integrales, en la semilla, en las verduras, en las hortalizas, en los tubérculos y todo los alimentos que contengan harinas integrales como el pan integral”, añadió la nutrióloga investigadora de la universidad de La Sabana para este medio.
Para gestionar y reducir el colesterol LDL, la especialista también recomendó realizar chequeos de salud regulares debido a que es esencial para detectar y tratar a tiempo niveles elevados de colesterol LDL, evitando así complicaciones a largo plazo. Asimismo, consultar con su especialista los medicamentos y la dieta que debe seguir según su organismo.