La producción nacional de arroz, un alimento fundamental en la canasta familiar colombiana, se encuentra en una situación crítica debido a una marcada disminución. De acuerdo con datos proporcionados por la Federación Nacional de Arroceros (Fedearroz), la producción de arroz es una actividad extendida por más de 210 municipios en 23 departamentos de Colombia.
Este importante cultivo no solo abarca una amplia geografía del país, sino que también desencadena un impacto significativo en términos de empleo, generando cerca de 400.000 puestos de trabajo en todo el territorio nacional. Así mismo, es considerado el alimento más importante dentro de la alimentación no solo en Colombia, sino también a nivel global: más del 70% de la población mundial lo consume.
Esta tendencia descendente plantea serias amenazas para la economía del país y podría derivar en un aumento significativo en los costos del producto en el mercado interno. Lo que traería afectación a la canasta familiar.
A pesar de los esfuerzos gubernamentales por revitalizar el sector arrocero tras la crisis del año 2021, la producción nacional no ha logrado recuperarse por completo. Las cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), revelan una caída del 0,7% en la Unidad Productora de Arroz (UPA), una disminución del 20,6% en el número de productores y una reducción del 7,1% en los municipios dedicados a la producción de arroz en comparación con el año anterior.
La preocupante disminución del interés de los empresarios en el cultivo de arroz en Colombia ha generado alarmas en el sector agrícola. Entre las razones que se detallan para explicar este declive, destaca el impacto adverso del Tratado de Libre Comercio entre Colombia y Estados Unidos. Julián Valero, gerente general de Sucampo, ha señalado que este acuerdo comercial representa una seria amenaza para la producción nacional de arroz.
“La apertura del mercado a la importación de arroz extranjero ha generado una competencia desigual para los productores locales, lo que ha llevado a una reducción en el interés y la inversión en este cultivo”, explica Valero. Además, añade que “la propuesta de renegociación del tratado por parte de figuras políticas como el presidente Gustavo Petro, ha añadido una capa adicional de incertidumbre al panorama, exacerbando las preocupaciones de los empresarios agrícolas sobre el futuro de la industria arrocera en el país”.
La gravedad de la situación radica en el riesgo de que la producción nacional de arroz no pueda competir con la importación del mismo alimento proveniente de otros países. Este escenario podría impactar negativamente tanto en el precio como en la calidad del arroz en el mercado nacional en un futuro cercano. La problemática no se limita únicamente al arroz, sino que también afecta a otros cultivos como la soya y el maíz en Colombia.
Ante esta crisis, los empresarios agrícolas están considerando alternativas como la diversificación de cultivos y la reactivación de otras opciones. Según explicó el gerente de Sucampo, alternar cultivos de arroz y algodón podría aumentar la productividad y hacerla más competitiva frente a la importación extranjera. “El algodón tiene una segunda ventaja, y es que cuando se alterna con arroz, la siguiente cosecha de este último puede ser al menos un 20% más productiva”, explicó Valero.
El secor arrocero recalca la importancia de este alimento en la dieta de los colombianos. Argumentan que “este cereal es una excelente fuente de carbohidratos complejos, que proporcionan la energía necesaria para el funcionamiento óptimo del cuerpo humano. Además, el arroz es naturalmente bajo en grasas y colesterol, lo que lo convierte en una opción dietética saludable para mantener un peso adecuado y prevenir enfermedades cardiovasculares”.
Añaden que “estos nutrientes son esenciales para el metabolismo adecuado, la función cognitiva y el sistema inmunológico. Por lo tanto, el consumo regular de arroz no solo contribuye a una alimentación equilibrada, sino que también promueve la salud y el bienestar general de la población”.