Alerta en el sector salud por hospitales que no manejan bien el suministro de electricidad y podrían sufrir graves incendios

Bogotá, por nivel de complejidad, sería la única ciudad capaz de cumplir el actual reglamento por tener el parque hospitalario más grande del país

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Entre las instituciones de salud de alta complejidad, solo una de cada diez estaría cumpliendo con las normas de uso eléctrico - crédito: Mauricio Dueñas Castañeda / EFE
Entre las instituciones de salud de alta complejidad, solo una de cada diez estaría cumpliendo con las normas de uso eléctrico - crédito: Mauricio Dueñas Castañeda / EFE

La salud y la electricidad van de la mano, sobre todo, por las necesidades que tiene el sector con cada vez más equipos diagnósticos y tratamiento que requiere energía 24/7. Esto es crítico, en especial si se consideran las dificultades que podría tener el país en cuanto a suministro energético, como lo advirtió recientemente la empresa reguladora XM.

Es de anotar que esta hizo un estudio de análisis energéticos y eléctricos en el mediano plazo que arrojó un preocupante panorama actual del consumo de energía en el país, ya que la demanda de energía creció hasta un 5%, lo que superó así las proyecciones efectuadas en octubre de 2022 por la Unidad de Planeación Minero Energética (Upme), condición que puede mantenerse hasta finales del verano en marzo del 2024.

Según esta entidad, el fenómeno de El Niño y la presión a las redes de conexión nacional podrían ser causa de apagones. Entonces, se prevé que con niveles de embalses inferiores al 70% las sequías que genera El Niño podrían provocar fallos en un país donde el 77% de la electricidad se origina mediante embalses.

Aún con estas dificultades, la mayoría de las instituciones prestadoras de salud (IPS), clínicas y hospitales del país no cumplen con los requisitos mínimos que ordenan las regulaciones a nivel nacional e internacional, preocupante situación de la que habló la ingeniera Elikarla Cones, fundadora de Energymed, especialista en asuntos de electricidad y con presencia en Colombia, Venezuela y Paraguay.

Cones aseguró que, si bien el uso de la energía eléctrica es transversal a cualquier industria, en el caso específico de las instituciones de salud es indispensable trascender los criterios básicos normativos para dar una solución en torno a la atención segura y efectiva de los pacientes, la protección de las inversiones en tecnología biomédica y la continuidad operativa de todos los procesos.

Un ejemplo dramático de esto se vivió en junio de 2019 en la Clínica La Merced, de Barranquilla (Atlántico). Esta sufrió un incendio a causa de un corto circuito en sus ascensores. Más de 200 pacientes y personal médico debieron ser evacuados y, aunque no hubo víctimas mortales, sí hubo varios pacientes lesionados por inhalación de humo.

Al respecto, Cones remarcó a Infobae Colombia que el cumplimiento de las normas expedidas a nivel nacional a partir de 1998 generó una lenta mejoría, sobre todo, después de que la pandemia del covid-19 expuso evidentes los retos que exige la atención en salud.

Pese a esto, dijo que todavía muchas entidades están en mora de actualizar la infraestructura y cumplir con el Reglamento Técnico de Instalaciones Eléctricas (Retie), que desde 2005 marca la pauta en los requisitos de robustez y seguridad que se necesita para la atención de los pacientes.

¿Cómo está el país en el suministro eléctrico de las instituciones de salud?

Colombia tiene un marco normativo bastante riguroso. Empieza por una sugerencia normativa, que es la Norma Técnica Colombiana 2050 de 1998 y se reforzó en el 2005 mediante el Retie del 2005 emitido por el Ministerio de Minas y Energía.

Este reglamento evolucionó. En el 2014 el Ministerio de Salud, por medio de la resolución de habilitación de servicios exige el cumplimiento de este reglamento para la habilitación de servicios de salud.

Sin embargo, casi nueve años después todavía encontramos que las instituciones de salud en Colombia no cumplen el Retie, lo cual expone a la infraestructura a fallas recurrentes desde el punto de vista eléctrico, en la recuperación de sus servicios y ni hablar del riesgo que corren los pacientes y los equipos o la tecnología que se encuentra de la infraestructura en cuanto a la continuidad del suministro de energía.

Elikarla Cones, ingeniera y fundadora de Energymed - crédito: Energymed
Elikarla Cones, ingeniera y fundadora de Energymed - crédito: Energymed

¿Qué cifras hay al respecto?

Desafortunadamente, no hay cifras públicas, puesto que no hay de nuestro conocimiento ninguna entidad de carácter pública o privada que sepa de tasa efectiva de cuántas instituciones hoy en día son capaces de cumplir con el Retie y cuántas faltan.

Un análisis propio dice que, en el caso de Bogotá, por nivel de complejidad, es capaz de cumplir el reglamento por tener el parque hospitalario más grande del país.

