Alejandro Gaviria se confesó sobre la vejez: “No me gusta mucho mirarme al espejo”

El exministro dio a conocer las pistas que evidencian cuando una persona ya ha empezado a llegar a la tercera edad. Una de ellas es el desespero por el ruido

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Alejandro Gaviria confesó que no
Alejandro Gaviria confesó que no se siente cómodo en los restaurantes donde ponen música. El ruido le molesta - crédito Mauricio Dueñas/EFE

El exministro de Salud y de Educación Alejandro Gaviria se destapó en una conversación que va más allá de la política. Sus críticas han sido lo suficientemente públicas para saber cuál es su posición con respecto a temas polémicos y de alto interés nacional. Sin embargo, en esta ocasión, en conversación con el periodista Ricardo Silva Romero, dio a conocer sus más profundos pensamientos sobre la vida y la muerte.

Gaviria tiene 57 años y, en 2017, fue diagnosticado con un agresivo cáncer en el sistema linfático por el que tuvo pocas posibilidades de sobrevivir. Pasó por varias sesiones de quimioterapia y, superando con éxito la enfermedad, siguió con su vida política y académica. Ese episodio representó un antes y un después en su vida, que hasta hoy tiene efectos.

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“Los temas de salud para mí han sido una preocupación después de tener una enfermedad grave. He aprendido a lidiar con eso de manera un poco más racional (sic) para no caer en la hipocondría permanente”, detalló el exministro en el pódcast Tercera Vuelta de El Locutorio.

En 2021, luego de enfrentar el cáncer, manifestó cómo se sentía a pesar de la lucha que significó inmiscuirse en una batalla con la enfermedad. Aunque, quería llevar una vida en paz, sin tantas responsabilidades y estrés, terminó lanzándose a la Presidencia de Colombia.

Alejandro Gaviria fue diagnosticado con
Alejandro Gaviria fue diagnosticado con cáncer en 2017 - crédito @agaviriau/Instagram

“Después de esa experiencia, yo imaginaba mi vida muy distinta, mucho más tranquila. Incluso, cuando iba a asumir la rectoría de Los Andes, me dije: ‘Esto ya es demasiado’. Quería estar tranquilo y, mire dónde estoy. Hay un destino que uno no controla plenamente. Y claro que hay una especie de contradicción ahí”, manifestó en su momento el exministro a Bocas.

Las pistas de que está envejeciendo

Además de tratar de evitar la hipocondría, Gaviria se percató de que otro aspecto que evidencia que van pasando los años es el sentarse a mirar álbumes de fotos viejas, en los que hay todo un registro de la vida. “Esos álbumes se convierten en películas del envejecimiento”, precisó el exrector de Los Andes.

Su visión no está para nada lejos de la de Silva Romero, que se sinceró con respecto a las impresiones que tiene cada que ve fotografías suyas de cuando estaba en la etapa de la juventud. No son muy buenas.

El escritor colombiano Ricardo Silva
El escritor colombiano Ricardo Silva confesó lo que siente cuando ve sus fotos viejas - crédito Carlos Ortega/EFE

“Yo nunca me he sentido particularmente cómodo en el espejo, ni en las fotos, ni nada por el estilo. Entonces, me sorprende mucho ver fotos viejas, porque no sé en qué momento me pareció bien ponerse esas gafas, esa ropa tan fea, todo me parece mal decidido”, señaló el escritor y periodista.

Gaviria no se quedó atrás y confesó cómo es su relación con los espejos: “Hay que aceptarlo (la vejez). Lo acepto con resignación. No me gusta mucho mirarme al espejo ni cosas de esas para no caer en cuenta, pero es difícil de alguna manera también, no es parte de la vida rehuir al espejo”, dijo.

Ni música, ni chivas; solo paz

Con los años, al parecer, se va generando un desespero por los ruidos fuertes, por el bullicio, por todo lo que no represente clama en el lugar. Ni Gaviria y Silva Romero disfrutarían estar en una chiva rumbera o en una fiesta con la edad que tienen. Prefieren los espacios silenciosos y la tranquilidad.

Ambos coincidieron en otra cosa: la música en los restaurantes podría ser la peor invención de la historia: “Qué psicólogo perverso en este hijueputa mundo le dio por inventarse esa vaina”, señaló, entre risas, el exministro.

Ni para Alejandro Gaviria ni
Ni para Alejandro Gaviria ni para Ricardo Silva Romero, la chiva es una opción de diversión - crédito Alcaldía de Medellín

Criticó el hecho de que, mientras se disfruta de una comida, no sea posible conversar con los demás por el ruido. Y, a pesar de que pida el favor de que bajen el volumen, eso no pasa.

Por su parte, Silva Romero se refirió a otro sentido que empieza a afectarse con los años: la vista. “Lo mío han sido los ojos. De verdad no veo absolutamente nada. Si yo me quito las gafas, veo unas manchas por ahí moviéndose”, explicó el escritor.

Pero no todo es malo con la edad. Gaviria rescató un beneficio del que ahora goza teniendo más de 50 años: el poder decir que no con mayor facilidad. “Incluso, me gusta decirlo de esta manera: ‘A esta edad no tengo por qué someterme a esta mierda’”, expresó.

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