La economía colombiana crecerá 1,5% en 2024 y 2,3% en 2025. El consumo privado, en los mismos dos años, lo hará a unas tasas de 2,2% y 3,0%, respectivamente. Y la inversión fija pasará de números rojos (-2,0% en 2024) a cifras positivas (6,2% en 2025).
Las proyecciones son de BBVA Research, que actualizó dichos datos frente al contexto económico que se vive en el país y en el mundo.
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La entidad, por medio del estudio que lideró el economista jefe, Juan Téllez, precisó que la economía mundial seguirá desacelerándose debido a que las condiciones monetarias seguirán restrictivas, las políticas fiscales se harán menos expansivas, los mercados laborales se moderarán y el exceso de ahorro se reducirá. Además, que el crecimiento global pasará de un 3,4% en 2022 al 3,0% tanto en 2023 como en 2024.
“En 2023, el crecimiento económico de Colombia se ubicará en el 1,2%. A lo largo del año, la desaceleración de la actividad se consolidó y se profundizó, explicada por la fuerte moderación de la demanda interna”, indicó la misma.
Esta también apuntó que la inflación se favorecerá de la menor demanda interna, especialmente, en lo que respecta al componente básico (sin alimentos). Asimismo, se espera que la inflación anual termine este año en 9,7%, en 2024 en 5,4% y en 2025 en 3,8%.
“El mejor comportamiento de la inflación permitirá al banco central iniciar la reducción de su tasa de interés de intervención en diciembre, con un recorte de 50 puntos básicos. Durante 2024, el banco seguirá bajando su tasa de interés, hasta dejarla en el 7% a final de ese año. La reducción del diferencial de las tasas de interés respecto a Estados Unidos explicará en parte presiones al alza en el tipo de cambio, hacia niveles más elevados que los actuales durante 2024 y 2025, aproximándose hacia los $4.450 por dólar”, precisó.
Enfatizó que a futuro, la vinculación de Colombia a cadenas de valor globales y el impulso a sectores como el agro serán determinantes para impulsar el crecimiento potencial.
Qué pasará con el “corrientazo”
Estos datos afectan, principalmente, a la industria gastronómica de Colombia, que enfrenta desafíos debido a la creciente inflación y el alto costo de los alimentos, que provocó una disminución en las visitas a los restaurantes.
Según la Asociación Colombiana de la Industria Gastronómica (Acodres) se registró una caída del 11% en el promedio de asistencia a restaurantes durante el primer semestre del año.
En enero, los establecimientos gastronómicos reportaban un promedio de 1.015 visitantes, pero para junio esta cifra disminuyó a 901 comensales. Esta situación refleja la difícil coyuntura que afronta el sector en medio de la recuperación económica del país y lo que pasará en 2024, cuando productos cotidianos como el famoso “corrientazo”, el típico menú que viene con “sopa, seco y jugo”, suban de precio.
Así las cosas, se anticipa que las perspectivas para el próximo año no sean optimistas y, basados en estos datos, se espera que los restaurantes sigan experimentando dificultades para operar de manera efectiva.
La industria de restaurantes es una de las más sensibles a los cambios económicos, especialmente en tiempos de inflación. Los costos elevados en alimentos no solo impactan a los consumidores, sino también a las operaciones cotidianas de estos negocios.
En el contexto actual, las proyecciones para el sector no muestran un cambio significativo en el corto plazo, lo que podría derivar en estrategias de adaptación y transformación por parte de los restauradores.
Acodres sigue monitoreando la situación y proporcionando soporte a sus miembros en este periodo desafiante. Además, se espera que con el paso del tiempo se puedan identificar oportunidades para la reinvención del rubro gastronómico en Colombia, pese a las adversidades presentes. La capacidad de resiliencia y creatividad será crucial para superar la actual crisis que viven los restaurantes colombianos.