La canasta familiar en Colombia ha sufrido un incremento en sus precios durante el 2023, impactada por la inflación. Un usuario de TikTok, a través de su cuenta Priceitcol, evidenció esta realidad al comparar las compras que pudo hacer en enero, con las de noviembre, manteniendo un presupuesto constante de cien mil pesos.
El incremento de precios se ha visto reflejado en una inflación anual del 10,15% para noviembre, un dato proporcionado por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) el 7 de diciembre.
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Adicionalmente, se registró una inflación mensual del 0,47%, mientras que la variación acumulada durante el año alcanzó el 8,78%. Esta situación ha reducido el poder adquisitivo de los colombianos y ha alterado la cantidad de productos que se pueden adquirir con un presupuesto limitado.
El material publicado por Priceitcol ha alcanzado hasta el momento 87.9 mil visualizaciones, y ha generado conciencia sobre el aumento de costos en los alimentos básicos y mostrando la disminución de la cantidad de productos que se pueden comprar debido a la inflación, fenómeno que ha afectado directamente a los hogares colombianos. El video se ha convertido en una pieza clara de la realidad económica que viven muchas personas en el país.
La inflación es un indicador que refleja el ritmo al que aumentan los precios de los bienes y servicios en una economía. La pérdida de valor del dinero conlleva a una reducción de la capacidad de compra y a un ajuste en el presupuesto familiar, obligando a los consumidores a priorizar sus gastos o a buscar alternativas más económicas.
Con el porcentaje de la inflación de noviembre, reportado por el Dane diversos productos de la canasta básica familiar han sido señalados para salir del mercado debido al aumento de precios. Entre ellos, frijoles, lentejas, arroz, sal y harina de trigo son los más destacados.
Mientras tanto, otros artículos como leche, huevos, galletas de sal, arepas, aceite, frutas, verduras, mantequilla, ajo, jamón y pollo continúan siendo adquiridos por los consumidores en algunas cadenas de supermercados.
La escalada de precios ha llevado a la reconsideración del consumo de ciertos productos básicos que tradicionalmente han formado parte de la dieta colombiana. La situación actual refleja las dificultades que enfrentan los hogares para mantener sus hábitos alimenticios ante un contexto económico desafiante.
Las cadenas de supermercados de bajo costo juegan un papel importante, proporcionando alternativas de compra para aquellos que buscan estirar su presupuesto.
El panorama inflacionario en Colombia pone de manifiesto la vulnerabilidad de los sectores menos favorecidos ante el incremento en el costo de vida. La alimentación, siendo una necesidad básica, se vuelve un reto para muchas familias que ahora deben hacer ajustes en su canasta de consumo mensual.
La situación invita a una reflexión sobre las políticas económicas y sociales necesarias para mitigar los efectos de la inflación sobre la población. A medida que continúa el debate sobre las medidas para controlar la inflación en Colombia, la ciudadanía presta mayor atención a cómo este fenómeno económico reconfigura su calidad de vida.
Los consumidores colombianos se decantan cada vez más por supermercados como D1, debido a sus precios accesibles, en comparación con otras cadenas como Carulla y Éxito.
Pese a la subida de precios, algunas cadenas de supermercados de bajo costo aparecen como una alternativa para enfrentar esta situación, proporcionando opciones más económicas para los consumidores.
El creador de contenido indicó en su video que “aunque la inflación de alimentos en 2022 fue del 26,6% y este año está llegando al 12%, el salario mínimo este 2023 en enero era de $1.160.000 y en diciembre sigue siendo de $1.160.000″.
Este escenario ha llevado a que los consumidores deban “dejar de comprar todos estos productos y empezar a consumir menos ya que no hay un ajuste en el precio de los alimentos”, según palabras del mismo.
La falta de sincronía entre los ingresos y el costo de vida impacta directamente en la calidad de vida de la población, forzando a muchas familias a modificar sus hábitos de consumo y buscar alternativas más económicas.
Ante este panorama, se plantea una reflexión sobre la capacidad adquisitiva de los colombianos y los desafíos que enfrentan día a día para satisfacer sus necesidades básicas dentro de un entorno económico variable y desafiante.