¿Cuáles son los requisitos mínimos en la regulación nacional e internacional?

En el marco nacional está la Resolución 3100 del 2019. Esta rige en estos momentos los requisitos de infraestructura que deben cumplir las instituciones de salud para que los servicios sean habilitados y puedan prestarse de forma efectiva.

Dentro de los requisitos, en materia de infraestructura de la resolución, se encuentra el cumplimiento de la certificación Retie, que es un dictamen de cumplimiento de la Resolución 9078 del 2013, que establece los requisitos mínimos de carácter eléctrico que debe cumplir todo el sistema eléctrico nacional, en específico, las instituciones de asistencia médica.

Adicional, instituciones que apuntan a una mejor prestación de servicios apegan sus operaciones e infraestructura a marcos internacionales como puede ser la acreditación Joint Commission International, la más prestigiosa a nivel mundial en cuanto a calidad de procesos que se desarrolla en infraestructura hospitalaria.

En específico, cuando se habla de hacer una citación o implementación de parámetros internacionales, como, por ejemplo, la National Fire Protection (NFPA 99) o Código de Instalaciones de Atención Médica, que establece los requisitos de la calidad de la infraestructura hospitalaria y todas sus redes técnicas para garantizar la atención del paciente.

¿Cuáles son los riesgos que hay si no se cumple con la norma?

Los riesgos de carácter o de origen eléctrico que se pueden presentar en una institución de salud son variados.

El primero, y más grave, tiene que ver con el contacto involuntario de la persona con la electricidad a través del equipo electromecánico, lo que puede producir molestias leves hasta la muerte del paciente en casos, sobre todo, en instituciones donde se prestan servicios críticos de cuidados de paciente, como puede ser cirugías o en unidades de cuidados intensivos, intermedios, coronarios, hemodinamia, incluso, la internación de algunos pacientes dependiendo de los medios de ventilación del paciente pueden estar expuestos a estos riegos y, desafortunadamente, pueden tener finales lamentables.

Por el lado de la infraestructura, los hospitales tienen muchos tipos de equipos, tanto industriales, como técnicos, tecnológicos, personas en condición de discapacidad y, básicamente, el riesgo está en que haya un problema masivo de estas personas en caso de que la infraestructura eléctrica conlleve a incendios o explosión de las áreas, entendiendo que las condiciones de la infraestructura no permiten usualmente una evacuación rápida de las personas en caso de contingencia.

Entonces, estos riesgos de infraestructura por incendio y explosión son varios, siendo la electricidad la segunda fuente de riesgo más alta de incendio en hospitales, lo cual hace que el cumplimiento normativo sea crucial para garantizar la seguridad de la infraestructura.

Por último, y no menos importante, está que la electricidad es pieza clave para la atención de los pacientes.

Entonces, una falla en el suministro de energía eléctrica al edificio sea total o parcial desde la fuente, por una falla locativa, llevaría esto a que la persona no sea atendida con efectividad. Entendiendo que depende del cuadro clínico del paciente, eso puede desembocar en que la atención inoportuna termine en agravamiento del paciente o la muerte.

¿Cuántas empresas cumplen y cuántas no?

Es muy difícil de sacar el dato. Sin embargo, algo que se debe tener en cuenta es que la referencia normativa de Colombia comenzó en 1998, con la implementación obligatoria en 2005 y con exigencia forzosa para el sector salud en el 2014.

Pero, ¿hospitales y demás instituciones cuentan con la reglamentación?

Desafortunadamente, son muchas las que no cumplen con la normativa, entendiendo que en todas las ciudades de Colombia nacen instituciones de salud con cierta frecuencia y muchas de ellas no cumplen con la norma.

Me atrevería a decir que una de cada diez cumplen con ello, en el caso de instituciones de nivel tres a nivel cuatro en cuanto a complejidad. En el nivel dos, donde hay infraestructura mucho más ligera, podría ser que tres de cada diez cumplen con la normativa.

En las instituciones de nivel uno, donde hay servicios ambulatorios o de consulta externa, podría decir que cuatro de cada diez.

¿Por lo menos satisfacen en algo la norma?

Gran parte de las instituciones hoy en día no satisfacen los criterios mínimos normativos y eso obedece a la desinformación del sector salud en cuanto a cuáles son, verdaderamente, esos requisitos de carácter normativo y la contratación, por ende, de personal calificado y especializado en el sector salud que puedan garantizar el cumplimiento mínimo normativo, sino también puedan acompañarlos en ese proceso dinámico en el cual el hospital crece o cambia de uso para facilitar que la infraestructura eléctrica se pueda administrar de manera efectiva y coherente la seguridad de las personas, de los pacientes y de los equipos y la infraestructura.

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