En las zonas rurales de Colombia, la población se enfrenta a desafíos significativos en lo que respecta a la salud, en especial a la ocular. Muchas denuncias por difícil acceso a médicos y especialistas se conocen todos los días a través de medios de comunicación y redes sociales por parte de campesinos, en especial, de los estratos 1, 2 y 3.
El gobierno colombiano, que presentó al Congreso su reforma a la salud, está a la espera de que esta sea aprobada, o, en su defecto, la mayoría de sus artículos, con el propósito, según de quienes la apoyan, de garantizar un acceso más equitativo a servicios médicos en regiones alejadas del país.
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Una preocupación clave sobre el tema han mostrado especialistas en enfermedades oculares, que insisten en que la población rural de Colombia es la que más riesgo tiene de padecer una enfermedad ocular.
“El 90% de las enfermedades oculares son prevenibles, tratables o contenibles si se detectan a tiempo. En países como Colombia, el riesgo incrementa para la población que se encuentra en las zonas rurales y las más apartadas, en donde la cobertura en salud es limitada para detectar los primeros signos de la enfermedad ocular y prescribir los tratamientos adecuados”, sostuvo Carolina Suárez, directora médica de AbbVie.
Esto se debe, en gran medida, a la falta de accesibilidad a servicios de atención oftalmológica y exámenes de detección.
Asimismo, insistió en que un factor adicional que agrava esta situación es la informalidad laboral.
“Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane, muchas personas en zonas rurales trabajan en condiciones informales y carecen de cobertura por parte de aseguradoras de riesgos profesionales (ARL). Esto significa que no cuentan con equipos de protección adecuados en sus diversos oficios. Esta combinación de factores hace que la población rural colombiana esté particularmente expuesta a enfermedades oculares, lo que subraya la urgencia de abordar el tema de la accesibilidad a la salud”
En cuanto a la importancia de la salud visual en el entorno laboral, ya sea en el sector urbano o rural, la experta coincidió en que es crucial priorizar la seguridad ocular, brindar formación en la identificación de riesgos y promover buenas prácticas de autocuidado.
“La falta de atención a problemas visuales no tratados puede conllevar pérdidas significativas de productividad, estimadas en 411 mil millones de dólares, una carga económica evitable”, explicó, esto en el caso de grandes empresas en las que se pueden medir las pérdidas.
Indudablemente, agregó, que el cuidado de la salud visual deber ser un objetivo compartido por trabajadores y empleadores en Colombia, ya que debe dársele la importancia a este propósito, porque directamente impacta positivamente en la productividad, la empleabilidad y el desarrollo local.
Para garantizar una visión que perdure a lo largo de la vida, finalmente, la doctora Suárez, recomendó una serie de prácticas, como las visitas anuales al oftalmólogo, la hidratación ocular, ejercicios de descanso, la identificación de enfermedades hereditarias, el uso de elementos de protección y la adopción de hábitos de vida saludable.
En el mismo contexto, el 13 de octubre de 2023, rectores de importantes universidades del Colombia se pronunciaron e invitaron al Gobierno nacional a cuidar la salud de todos los colombianos. Los firmantes de un comunicado se mostraron preocupados por “la delicada realidad financiera que enfrenta el sistema y sus posibles consecuencias, en términos de una disminución en la calidad y oportunidad en la prestación del servicio”.
En uno de los puntos, coincidieron en la importancia de hacer una reforma al sistema de salud en Colombia, pero hicieron énfasis en la necesidad de que esta garantice la gestión profesional de los riesgos.