El presidente Gustavo Petro habló sobre la visita que hizo a la casa de su hijo Nicolás Petro luego de que fuera imputado por la Fiscalía por enriquecimiento ilícito y pese a las dudas que mantiene sobre el proceso, asegura que guardará silencio por un compromiso personal. Además, aclaró las dudas de su estado de salud, que han llevado a pedir desde el Congreso que se practique exámenes.
El jefe de Estado ha presentado excusas en varios eventos, incluso en los que es tradicional la presencia de quien ocupe su cargo, por razones de salud. Las decenas de ocasiones en las que se ha disculpado por no asistir han despertado el interés sobre su historial médico y si se trata de una situación de interés público.
Petro respondió antes los cuestionamientos en entrevista con la revista Cambio. El mandatario señaló que no sufre “nada grave” y que no siempre la razón de sus ausencias es por temas de salud, al principio, dijo, era porque el equipo que manejaba su agenda no conocía sus rutinas.
“Por ejemplo en las giras internacionales los equipos empiezan a organizar como si uno no durmiera, a exprimir al máximo esas oportunidades que no se repiten. Entonces al principio eran sábados, domingos y hay un momento en que uno dice no más, yo necesito mis equilibrios. El cansancio permanente es un mal consejero”, señaló el presidente al medio.
La visita del presidente a su hijo Nicolás Petro
El primogénito de Gustavo Petro se negó a recibir a su padre durante la semana que estuvo detenido en el búnker de la Fiscalía para ser imputado por enriquecimiento ilícito y lavado de activos. La relación estaba rota, mientras los demás hijos abogaban por una reconciliación, hasta que ya en libertad y con el compromiso de entregar información sobre la financiación de la campaña, volvieron a encontrarse en Barranquilla.
Según el mandatario, el caso de Nicolás Petro fue una situación personal que se traspasó a la política por ser hijo del presidente. Aunque califica el proceso de “truculento”, el jefe de Estado asegura que prometió no referirse al caso e incluso evita abordarlo en sus conversaciones con el fiscal Francisco Barbosa. “Veo que intenta ponerme el caso y nunca ha aceptado que eso esté en la conversación, porque no quiero”, sostuvo.
El presidente Petro sostiene que el caso se trata de una traición dentro del matrimonio que llevó a Day Vásquez a convertirse en una enemiga de Nicolás Petro. Pero más allá de las “truculencias” de la vida personal, el jefe de Estado sostiene que su relación familiar introdujo una turbulencia política que desató todo el proceso de captura. Por eso decidió tomar una posición oficial distante, que a su vez resintió a su hijo.
“¿Por qué hicieron todo eso? Porque era el hijo del presidente. O sea, es por mí. No es por él o por ella o por las personas que están ahí vinculadas. Es por mí”, sostuvo el mandatario a Cambio. “No es un episodio fácil. Ahí hay algo más. Yo siento que las personas que están detrás de la estrategia de ver que Petro es un delincuente y entonces ver cómo lo tumban”, agregó.
Según Petro, decidió contactar a los abogados de su hijo antes de la imputación para conocer la intención de implicarlo a él en el caso, que “fue evidente”, dice. Sin embargo, ha decidido mantenerse al margen y no entrar a las honduras del caso, sino esperar el desarrollo judicial de los próximos meses. Asegura estar tranquilo porque no conoce a personajes como el Turco Hilsaca ni haber ordenado en la campaña buscar personas para conseguir financiación.