A pesar de no tener antecedentes de problemas cardíacos ni afecciones en este importante órgano, una mujer ha pasado por tres trasplantes de corazón y ha regresado de la muerte, según lo afirma su médico tratante. Sandra Milena Ayala Carreño, de 38 años ha vivido una experiencia extraordinaria y casi inédita en Colombia.
Su increíble odisea, narrada por la revista Semana, comenzó cuando tenía tan solo 24 años. Corría el 2010 y, en ese momento, Sandra llevaba una vida normal: estudiaba, trabajaba y disfrutaba de su familia en su tierra natal, un municipio ubicado en Santander llamado San Vicente de Chucurí. De la nada, empezó a experimentar un malestar general repentino que la llevó al límite.
Cuando consultó del tema por primera vez, los médicos locales diagnosticaron su condición como un caso de dengue. En donde vivía no había un hospital y ella solo tenía disponible el acceso a un centro de salud cercano. Sin embargo, esa incomodidad inicial se convirtió en un problema mucho más grave.
Con el tiempo, su salud empeoró: comenzó a hincharse y tuvo dificultades para respirar. Realizar tareas cotidianas se volvió una tarea casi imposible para ella. “Yo ya no podía dormir acostada, me tocaba en una silla”, contó la ciudadana a la revista Semana.
Ante esta situación, Sandra Milena Ayala Carreño decidió utilizar sus ahorros y viajar a Bucaramanga en busca de respuestas médicas precisas. A pesar de haber sido hospitalizada y sometida a numerosos exámenes en la capital santandereana, su condición seguía siendo un misterio hasta que la enviaron al Instituto Cardiovascular del Hospital Internacional de Colombia (HIC), cerca de Floridablanca, Santander.
El misterioso diagnóstico que la hacía vivir una pesadilla
Fue en el HIC donde, finalmente, Sandra recibió un diagnóstico que cambió su vida: tenía la enfermedad de Chagas, causada por la picadura de un insecto conocido como “pito”.
Según el Ministerio de Salud, esta enfermedad se manifiesta en los seres humanos por medio de un parásito que se sitúa en la sangre. Desde allí, “pasa a diferentes órganos del cuerpo para multiplicarse, causando grave daño en el tejido de estos órganos, principalmente en el corazón, intestino, y al sistema nervioso del paciente”.
La entidad de salud explica que la forma más común en la que las personas se contagian es cuando el “pito” se alimenta de la sangre de los humanos hasta que deposita la materia fecal o heces con los parásitos sobre la piel de la persona. Es así como el paciente se rasca y frota las heces sobre su piel, una herida o llega a las mucosas (ojos, nariz, o boca).
Esta enfermedad había afectado gravemente su corazón en tan solo dos meses, lo que la llevó a experimentar un paro cardiaco que la mantuvo “muerta” durante casi hora y media. Fue entonces cuando necesitó su primer trasplante de corazón para sobrevivir.
En Colombia, según reportes del Instituto Nacional de Salud (INS), el corazón es el segundo órgano con más demanda de trasplantes, después del de riñón. Para 2022, 80 colombianos recibieron este órgano.
Pero su lucha estaba lejos de terminar. Después de su primer trasplante, Sandra experimentó nuevamente fatiga, dificultades para respirar y otras limitaciones. Afortunadamente, sobrevivió a esta segunda crisis y, tras un exhaustivo tratamiento médico, se sometió a su segundo trasplante de corazón.
En esa oportunidad, no fue una reactivación de la enfermedad de chagas, sino un deterioro del corazón que había adquirido en su primer trasplante lo que la obligó a someterse a un segundo procedimiento.
La tercera es la vencida
Con su tercer corazón duró más de 10 años, un resultado que se considera exitoso, hasta que necesitó el cuarto. Para este octubre de 2023, ha transcurrido cuatro meses desde que Sandra Milena Ayala Carreño recibió su tercer corazón y su recuperación, afortunadamente, ha tenido un éxito asombroso.
El doctor Echeverría, su médico, ha destacado la excepcionalidad de su caso, explicando que es inusual que los pacientes necesiten múltiples trasplantes de corazón. No obstante, en ocasiones el tiempo de vida de un paciente puede hacer necesaria una nueva intervención.
La historia de Sandra Milena Ayala Carreño es un testimonio de valentía, perseverancia y el poder de la medicina moderna. A pesar de enfrentar situaciones críticas, esta mujer colombiana ha demostrado que la determinación y la atención médica adecuada pueden superar desafíos.